Para el que no le conozca, el risueño de la fotografía es Roberto Alcover Oti, uno de los críticos profesionales más jóvenes de este país, también psicólogo de profesión y uno de los fundadores de mcnulti editores. Yo tuve la oportunidad de conocer su trabajo en la imprescindible Dirigido por, de cuya plantilla ya hemos entrevistado a unos cuantos, y más tarde en la web Miradas de cine, donde nos regala algunas de sus reflexiones o críticas.
Ante el nuevo aluvión de escritores en la red que quieren hacerse oír, me ha parecido más que necesaria una entrevista a Oti, cubano de nacimiento y de tan sólo 31 años, que tiene una voz crítica con los pies en el suelo y que le ha llevado a la posición privilegiada en la que está. No coincido muchas veces con sus valoraciones finales a cerca de una película, pero todas me interesan, puesto que coincidir o no nunca me ha parecido importante, sino los argumentos que se dan en una crítica.
Las respuestas que muy amablemente me ha dado Oti a las preguntas que le he realizado no tienen desperdicio, y son un modelo a seguir. Espero las disfrutéis.
- ¿Qué es lo que más te gusta de ser crítico de cine, si tal expresión te parece adecuada?
Básicamente lo más atractivo es poder expresar una opinión sobre el mundo partiendo de una película. Siempre digo que las películas son la excusa que utilizamos para poder escribir, y que si mantuviéramos esta conversación en el siglo XIX estaríamos hablando, por ejemplo, de crítica literaria. Lo que ocurre es que nos hemos criado en pleno siglo XX/XXI, donde puede afirmarse que el cine se ha convertido en el acontecimiento cultural más popular y relevante de su época. Pero te repito, al final, las películas son lo de menos, sobre todo cuando avanzamos hacia un futuro en el que los largometrajes serán cada vez menos autónomos y pasarán a formar parte, si no lo hacen ya, de grandes conglomerados audiovisuales.
- Eres uno de los más jóvenes en esto de escribir sobre cine, y estás ya asentado en una de las publicaciones más importantes de nuestro país, en la que aún escriben críticos veteranos que se dedicaban a esto cuando tú aún no habías nacido o ibas en pañales. ¿Cuáles crees que son las diferencias más importantes entre los críticos de antes y esta nueva hornada que sale a tropel de lugares recónditos de la red, por ejemplo?
Pues seguramente las mismas que entre las distintas generaciones de otras profesiones, en este caso relacionadas con un consumo diferente del cine, una mayor facilidad/rapidez para acceder tanto a la producción cinematográfica como a la escritura; un elevado número de tribunas públicas desde las cuales poder pontificar, etc... Más allá de eso, yo señalaría diferencias más sociológicas relacionadas con la ansiedad por saber de todo, una escasa especialización, la angustia por “escalar” lo más rápido posible, poca tolerancia a la frustración…
Pero vamos, por lo demás, lo que observo es la misma necesidad de “matar al padre”, es decir, de diferenciarnos y superar a las generaciones que nos preceden, reivindicando otro estilo de películas, otra manera de consumir el cine y la cultura, otros modelos de crítica, etc... Creo que en el fondo las diferencias son similares a las que pueden existir en otros ámbitos, cambios sociotecnológicos mediante.
- La crítica siempre ha estado mal vista por una buena parte del público mayoritario. ¿Te sientes como un bicho raro entre tus amistades? ¿A qué crees que es debido esa animadversión hacia la crítica en general?
Si la crítica está o ha estado mal vista por buena parte del público, no hay duda que gran parte de la responsabilidad la tenemos los propios críticos. De todos modos está claro (y es algo que puede constatarse en los comentarios de muchas webs ante artículos que exigen un “poco más”) que al público mayoritario se la sopla buena parte de la crítica por un desinterés propio en intentar superarse, evolucionar o ampliar miras (del mismo modo que puede apreciarse desinterés en ampliar conocimientos sobre el arte, la política, la psicología, etc…), pero resulta muy fácil e injusto depositar toda la responsabilidad sobre ellos. Sobre todo, porque a) el crítico suele vegetar en un mundo paralelo ajeno a las inquietudes del público general; b) el crítico suele utilizar la cultura como arma arrojadiza para “diferenciarse” del público general, es decir, para aliviar una carencia y sentirse también exclusivo, diferente; c) el crítico da por perdido al público como excusa para no flexibilizar su propio método. Obviamente estos comentarios son generales y absolutamente matizables.
No obstante, si los críticos nos seguimos considerando unos mediadores entre la cultura y el público, no podemos olvidar a la audiencia mayoritaria. Dar por perdido al público supone renunciar a un intento de cambio/mejora de las cosas, lo cual nos dejaría en una situación muy similar a aquellos que lo único que hacen es quejarse del sistema sin intentar promover ningún cambio. Personalmente, me interesa utilizar tribunas de gran impacto popular para promover nuevas maneras de observar la realidad porque creo que ahí radica la base del progreso. Los “ghettos” están muy bien pero solo si funcionan como semilla para un avance posterior, no como grupos exclusivos.
- Al igual que espectadores, tipos de críticos hay muchos, ¿cuál es para ti el tipo de crítica ideal, y qué tienes en cuenta principalmente a la hora de sentarte a escribir y pensar en el lector que vaya a leerte?
Personalmente, me encanta un modelo de crítica que utilice a la película como punto de partida pero sin perderla totalmente de vista. Es decir, colocar a la película en su presente y explicar por qué está ahí, cuál es su función y su significado, que absorbe de su pasado (cinematográfico) y de su presente (social/cultural). Ampliarla, construir un discurso a partir de ella. Me gusta que la crítica no se estanque en el simple análisis de puntos fuertes y débiles (está bien rodada, actores, puesta en escena, blablabla) porque para mí eso “mata” a la película y también al crítico. Tampoco me interesan las visiones onanistas que lanzan la película a la basura para hablar de las propias neurosis, porque para eso ya existen los divanes. Creo que debe existir un cierto rigor metodológico e interés divulgativo para hacer una crítica porque realmente redactar un buen texto crítico/analítico es muy complicado. Otra cosa es que estemos acostumbrados a leer y escribir mierdas para cumplir el expediente o salir del paso.
Y bueno, a ver, ese es mi estilo favorito y el que me gusta abordar, pero está claro que todo depende del medio y del público. Hay que saber adaptarse.
- Internet ha descubierto a un montón de escritores que parecían escondidos y también han aparecido infinidad de voces cuyas opiniones desean ser escuchadas o leídas. ¿Qué encuentras de positivo para la crítica actual ese hervidero de opinión que es la RED?
Se habla mucho de que la democratización que ha traído Internet es perjudicial porque cualquiera puede opinar y tal, pero yo creo que al final el tiempo pone a cada uno en su sitio. Es decir, en el fondo siempre vamos a necesitar voces (¿padres?) que nos guíen, que nos enseñen, e Internet lo sigue permitiendo, a su manera. Lo negativo es que como no hay filtrado, la elección descansa en las preferencias del público mayoritario, y por norma general, eso apunta a un cierto impulso inmediato, superficial, poco elaborado. Pero vamos, si BlogdeCine tiene el éxito que tiene es porque precisamente al público le interesa lo que ofrece y le sirve, a su modo, de guía. Otra cosa es que consideremos esa guía algo insuficiente o que no invita a profundizar o a evolucionar más.
Pero para mí, todo lo que implique una búsqueda de conocimiento es positivo (luego está la tarea de redirigir esa búsqueda), y en ese sentido la RED funciona. Al final, entre tanta información, uno termina encontrando su sitio y aquello que le estimula.
- Y si hablamos de cinefilia, ¿crees que la red facilita las cosas a un posible nuevo cinéfilo, ávido de saber no sólo de estrenos? Los blogs, por ejemplo, ¿ayudan o confunden? Tu trabajo en Miradas de cine es ejemplar e imagino que como lector tendrás tus prioridades e inquietudes, ¿qué otros blogs lees y cuáles recomiendas?
Por supuesto que lo facilita, porque hay de todo y con más facilidad que nunca para acceder a ello. Los blogs siempre ayudan, luego uno va esculpiendo su criterio y va seleccionando mejor. En cuanto a los blogs que sigo, personalmente tengo varios obligados pero aviso que son droga dura: el blog de Roberto Amaba, el de Aaron Rodríguez, Recanto Silente, y el blog de Alvaro Arbones. Cada vez leo menos otras webs españolas de crítica de cine porque, honestamente, ni me estimulan ni me aportan demasiado como ya comenté antes, hay demasiada información y es importante comenzar a filtrar.
Para información mayoritaria visito cualquier web. En inglés siempre suelo leer el blog de David Bordwell que es pura sabiduría, Badass Digest, por su estilo cercano y pragmático, y The Dissolve, una publicación joven realmente genial. Y bueno, evidentemente, Miradas de Cine, la mejor web de crítica de cine de este país.
- ¿No crees que debido a lo efímero en términos de consumo, el medio (Internet) no es propicio para realizar reflexiones profundas o por la contra crees que el medio da igual?
Tienes razón en lo que dices. Es cierto que Internet ha motivado un modo de consumir más superficial y rápido. Quizás todo tenga que ver con una necesidad de acumular estimulación y evitar el aburrimiento, de estar constantemente estimulados. O quizás procede de la necesidad de ahorrar tiempo y recursos cognitivos, es decir, si puedo recibir en tres líneas lo mismo que en dos párrafos, prefiero las tres líneas porque así organizo mejor el contenido y ahorro más espacio.
Pero como siempre esto es un arma de doble filo, porque esta superficialidad genera también reflexiones superfluas, poco elaboradas, que no responden a la complejidad de lo real. Twitter es el ejemplo más paradigmático en este sentido: todo el mundo está al día de todo lo que ocurre y todo el mundo tiene una opinión sobre un hecho. Aparentemente es algo muy positivo y que genera una falsa autoestima porque tenemos la sensación que sabemos de todo y que manejamos muchos conocimientos. Pero nos autoengañamos porque en el fondo manejamos una cantidad de información muy precaria y poco elaborada, que carece de profundidad y de aristas, y que no produce conocimiento nuevo. Tenemos la capacidad y la posibilidad tecnológica de complejizar el mundo pero al mismo tiempo nos empeñamos en hacerlo más uniforme.
Pero respondiendo a tu pregunta: SÍ, Internet no propicia las reflexiones profundas. Y habrá que ver cómo influye este hecho en las próximas generaciones.
- He vivido en mis propias carnes las apabullantes campañas de promoción de algunas distribuidoras a la hora de lanzar un nuevo blockbuster, empeñados en “convencer” a la crítica antes del estreno ¿Crees que el poder de un crítico llega hasta esos extremos?
No especialmente. Como se está viendo, cada vez más la opinión del crítico importa menos y es menos relevante a la hora de llevar al público a las salas. Y todavía más desde que ha llegado Internet, donde la labor del crítico se está viendo sepultada por la de la masa. Todavía recuerdo como el tuit de Piqué sobre 'Intocable' se incluyó dentro de la campaña de publicidad de la distribuidora y consiguió llevar a la gente al cine. Es decir, recuperar esa función de mediador cultural va a resultar muy difícil, y el crítico debe intentar evolucionar si no quiere terminar siendo arrollado (si no lo está ya) por el sistema. Pero no sé, tengo la sensación que tras todo este período postmoderno en el que la responsabilidad se ha depositado sobre la masa, volveremos a un cierto estado donde serán necesarios nuevamente los líderes o “padres” de opinión. O quizás no
- Hablando del trato a la crítica, ¿cómo consideras el trato a la misma por parte de los festivales de este país? ¿Contento? ¿Alguna anécdota digna de mención?
A ver, mi experiencia en el tema siempre ha sido positiva, aunque personalmente no me gusta demasiado figurar. Demasiados “críticos en sitios” y demasiado mamoneo, al igual que en otras realidades de este país. Es decir, nosotros (y hago referencia a una cierta generación o incluso grupo crítico) no formamos ni queremos formar parte de un determinado circo cultural. Solamente queremos hacer bien nuestro trabajo, escribir sobre cine lo mejor que podamos y si es posible, recibir una remuneración por ello. A ver, a mí me encantaría ganarme la vida escribiendo sobre esto, pero eso es muy complicado si no estás dispuesto a sacar un cuchillo e ir cortando cabelleras por el camino.
No obstante, supongo que la pregunta puede ir por lo que se ha vivido en el último festival de Sitges (o en la Seminci, como denunciaba Israel de Francisco desde las páginas de Miradas de Cine). Verás, lo de Sitges con la prensa fue una situación desagradable que iba a ocurrir tarde o temprano, y en la que la responsabilidad es totalmente repartida. Hay mucha “prensa” en Sitges que tira de blogs, radios locales o páginas webs para, literalmente, no hacer nada y solo ver películas gratis. Te lo digo yo que he ido a Sitges de todas las maneras posibles, siempre escribiendo (y ahí están las webs para constatarlo) y se lo que hay. Pero esto es algo que el festival permite desde hace mucho tiempo y por lo que ha sacado un cierto rendimiento económico en los últimos años. Y las medidas que se han querido tomar este año para restringir el paso de la prensa a ciertas sesiones han sido de una torpeza y una falta de escrúpulos tremenda, por las que han pagado justos por pecadores. Pero no pasa nada. Ha sido un error por parte de la organización que podrá subsanar el próximo año y ya está…el problema es cuando desde algunas tribunas se ha intentado juzgar a aquellos que hemos intentado denunciar la situación. Es decir, me hace mucha gracia porque todos podemos criticar a los políticos cuando toman decisiones que consideramos injustas, pero cuando tenemos que soportar las críticas, entonces echamos balones fuera y culpabilizamos a otros. Es muy gracioso, sí.
Quizás lo importante sea que el festival haga un replanteamiento de lo que necesita de la prensa y desde ahí empezar a construir. No se puede meter en el mismo saco a una web como Detour o a un fanzine de medio pelo, y los resultados están ahí. Otra cosa es que al festival le interese más la cobertura de un fanzine, que está en su pleno derecho, ojo. Pero es necesario un replantamiento, simplemente eso. Dicho esto, y para finalizar quería romper una lanza por los trabajadores del departamento de prensa, que se comportaron de una manera increíble y muy profesional pese al desaguisado que se montó.
- Cambiando totalmente de tercio, algo que le preguntamos a todos nuestros entrevistados. Tus gustos cinéfilos y también tus fobias. Y ya de paso explica a los iniciados por qué una crítica cine es principalmente subjetiva.
Bueno, suelo ver de todo, la verdad, o al menos lo que el tiempo y el trabajo me permite (ya sabes que, evidentemente, no me gano la vida escribiendo sobre cine). De todos modos, tengo especial querencia por el género fantástico: me resulta muy estimulante y creativo la manera que tiene de expresar una opinión sobre el mundo a través de unos códigos distintos. Además, al tratarse de un género metafórico, es capaz de devolver una mirada sobre la realidad mucho más intensa y visceral que el puro realismo, y encima puede generar nuevos significantes. Tampoco podría elaborar un listado de fobias, quien me conoce sabe que me cuesta mucho “poner a parir” algo, supongo que tengo bastante respeto por lo creativo.
En cuanto al tema de la subjetividad, si la crítica es una mirada única sobre un objeto cultural, la crítica siempre ha de ser subjetiva porque nace de la recepción que cada uno de nosotros hace de esa obra. Y cada uno recibe esa obra de forma diferente porque esa obra interactúa con todos y cada uno de los aspectos de nuestra identidad. Lo que ocurre es que debemos ser consciente de nuestras limitaciones a la hora de escribir. Es decir, no podemos ser expertos en todo ni podemos hacer de todo con tal de sobrevivir. La honestidad, un aspecto que trato mucho con mi amigo y compañero Tonio L. Alarcón, es muy importante, y se trata de un valor que la actual situación del país está erosionando de forma alarmante. Aprender a reconocer nuestros límites, un aspecto que tan bien expresa una película como 'Monsters University', es fundamental.
- ¿Ángel Fernández Santos o Carlos Boyero? ¿Pablo Muñoz o Jordi Costa? ¿Tú o yo?
Ángel Fernández Santos. Lo siento pero Boyero me parece una metáfora de las grandes carencias de este país, aunque como siempre, es el público mayoritario el que termina dándole la razón, como a Belén Esteban, el hijo de la Pantoja y demás basura patria.
Pablo Muñoz. Sin menospreciar a Jordi Costa, que es un crítico fundamental para nuestra generación, me parece que el trabajo de Pablo en BlogdeCine es tremendo. Es un talento que ha sabido reciclarse e intenta promover miradas más complejas dentro de un estilo fácil de leer. Es el ejemplo de eso a lo que hacía referencia en la pregunta 3: usar plataformas mayoritarias para ir deslizando poco a poco miradas distintas sobre lo real. Creo que Pablo lo hace con mucho respeto hacia el lector, por eso me molestan mucho ciertos comentarios prejuiciosos sobre su estilo. También es a lo que me refería en aquella pregunta: muchas veces la gente prefiere malvivir en su burbuja cultural y no preguntarse si existe algo más allá. Supongo que es por miedo o inseguridad.
Definitivamente tú, si dejaras de reivindicar al plasta de Clint Eastwood.
- Top 10 del año.
Antes de lanzar el top de lo estrenado en 2013 pido disculpas porque se me han escapado muchísimas películas a lo largo de este año y siento que me ha quedado un top muy parcial y poco variado, así que desde luego recomiendo a los lectores que ni lo tomen en cuenta. Ha habido mucho y mejor cine del que recoge este top.
1) The Lords of Salem 2) Solo Dios perdona 3) The Master 4) Expediente Warren 5) La gran belleza 6) El lado bueno de las cosas 7) Gravity 8) La noche más oscura + Capitan Phillips 9) Mud 10) El llanero solitario + After Earth
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