Nacido en Vitoria en 1960, Karra Elejalde debutó en el cine en 1987 con un pequeño papel en ‘A los cuatro vientos’, pero fue en la década siguiente cuando empezó a hacerse un nombre gracias a títulos como ‘Vacas’, ‘Acción Mutante’, ‘La Ardilla Roja’, ‘La Madre Muerta’, ‘Días Contados’ o ‘Airbag’, cinta en cuyo guión también participó y que llevó a convertirse en la película española más taquillera de la historia.
Poco después daría el salto a la dirección con ‘Año Mariano’ y ‘Torapia’, pero sin descuidar su carrera como actor, participando en obras como ‘Carne de Gallina’, ‘También la Lluvia’ o ‘Invasor’ antes de alcanzar un gran éxito con ‘Ocho Apellidos Vascos’. Hace bien poco pudimos verle en la lamentable última comedia de Juanma Bajo Ulloa y ahora vuelve a nuestros cines con ‘Ocho Apellidos Catalanes’, una secuela muy inferior a su predecesora, y con motivo de ello tuve la ocasión de asistir a un encuentro con él que os resumo a continuación.
Estar a la altura de la primera
El actor es consciente de que ya carecen del factor sorpresa y no dudó en recordar que ya sería un éxito pocas veces visto en el cine español si finalmente ‘Ocho Apellidos Catalanes’ solamente lograse recaudar un tercio de lo conseguido por la primera entrega. De hecho, señaló que es impensable emular ese éxito, pero que para intentarlo siguieron la máxima de que no se hacen cambios si el equipo juega bien, por lo que se confió en los mismos talentos para hacer una película que estuviera a la altura.
Además, Elejalde tiene claro que las sinergias positivas con ‘Ocho Apellidos Vascos’ van a ayudar a que la gente vaya en masa a verla, pero que hasta que se ve la película es imposible saber si no vas a defraudar a la gente. Ellos mismos pidieron verla para poder hablar de ella en condiciones, ya que no sería la primera vez que habla de lo maravillosa que es una escena durante la campaña promocional y luego resulta que dicha secuencia se ha caído en la sala de montaje.
Sobre la recepción que ha tenido ‘Ocho Apellidos Catalanes’ hasta ahora nos comentó que se habían hecho varios pases pilotos y que la gente salía encantada. Hasta los periodistas les comentaban que estaba bien, que era simpática. Sin embargo, eso no le causa quebraderos de cabeza, pues él ya ha hecho su trabajo y ahora que sea lo que dios quiera, tanto si es para bien como si es para mal.
Eso sí, él cree que no se van a alejar mucho del nivel de la primera y que ‘Ocho Apellidos Catalanes’ es más película y está más equilibrada. Además, resaltó que es muy berlanguiana, aunque no por el tema de los planos secuencia, pero sí porque hay una gran cantidad de personajes con mucha enjundia para hacer disfrutar al público, que es el objetivo, ya que se trata de un sainete y no de una obra de arte.
Su personaje y la importancia del guión
En lo referente a volver a interpretar a un personaje, Elejalde confesó que lo que a él realmente le enamora de esta creación es el proceso creativo para elaborar un personaje y meterse en su piel. Lo comparó con los pintores que una vez han hecho una de sus grandes obras pasan a hacer algo diferente. A él es algo que no le divierte y considera que tampoco es bueno, ya que por mucho dinero que pueda dar, es algo que también podría arruinar su carrera profesional.
De hecho, el protagonista de la estupenda ‘Los Cronocrímenes’ –y que también puso voz a Mortadelo en la excelente ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’- no cree que Koldo haya evolucionado realmente en el espacio entre la primera y la segunda entrega, pero sí que tiene que enfrentarse a situaciones emocionales diferentes que permiten enseñar otras cosas de él.
Otra cosa que quiso dejar clara es que en la película no hubo espacio para la improvisación por mucho que algunos puedan pensarlo dada su frescura. Todo nace del guión, y los cambios que se hagan por el camino se hablan, se llega a un acuerdo y queda todo fijado de cara al rodaje, ya que sería un caos que cada uno se fuera por los cerros de Úbeda en escenas con tantos personajes.
Al respecto aclaró que a él lo que le gusta es reunirse con el director la noche antes del rodaje para proponer los cambios en las cosas que no le gusten, ya que sería mucho más trabajoso memorizárselo, proponerlo durante la grabación de la escena y luego tener que volver a memorizarlo con los nuevos cambios. Luego la cosa es ver qué te aceptan y qué no, ponerlo en común y ponerse manos a la obra.
Otro detalle interesante es su afirmación diciendo que el guión de una película no acaba hasta que se tiene el final cut de la misma, ya que hay cambios hasta el último momento y que el actor lo que hace es rodar, cobrar, irse y normalmente al de un año está la película. En el caso de ‘Ocho Hermanos Catalanes’ ha sido todo mucho más rápido y sí que echó en falta algunas escenas en el montaje final, pero cree que están bien cortadas.
Divertir y no ofender
No faltó la pregunta sobre qué le diría a aquellos que se sientan ofendidos, pero él cree que todo el mundo detecta enseguida cuando alguien te pisa queriendo o sin querer y que en el caso de ‘Ocho Apellidos Vascos’ se entendió que el juego con los tópicos no buscaba tocar los cojones a la gente y que el objetivo era divertir a la gente sin hacer ningún tipo de escarnio de Euskadi, Cataluña o Sevilla.
Lo principal era quitar hierro al asunto y reírse de unos tópicos que siempre tienen algo de cierto, pero que no son aplicables en todos los casos. Es consciente de que los casos más extremos se van a centrar en buscar por dónde se puede sentir herido, pero en este y otros muchos casos el humor ha demostrado que es un vehículo cojonudo para subvertir y también para hermanar.
El impacto de la saga en su vida
Es obvio que la vida de Karra Elejalde ha cambiado de forma notable por el enorme éxito de ‘Ocho Apellidos Vascos’ y él mismo dijo que le ha abierto muchas puertas, pero que él sigue siendo tan buen o mal actor que antes. Con lo que no está tan contento es con el hecho de haber perdido mucha calidad de vida, ya que ahora le es imposible pasar desapercibido yendo al bar de cualquier pueblo a cascarse a gintonics para luego ir bien cargado a casa y echarse en cama. Ahora no le queda otra que hacerlo en casa.
Además, nos confesó una anécdota real, ya que tuvo que acompañar a su hija a recoger una entrada para el concierto de One Direction en Barcelona y que si no se hizo 6.000 selfies, no se hizo ninguna. No tiene nada en contra de la gente, porque suelen ser encantadores, pero su vida está condicionada hasta tal punto que incluso cuando se tira un pedo tiene que estar atento a quién y quién no está cerca y dónde se lo tira. Tampoco es muy optimista con que eso cambie en el futuro, pues él mismo está abonando la situación con más de lo mismo, pero eso es algo que sólo el tiempo dirá.
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