Lo mucho que ha primado su físico, unido a un acento más grueso que un bocadillo de tocino y a una expresividad más bien limitada, han llevado a más de uno a afirmar que Arnold Schwarzenegger no era tan buen actor como estrella de acción. Por supuesto, se obvia su manera de presentarse ante la cámara, un talento en sí mismo, pero también es capaz de entender a la perfección el trabajo cuando tiene al perfecto socio, tal y como se demostró en ‘Terminator 2: El juicio final’.
Sobreviviendo al día final
Una de las mejores películas de acción de todos los tiempos, quizá hasta la mejor para muchos, y una incuestionable cima en las carreras tanto del actor austriaco como en la de James Cameron. Una secuela cuyo legado supera por completo a la original, que se ha vuelto la mayor influencia del cine blockbuster posterior, y que ahora se encuentra por tiempo limitado en streaming a través de Netflix. El 14 de julio es el último día que seguirá en el catálogo.
Años después de sobrevivir a la persecución de un T-800 procedente del futuro para matar a la madre del salvador John Connor, Skynet se dispone a repetir la ofensiva con un modelo más avanzado, el T-1000. Pero el Connor adulto mandará un T-800 hackeado para proteger a su versión joven, en alianza con una Sarah Connor que no ha hecho otra cosa desde su traumática experiencia que sobrevivir.
Aquí tenemos un caso donde Cameron reconfigura su primera ‘Terminator’, casi hasta el punto de traicionar casi todo lo promulgado en dicha película. El slasher-noir-scifi de aquella parece casi minimalismo con su ambicioso intento de transformar el cine espectáculo de los noventa. Un presupuesto nunca visto por entonces le sirvió para llevar a cabo varias de las secuencias de acción más impresionantes del género.
También desafía convenciones a través de una Linda Hamilton entregadísima a cambiar una Sarah Connor tan tozuda como trastocada por todo lo que vivió previamente. Su apariencia dura y resolutiva es una coraza ante una ansiedad constante ante la promesa del fin de la humanidad, y sus acciones la llevan casi a perder por completo la relación con su hijo o pasarle sus propios traumas.
Son aspectos increíblemente cuidados al detalle por parte del guion de Cameron, dentro de que está explorando sensaciones primarias y formando clichés que serán explotados. Pero no hay duda de que sabe llevar a cabo una visión y dirigir, sacando además lo máximo de un Schwarzenegger que aquí usa como nunca su presencia y su rigidez para poder vender por completo que se trata de un robot del futuro.
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