Las lesiones que sufre el protagonista a lo largo de las cuatro películas fueron esenciales para ir creando la línea temporal de 'John Wick'
Pensar en cine de acción y artes marciales contemporáneo nos lleva instantáneamente a la saga 'John Wick' y a su cada vez más espectacular y desmadrada ensalada de tortas, tiros y stunts imposibles. Es muy fácil elogiar todos estos elementos, ejecutados con maestría en lo que a técnica y forma respecta, para reivindicar la franquicia, pero suele omitirse un detalle que, bajo mi punto de vista, la eleva a un nivel superior.
Este, más allá del fantástico ritmo con el que se desarrolla cada una de sus entregas, radica en la agilidad narrativa que une los largometrajes, dando la sensación de estar ante varios capítulos dentro de un todo y no de cintas independientes que elaboran un arco narrativo más amplio; algo mucho más perceptible entre las tres primeras aventuras del héroe de Keanu Reeves.
Annus horribilis
No obstante, Chad Stahelski y el resto de responsables de la prolífica licencia nunca han sido explícitos —al menos dentro de las propias producciones— sobre cuánto tiempo transcurre entre las cuatro entradas, pero en una entrevista con Collider con motivo del estreno del 'Chapter 4', el director arrojó algo de luz al respecto, aportando datos concretos.
Así dibujó el marco temporal en el que transcurre la épica de John Wick.
"Bueno, pensamos que las primeras tres películas ocurrieron en aproximadamente una semana, semana y media, algo así. Esa es mi versión, creo que la de Keanu es un poco diferente, y creo que esto [la cuarta] es como seis meses después. Así que dentro de un año, creo que todo sucede... yo diría casi que entre unos siete a ocho meses".
Además, Stahelski explicó que llegaron a considerar subrayar estos saltos temporales en pantalla con los típicos intertítulos; idea que descartaron para dejarlo a juicio del espectador y tener más margen de maniobra a la hora de lesionar al protagonista.
"Lo hicimos, sí que lo hicimos. Creo que fue en la segunda, pensamos hacerlo entre las dos, pero luego dijimos, "Ah, eso es un poco tonto, dejemos que la gente lo adivine". Porque no sabíamos cuánto íbamos a herirle. Ya sabes, después de la número tres, estás en plan, "Está bien, podemos estirarlo un poco, pero sí se cayó de un edificio..." así que dijimos, "Eh, ¿un fémur? Seis meses".
¡Misterio resuelto!
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