En este caso, se trata de SmackDown, uno de los 7 espectáculos televisivos que la World Wrestling Entertainment tiene simultáneamente en marcha. Resulta curioso cómo este tipo de espectáculos siguen teniendo sus adeptos (por no hablar de los cientos de americanos que llenan los pabellones donde se celebran los combates y que gritan enfervorizados durante todo el tiempo), cuando resulta evidente que se trata todo de puro show: el vestuario, los héroes y los villanos, las venganzas, las recuperaciones cuasi-milagrosas, las entradas triunfales, las argucias sucias cuando el árbitro no mira, las bravuconadas... No digo yo que estos gigantones no se hagan daño: algún moratón que otro les tiene que quedar después de tanta voltereta. Pero su bien estudiada coreografía está siempre al servicio de un guión que, a la vista está, da sus resultados.
En ¡Vaya Tele! | Vuelve Pressing Catch