Se celebró el festival de Eurovisión, y una vez más España con D'Nash hizo un "más que discreto papel". 20 de 24... en fin. Eso sí, la culpa de todo lo tienen esos países europeos que se votan entre sí... autocrítica no, por dios, que nos sentará mal. Mucha afinidad geográfica para justificar los puntos de los demás, pero Andorra no nos dió ni los buenos días. Igual es por algo.
Yo estuve viendo gran parte del festival. Sí, soy así, qué le vamos a hacer. Y tenía mis favoritos. Sin duda, la que más, la canción de Ucrania "Dancing Lasha Tumbai" interpretada por Verka Serduchka (que a mí me dio por recordarme a la Orquesta Mondragón). ¡Quedamos segundos! Y por los pelos, que a falta de dos votaciones estaban a tiro. Todavía no entiendo cómo pudo ganar la canción serbia... también me gustaba Bulgaria (la chica que le daba a los tambores, aquí su video), Rumanía (el combo multicultural - aquí su video) y un talento que no fué reconocido por las votaciones, Francia (aquí su video).
Hace ya tiempo que en Eurovisión no busco "buena música", sino espectáculo. Quedé absolutamente fascinado por los Lordi el año pasado (me doy cuenta de que me estoy convirtiendo en el cronista oficial del certamen... y eso no puede ser bueno), y este año con los ucranianos me pasó lo mismo. Los que buscan hacer un auténtico show, con un planteamiento con un punto friki, son mi debilidad.
¡Dancing!