Hace poco más de diez años se estrenaba en la NBC 'Me llamo Earl', una original comedia con Jason Lee (al que conocíamos sobre todo como actor fetiche de Kevin Smith) interpretando su primer papel protagonista en una serie de televisión. Aún la podéis ver en NEOX, pero por mucho que la repongan, nunca conseguiréis ver el final: la cancelaron después de cuatro temporadas, sin darle un cierre, por sus malos datos de audiencia y lo inasumible del presupuesto.
Pero sí le vimos enmendar muchas de sus malas acciones y tacharlas de su lista a lo largo de 96 episodios. Esa lista con la que Earl Hickey iba a convertirse en mejor persona. Pero, ¿quién es Earl? O, mejor dicho ¿quién era Earl antes de vivir su gran revelación?
Earl y el karma
"¿Han pensado alguna vez en ese tío que sólo comete malas acciones y se pregunta por qué su vida es una mierda? Pues así soy yo: cada vez que me pasa algo bueno está a punto de pasarme algo malo. El karma: así me dí cuenta de que debía cambiar".
Earl es un delincuente de poca monta, de los de atracar licorerías y hacer el mal por el mal. Parece que su vida va a dar un giro inesperado cuando gana 100.000 dólares en la lotería. Pero a cambio, le atropellan y pierde el boleto. Es entonces cuando oye hablar por primera vez del Karma, y por fin lo entiende todo. Desde ese momento deja su vida en manos del karma (aunque en realidad los budistas hablan de recibir compensaciones en la siguiente reencarnación) para cambiarla: si esto es un castigo del universo, Earl lo ha entendido.
Así que redacta una lista con 259 tipos de ofensas, gestos egoístas, delitos y, en general, actos muy reprobables. Como la nº 84: fingí mi propia muerte para evitar romper con una chica. O la nº 86: le robé el coche a una mujer con una sola pierna. O, en fin, literalmente, quitarle un caramelo a un niño (muy cruel). Pero entonces no le importaba nada.
Y se dispone a reparar el daño o compensarlo como buenamente pueda. A veces no es fácil: ¿cómo le devuelves a una madre los dos años que no vio a su hijo porque estaba en la cárcel por un delito que tú habías cometido? Pues ayudándola a dejar de fumar, para prolongar su vida al menos dos años más. ¿Y cómo reparas el daño de tus años de abusón? Ayudándoles a superar los traumas que tú mismo le dejaste.
Earl y los demás
Pero la lista está viva. Porque Earl experimenta un largo viaje hacia su catarsis, su redención, la cancelación de sus deudas con el karma. y conforme va deshaciendo los entuertos, la vida le va recompensando. Si vuelve a torcer su camino, la vida le da un aviso. En cuanto cumple con el primer propósito de la lista, el boleto aparece de la nada. Earl se rinde ante la evidencia y se deja gobernar por el karma; de este tipo impresentable e indeseable que vemos en los flashbacks cometiendo todos los pecados de su lista, a ese tío bonachón, con propósitos en la vida y una paciencia infinita.
Tienes que tenerla cuando tienes a una ex-mujer (Jaime Pressly) que te reclama la pensión de tus dos hijos ilegítimos (uno negro, por si había dudas) y además es una choni con una vena muy violenta, o un hermano que tiende a "perderse en reflexiones muy largas sobre cuestiones muy básicas". Randy (Ethan Supleey) y Catalina (Nadine Velazquez), la asistente del motel en el que viven serán fundamentales para que Earl pueda tachar cosas de su lista y aportan unos divertidísimos personajes que casi hacen sombra al de Lee. A veces ellos también son parte de ella. Y muchos de los que forman parte de ella se quedan en su vida.
La serie está plagada de momentos surrealistas, de humor absurdo y extremo (y también negro), de gags recurrentes y de situaciones inesperadas. Pero sin duda el plantel de personajes disfuncionales que van pasando por la vida de Earl (y la lista) es la chispa de la serie. Una fuente inagotable de momentos divertidos. Nos quedamos sin ver cómo resolvía hasta el último de sus propósitos y qué tenía reservado el karma para él. Pero poco importa: en esta historia, más que en ninguna otra, lo importante es el camino.
En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV
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