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Cuando nos entra la nostalgia, cualquier tiempo pasado parece mejor. En el caso de la televisión, hay programas de hace 20 años que parecen mucho más actuales que algunos de ahora. Sí, con los inicios de las privadas presenciamos la llegada del Berlusconismo televisivo, pero también vivimos los albores de otras ideas mas vanguardistas. El 4 de abril de 1995 Pedro Almodóvar apadrinaba el nacimiento de un nuevo magazine de actualidad en el access prime-time de Canal +, cuando la cadena aún ofrecía espacios en abierto, antes de metamorfosear a Cuatro.
Se llamaba 'Lo + Plus' y fue un soplo de aire fresco, un ejemplo de cómo se podía combinar show -en el mejor sentido del término- y cultura en un mismo formato, dando como resultado un espacio interesante, divertido y enriquecedor (para nuestra cultura televisiva) que permanecería diez años en antena, pese a los cambios de horario y de rostros.
Nuevos canales, nuevos programas, nuevas formas
La improbable pareja Máximo Pradera-Fernando Schwartz, showman él, comedido él acabó teniendo una química televisiva que quizás ni ellos se esperaran. Fueron los primeros conductores del espacio, que compartieron desde 1995 hasta 2001 y con el que sorprendieron a la audiencia, dándole una vuelta de tuerca a ese formato encorsetado de entrevistas+actuaciones. La música la ponía una banda en directo y las entrevistas llevaron a plató a artistas, deportistas, gente de la tele, periodistas, filósofos, directores e intérpretes de cine, nacionales e internacionales.
Desde José Saramago a Iñaki Urdangarían (¿cuánto se pagaría hoy por su presencia en televisión?) pasando por Sigourney Weaver, Anthony Hopkins, Pierce Brosnan, Viggo Mortensen o Tim Burton, a quien Máximo entrevistó caracterizado como Eduardo Manosdecerdo. También tuvo a bien preguntarle sin ningún tipo de pudor (nunca lo tuvo) "¿Por qué es usted tan rarito? ¿Viene de la infancia?", mientras meneaba sus pezuñas ante el cineasta, completamente desconcertado (él, capaz de imaginar tanta bizarrada), sin saber muy bien de qué iba aquello.
La diferencia con otros magazines -además de un ambiente muy distendido y a veces gamberro- es que la entrevista fluía al mismo tiempo que las secciones (como ahora 'El Hormiguero'); así, ya fueran Los Rodríguez o Hugh Grant, todos tenían la oportunidad de conocer toda la dinámica del programa e interactuar -flipar también- con los objetos absurdos de Ramón Arangüena, hacer sus vidas un poco más zen gracias a "Los consejos de Yoshio" (Murakami), aprender de cine con Ana García-Siñeriz (y piropearla, como Máximo, pero sin llevarse el bofetón) o contestar las supuestas preguntas de la audiencia que Chus Lampreave controlaba desde su loca centralita y con las que siempre les descolocaba.
El zapping entre cinco canales -prehistoria del zapping- las parodias de Máximo Pradera, los sketches de producción propia (como éste what if... Almodóvar hiciera un western?) y su sección más mítica y más querida, "Las noticias del Guiñol" completaban los contenidos. Máximo ponía el divertimento y la nota sarcástica; Fernando Schwartz la clase, la sabiduría. Eran el ying y el yan. El "joven aprendiz" y "el abuelo" masterchef. Juntos conformaban el presentador perfecto.
Diez años en antena: las edades de 'Lo + Plus'
Pero en 2001 Pradera se fue con su flequillo y sus parodias a otra parte (concretamente a Antena 3) al parecer descontento con "los jefes" que, en su opinión, no valoraban el que ya era "un programa de referencia". Sin embargo, no tuvieron dificultad alguna en seguir adelante ascendiendo a Ana García-Siñeriz de colaboradora a co-presentadora e incorporando a Javier Coronas (¿recordáis a la Hija de Putin?) y a Nico Abad como comentarista deportivo (lo que vendría a ser lo suyo, en lo sucesivo).
Claro que había sido mucho mayor pérdida -aunque se quedaban en casa- la marcha de Los Guiñoles, que en 1998 y debido a su gran éxito, estrenaban programa propio. Y aunque desaparecieron en 2008 de 'Noche Hache' (y de lo que ya era Cuatro) en Canal+ Francia (de donde se importaron tanto ellos como la idea original del programa) siguen dando guerra.
Tanta como dieron aquí, entre Aznar y los pactos con Pujol, las armas de destrucción masiva (impagable Clinton parodiando a Gila) o la entrada en escena de Zapatero. Políticos, deportistas, toreros que todo lo veían "como un toro" o Ana Obregón. Aquellas marionetas no sólo conseguían mimetizarse con los personajes. Los mejoraban considerablemente pasándolos por el filtro de la sátira.
Lo + Plus también cambió de ubicación, tanto su blanco plató (de los estudios de Ciudad de la Imagen a otros dos distintos en diez años) como su hueco en la parrilla de Canal+ y a partir de su quinta temporada pasó a emitirse en horario de sobremesa. Pero en 2004 perdió definitivamente casi todo recuerdo de su ser original con la marcha de Schwartz a quien le sustituyó un mucho menos carismático Manu Carreño acompañado de García-Siñeriz, que, después de aquello ya estaba lista para conducir su propio programa y debatir sobre el final de 'LOST'.
Una vez más se intentó darle otra lavada de cara al programa y se incorporó a Roberto Picazo, un personaje made in Joaquín Reyes, que se trajo de 'Noche sin Tregua'. Pero parece que la marcha del ex-diplomático era la crónica de una muerte anunciada y aunque en abril de 2005 celebraron sus diez años en antena, sólo unos meses después dijeron adiós definitivamente, dejando un gran recuerdo y unas cuantas pistas de cómo debería entenderse el entretenimiento en TV.
Ficha Técnica: 'Lo + Plus'
Cuando nos entra la nostalgia, cualquier tiempo pasado parece mejor. En el caso de la televisión, hay programas de hace 20 años que parecen mucho más actuales que algunos de ahora. Sí, con los inicios de las privadas presenciamos la llegada del Berlusconismo televisivo, pero también vivimos los albores de otras ideas mas vanguardistas. El 4 de abril de 1995 Pedro Almodóvar apadrinaba el nacimiento de un nuevo magazine de actualidad en el access prime-time de Canal +, cuando la cadena aún ofrecía espacios en abierto, antes de metamorfosear a Cuatro.
Se llamaba 'Lo + Plus' y fue un soplo de aire fresco, un ejemplo de cómo se podía combinar show -en el mejor sentido del término- y cultura en un mismo formato, dando como resultado un espacio interesante, divertido y enriquecedor (para nuestra cultura televisiva) que permanecería diez años en antena, pese a los cambios de horario y de rostros.
Nuevos canales, nuevos programas, nuevas formas
La improbable pareja Máximo Pradera-Fernando Schwartz, showman él, comedido él acabó teniendo una química televisiva que quizás ni ellos se esperaran. Fueron los primeros conductores del espacio, que compartieron desde 1995 hasta 2001 y con el que sorprendieron a la audiencia, dándole una vuelta de tuerca a ese formato encorsetado de entrevistas+actuaciones. La música la ponía una banda en directo y las entrevistas llevaron a plató a artistas, deportistas, gente de la tele, periodistas, filósofos, directores e intérpretes de cine, nacionales e internacionales.
Desde José Saramago a Iñaki Urdangarían (¿cuánto se pagaría hoy por su presencia en televisión?) pasando por Sigourney Weaver, Anthony Hopkins, Pierce Brosnan, Viggo Mortensen o Tim Burton, a quien Máximo entrevistó caracterizado como Eduardo Manosdecerdo. También tuvo a bien preguntarle sin ningún tipo de pudor (nunca lo tuvo) "¿Por qué es usted tan rarito? ¿Viene de la infancia?", mientras meneaba sus pezuñas ante el cineasta, completamente desconcertado (él, capaz de imaginar tanta bizarrada), sin saber muy bien de qué iba aquello.
La diferencia con otros magazines -además de un ambiente muy distendido y a veces gamberro- es que la entrevista fluía al mismo tiempo que las secciones (como ahora 'El Hormiguero'); así, ya fueran Los Rodríguez o Hugh Grant, todos tenían la oportunidad de conocer toda la dinámica del programa e interactuar -flipar también- con los objetos absurdos de Ramón Arangüena, hacer sus vidas un poco más zen gracias a "Los consejos de Yoshio" (Murakami), aprender de cine con Ana García-Siñeriz (y piropearla, como Máximo, pero sin llevarse el bofetón) o contestar las supuestas preguntas de la audiencia que Chus Lampreave controlaba desde su loca centralita y con las que siempre les descolocaba.
El zapping entre cinco canales -prehistoria del zapping- las parodias de Máximo Pradera, los sketches de producción propia (como éste what if... Almodóvar hiciera un western?) y su sección más mítica y más querida, "Las noticias del Guiñol" completaban los contenidos. Máximo ponía el divertimento y la nota sarcástica; Fernando Schwartz la clase, la sabiduría. Eran el ying y el yan. El "joven aprendiz" y "el abuelo" masterchef. Juntos conformaban el presentador perfecto.
Diez años en antena: las edades de 'Lo + Plus'
Pero en 2001 Pradera se fue con su flequillo y sus parodias a otra parte (concretamente a Antena 3) al parecer descontento con "los jefes" que, en su opinión, no valoraban el que ya era "un programa de referencia". Sin embargo, no tuvieron dificultad alguna en seguir adelante ascendiendo a Ana García-Siñeriz de colaboradora a co-presentadora e incorporando a Javier Coronas (¿recordáis a la Hija de Putin?) y a Nico Abad como comentarista deportivo (lo que vendría a ser lo suyo, en lo sucesivo).
Claro que había sido mucho mayor pérdida -aunque se quedaban en casa- la marcha de Los Guiñoles, que en 1998 y debido a su gran éxito, estrenaban programa propio. Y aunque desaparecieron en 2008 de 'Noche Hache' (y de lo que ya era Cuatro) en Canal+ Francia (de donde se importaron tanto ellos como la idea original del programa) siguen dando guerra.
Tanta como dieron aquí, entre Aznar y los pactos con Pujol, las armas de destrucción masiva (impagable Clinton parodiando a Gila) o la entrada en escena de Zapatero. Políticos, deportistas, toreros que todo lo veían "como un toro" o Ana Obregón. Aquellas marionetas no sólo conseguían mimetizarse con los personajes. Los mejoraban considerablemente pasándolos por el filtro de la sátira.
Lo + Plus también cambió de ubicación, tanto su blanco plató (de los estudios de Ciudad de la Imagen a otros dos distintos en diez años) como su hueco en la parrilla de Canal+ y a partir de su quinta temporada pasó a emitirse en horario de sobremesa. Pero en 2004 perdió definitivamente casi todo recuerdo de su ser original con la marcha de Schwartz a quien le sustituyó un mucho menos carismático Manu Carreño acompañado de García-Siñeriz, que, después de aquello ya estaba lista para conducir su propio programa y debatir sobre el final de 'LOST'.
Una vez más se intentó darle otra lavada de cara al programa y se incorporó a Roberto Picazo, un personaje made in Joaquín Reyes, que se trajo de 'Noche sin Tregua'. Pero parece que la marcha del ex-diplomático era la crónica de una muerte anunciada y aunque en abril de 2005 celebraron sus diez años en antena, sólo unos meses después dijeron adiós definitivamente, dejando un gran recuerdo y unas cuantas pistas de cómo debería entenderse el entretenimiento en TV.
Nuevos canales, nuevos programas, nuevas formas
<li><strong>Título Original</strong>: 'Nulle Part Ailleurs'</li>
<li><strong>Género</strong>: Magazine</li>
<li><strong>Cadena original</strong>: Canal+ Francia</li>
En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV
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