'La Casa de la Pradera', Nostalgia TV

mage: {"alt":"la casa de la pradera","src":"29a0b1\/650_1000_lacasapraderanostalgia","extension":"jpg","layout":"normal","height":400,"width":650}]]

¿Habéis oído alguna vez esa frase que dice “trabajas más que un pañuelo en ‘La Casa de la Pradera’” o esa otra de “Esto está más tranquilo que ‘La Casa de la Pradera‘ en hora de misa”? Hay muchos ejemplos más, pero algunos no son muy decorosos… Sólo un verdadero fenómeno cultural que perdure en nuestro recuerdo durante generaciones puede conseguir entrar en el imaginario popular de esta manera y provocar que la mera mención de su nombre se asocie rápidamente a unas cualidades concretas.

‘La Casa de la Pradera’ es una de las series más recordadas por todos los espectadores. Incluso aquellos televidentes que no la han visto, saben de qué iba la historia y cómo eran los personajes que la protagonizaban. A veces era cursi, sí; a veces era ñoña, también; pero a veces, conseguía ponernos el corazón en un puño y hacer que cruzáramos los dedos para que a los Ingalls les fuera todo bien.

Cómo nace la historia

Existen dos versiones que explican el nacimiento de la serie. La primera nos habla de una película para televisión que tuvo tanto éxito que se reconvirtió en serie. La otra (no muy alejada de ésta primera) nos dice que se grabó un capítulo piloto revestido de película, esto es, con un alto coste de producción y un metraje de dos horas, para probar con el público la historia y los personajes y que, debido a sus buenas audiencias, se continuó con el proyecto.

Sea como fuere, lo que sí sabemos con certeza es que, a comienzos de los años 70, el productor de televisión Ed Friendly buscaba una serie con el tirón y la fuerza suficientes para ser capaz de sustituir a ‘Bonanza’. En sus manos cayeron los libros autobiográficos escritos por la verdadera Laura Ingalls Wilder durante la segunda mitad del siglo XIX, unos relatos en los que narraba su historia familiar: perteneció a una familia de pioneros americanos que vivió en los estados de Kansas, Minnesota y Dakota.

Pero el verdadero motor que impulsó ‘La Casa de la Pradera’ se llama Michael Landon. El entonces joven actor, conocido por interpretar al benjamín de los hermanos Cartwright, se entusiasmó desde el primer momento con el proyecto. Friendly le propuso que dirigiera el piloto para la NBC pero Landon quiso que su participación fuera más allá y se ofreció como actor para interpretar al padre de la familia Ingalls. Por si fuera poco, también fue productor y guionista de la serie.

Las tramas

‘La Casa de la Pradera’ nos contó durante nueve temporadas las vicisitudes de la familia Ingalls, formada, en un principio, por el matrimonio (Charles y Caroline) y sus tres hijas (Mary, Laura y Carrie), que llegaban al pueblecito de Walnut Grove y se establecían en una granja. Pese a las variadas y múltiples complicaciones, la familia luchaba por prosperar y salir adelante. A la familia protagonista se unía un elenco de personajes que cumplía con los estándards vecinales que deben pulular por toda villa televisiva: los tenderos, ricos y tacaños; el reverendo de buen corazón, el médico para todo, un carpintero amigo de la familia…

Durante las primeras temporadas, la acción se centró más en los problemas económicos de los Ingalls, una familia que prospera desde la nada. Debían defender su granja y su trabajo frente a las adversidades territoriales, climatológicas, empresariales… Después, los personajes comenzaron a volar y las hijas, convertidas ya en adolescentes, cobraron más protagonismo, siendo sus historias personales las que daban mayor interés a lo que sucedía en la serie. En especial, Laura, que fue tomando mayor y mayor fuerza.

Uno de los puntos fuertes de ‘La Casa de la Pradera’ y también una de las razones por las que encandiló al público estadounidense fue mostrar a los pioneros americanos como personas trabajadoras y honradas que sufrieron para hacer prosperar su nación, pero sin olvidar nunca ciertos valores morales y religiosos. Los Ingalls eran un ejemplo de superación, sacrificio y trabajo duro pero también de devoción y bondad, y de aquello de poner la otra mejilla cuando el prójimo sacaba las uñas.

[[image: {"alt":"casapraderahijas","src":"047b0f\/650_1000_casapradera2","extension":"jpg","layout":"normal","height":434,"width":650}]]

Esta serie, al igual que sucedió con ‘La Tribu de los Brady’ siempre se usa para ejemplificar un cierto tipo de honradez basada en principios de caridad y resignación. Incluso los personajes más malvados no lo eran tanto. Por ejemplo, Nelly Olleson, la archienemiga de Laura durante la primera parte de la serie, maduraba y cambiaba, “convirtiéndose” en buena.

Pero, a pesar de que ahora nos parezca tan blanca e inocente, en su momento fue muy aclamada por tratar temas de problemática social como las adicciones, el racismo o el elitismo. Y aunque muchos pensemos que la ceguera del personaje de Mary fue un señor golpe de efecto con tintes morbosillos, en ese momento, para la sociedad americana supuso sacar a la palestra algo que hasta entonces nunca se había mostrado en televisión, sino que era marginado en la industria audiovisual. De la misma manera, hablar de hijos adoptados era un tabú para las familias de la época, por lo que los Ingalls también fueron pioneros en este aspecto.

Algunas curiosidades

  • En España, ‘La Casa de la Pradera’ vivió un resurgir cuando en los años 90, Telecinco se hizo con los derechos de la serie y volvió a emitirla a mediodía. Una nueva generación de espectadores quedaron atrapados por sus empalagosas intrigas.
  • La serie se canceló por la bajada de la audiencia, pero sus fans seguían siendo legiones. Las protestas de los mismos hicieron que se grabaran cuatro películas.
  • En 2005 se rodó una miniserie a modo de remake.
  • La revista TV Guide nombró a Charles Ingalls como el cuarto mejor padre televisivo de todos los tiempos y a Nellie Olleson como el tercer personaje de la televisión más engreído.
  • La actriz Alison Argrim (Nellie Olleson) publicó en 2010 el libro ‘Confesiones de una zorra de la pradera’ en la que destapaba las relaciones tortuosas entre los actores de la serie, centrándose especialmente en las disputas entre Melissa Gilbert y Melissa Sue Anderson (Laura y Mary, respectivamente).
  • Otro que se encargó de desmontar mitos acerca de ‘La Casa de la Pradera’ fue John E. Miller quien, en su biografía sobre la autora de las novelas originales ‘Becoming Laura Ingalls Wilder’ afirmaba que el modélico padre de familia fue bastante más canalla de lo que la ficción se hubiera atrevido a reflejar nunca.
  • El teléfono que tenía el Doctor Baker ha sido objeto de polémica, pues se considera que en una ciudad como Walnut Grove no habría llegado en esa época ese tipo de tecnología.

Ficha Técnica: La Casa de la Pradera


¿Habéis oído alguna vez esa frase que dice “trabajas más que un pañuelo en ‘La Casa de la Pradera’” o esa otra de “Esto está más tranquilo que ‘La Casa de la Pradera‘ en hora de misa”? Hay muchos ejemplos más, pero algunos no son muy decorosos… Sólo un verdadero fenómeno cultural que perdure en nuestro recuerdo durante generaciones puede conseguir entrar en el imaginario popular de esta manera y provocar que la mera mención de su nombre se asocie rápidamente a unas cualidades concretas.

‘La Casa de la Pradera’ es una de las series más recordadas por todos los espectadores. Incluso aquellos televidentes que no la han visto, saben de qué iba la historia y cómo eran los personajes que la protagonizaban. A veces era cursi, sí; a veces era ñoña, también; pero a veces, conseguía ponernos el corazón en un puño y hacer que cruzáramos los dedos para que a los Ingalls les fuera todo bien.

Cómo nace la historia

Existen dos versiones que explican el nacimiento de la serie. La primera nos habla de una película para televisión que tuvo tanto éxito que se reconvirtió en serie. La otra (no muy alejada de ésta primera) nos dice que se grabó un capítulo piloto revestido de película, esto es, con un alto coste de producción y un metraje de dos horas, para probar con el público la historia y los personajes y que, debido a sus buenas audiencias, se continuó con el proyecto.

Sea como fuere, lo que sí sabemos con certeza es que, a comienzos de los años 70, el productor de televisión Ed Friendly buscaba una serie con el tirón y la fuerza suficientes para ser capaz de sustituir a ‘Bonanza’. En sus manos cayeron los libros autobiográficos escritos por la verdadera Laura Ingalls Wilder durante la segunda mitad del siglo XIX, unos relatos en los que narraba su historia familiar: perteneció a una familia de pioneros americanos que vivió en los estados de Kansas, Minnesota y Dakota.

Pero el verdadero motor que impulsó ‘La Casa de la Pradera’ se llama Michael Landon. El entonces joven actor, conocido por interpretar al benjamín de los hermanos Cartwright, se entusiasmó desde el primer momento con el proyecto. Friendly le propuso que dirigiera el piloto para la NBC pero Landon quiso que su participación fuera más allá y se ofreció como actor para interpretar al padre de la familia Ingalls. Por si fuera poco, también fue productor y guionista de la serie.

Las tramas

‘La Casa de la Pradera’ nos contó durante nueve temporadas las vicisitudes de la familia Ingalls, formada, en un principio, por el matrimonio (Charles y Caroline) y sus tres hijas (Mary, Laura y Carrie), que llegaban al pueblecito de Walnut Grove y se establecían en una granja. Pese a las variadas y múltiples complicaciones, la familia luchaba por prosperar y salir adelante. A la familia protagonista se unía un elenco de personajes que cumplía con los estándards vecinales que deben pulular por toda villa televisiva: los tenderos, ricos y tacaños; el reverendo de buen corazón, el médico para todo, un carpintero amigo de la familia…

Durante las primeras temporadas, la acción se centró más en los problemas económicos de los Ingalls, una familia que prospera desde la nada. Debían defender su granja y su trabajo frente a las adversidades territoriales, climatológicas, empresariales… Después, los personajes comenzaron a volar y las hijas, convertidas ya en adolescentes, cobraron más protagonismo, siendo sus historias personales las que daban mayor interés a lo que sucedía en la serie. En especial, Laura, que fue tomando mayor y mayor fuerza.

Uno de los puntos fuertes de ‘La Casa de la Pradera’ y también una de las razones por las que encandiló al público estadounidense fue mostrar a los pioneros americanos como personas trabajadoras y honradas que sufrieron para hacer prosperar su nación, pero sin olvidar nunca ciertos valores morales y religiosos. Los Ingalls eran un ejemplo de superación, sacrificio y trabajo duro pero también de devoción y bondad, y de aquello de poner la otra mejilla cuando el prójimo sacaba las uñas.

Esta serie, al igual que sucedió con ‘La Tribu de los Brady’ siempre se usa para ejemplificar un cierto tipo de honradez basada en principios de caridad y resignación. Incluso los personajes más malvados no lo eran tanto. Por ejemplo, Nelly Olleson, la archienemiga de Laura durante la primera parte de la serie, maduraba y cambiaba, “convirtiéndose” en buena.

Pero, a pesar de que ahora nos parezca tan blanca e inocente, en su momento fue muy aclamada por tratar temas de problemática social como las adicciones, el racismo o el elitismo. Y aunque muchos pensemos que la ceguera del personaje de Mary fue un señor golpe de efecto con tintes morbosillos, en ese momento, para la sociedad americana supuso sacar a la palestra algo que hasta entonces nunca se había mostrado en televisión, sino que era marginado en la industria audiovisual. De la misma manera, hablar de hijos adoptados era un tabú para las familias de la época, por lo que los Ingalls también fueron pioneros en este aspecto.

Algunas curiosidades

  • En España, ‘La Casa de la Pradera’ vivió un resurgir cuando en los años 90, Telecinco se hizo con los derechos de la serie y volvió a emitirla a mediodía. Una nueva generación de espectadores quedaron atrapados por sus empalagosas intrigas.
  • La serie se canceló por la bajada de la audiencia, pero sus fans seguían siendo legiones. Las protestas de los mismos hicieron que se grabaran cuatro películas.
  • En 2005 se rodó una miniserie a modo de remake.
  • La revista TV Guide nombró a Charles Ingalls como el cuarto mejor padre televisivo de todos los tiempos y a Nellie Olleson como el tercer personaje de la televisión más engreído.
  • La actriz Alison Argrim (Nellie Olleson) publicó en 2010 el libro ‘Confesiones de una zorra de la pradera’ en la que destapaba las relaciones tortuosas entre los actores de la serie, centrándose especialmente en las disputas entre Melissa Gilbert y Melissa Sue Anderson (Laura y Mary, respectivamente).
  • Otro que se encargó de desmontar mitos acerca de ‘La Casa de la Pradera’ fue John E. Miller quien, en su biografía sobre la autora de las novelas originales ‘Becoming Laura Ingalls Wilder’ afirmaba que el modélico padre de familia fue bastante más canalla de lo que la ficción se hubiera atrevido a reflejar nunca.
  • El teléfono que tenía el Doctor Baker ha sido objeto de polémica, pues se considera que en una ciudad como Walnut Grove no habría llegado en esa época ese tipo de tecnología.

Cómo nace la historia

  • En España, ‘La Casa de la Pradera’ vivió un resurgir cuando en los años 90, Telecinco se hizo con los derechos de la serie y volvió a emitirla a mediodía. Una nueva generación de espectadores quedaron atrapados por sus empalagosas intrigas.
  • La serie se canceló por la bajada de la audiencia, pero sus fans seguían siendo legiones. Las protestas de los mismos hicieron que se grabaran cuatro películas.
  • En 2005 se rodó una miniserie a modo de remake.
  • La revista TV Guide nombró a Charles Ingalls como el cuarto mejor padre televisivo de todos los tiempos y a Nellie Olleson como el tercer personaje de la televisión más engreído.
  • La actriz Alison Argrim (Nellie Olleson) publicó en 2010 el libro ‘Confesiones de una zorra de la pradera’ en la que destapaba las relaciones tortuosas entre los actores de la serie, centrándose especialmente en las disputas entre Melissa Gilbert y Melissa Sue Anderson (Laura y Mary, respectivamente).
  • Otro que se encargó de desmontar mitos acerca de ‘La Casa de la Pradera’ fue John E. Miller quien, en su biografía sobre la autora de las novelas originales ‘Becoming Laura Ingalls Wilder’ afirmaba que el modélico padre de familia fue bastante más canalla de lo que la ficción se hubiera atrevido a reflejar nunca.
  • El teléfono que tenía el Doctor Baker ha sido objeto de polémica, pues se considera que en una ciudad como Walnut Grove no habría llegado en esa época ese tipo de tecnología.

[[image: {"alt":"la casa de la pradera","src":"29a0b1\/650_1000_lacasapraderanostalgia","extension":"jpg","layout":"normal","height":400,"width":650}]]

  • Título Original: Little House on the Prairie
  • Género: Drama
  • Cadena: NBC (1973-1983)
  • Emitida en España: RTVE, Telecinco
  • Disponibilidad DVD: 5 primeras temporadas

En ¡Vaya Tele! | Nostalgia TV

Portada de Espinof