El primer mando a distancia sin cables fué el Flashmatic, de 1955, y funcionaba con 4 sensores lumínicos situados en cada una de las esquinas del televisor, cada uno con una función asociada (subir y bajar volumen, girar el dial hacia un sentido o el otro). El mando dirigía luz hacia esos sensores y ponía en marcha la función pero, al ser un sistema fotosensible, el televisor podía volverse loco si por ejemplo le daba directamente la luz del sol. El Space Command fué la siguiente evolución, y su sistema estaba basado en ultrasonidos: un cuidadoso diseño permitía generar ondas sonoras que servían para controlar algunas funciones del televisor. El receptor necesitaba incorporar un dispositivo técnicamente complejo y que encarecía sensiblemente su precio para poder tratar la señal. Curiosamente, este sistema no necesitaba de pilas para funcionar, y es que los comerciales de aquella época tendían a pensar que la gente no se acostumbraría a usar aparatos basados en baterías...
Los circuitos integrados fueron imponiéndose, y empezaron a utilizarse para generar electrónicamente los ultrasonidos que controlasen el televisor, acompañados de las consiguientes baterías. Finalmente, la tecnología evolucionó hacia los mandos basados en infrarojos en los años 80, convirtiéndose en un estándar de facto. De hecho, en el año 2000, más del 99% de los equipos de televisión y el 100% de equipos de grabación (vídeo, DVD) que se vendieron en Estados Unidos estaban equipados con mando a distancia.
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