'Buenafuente' cierra su show demandando una televisión diferente

Quién nos iba a decir a nosotros que aquel presentador catalán que llegaba con sus gafas y sus monólogos a las noches de Antena 3 terminaría acompañándonos durante siete años. Sobre todo teniendo en cuenta la hegemonía que hasta la fecha tenía ‘Crónicas marcianas’ en el late night de nuestra televisión. Pero Andreu Buenafuente llegó con su panda de colaboradores y ofreció una alternativa fresca a lo que hasta entonces estábamos acostumbrados. Y así, ‘Buenafuente’ se ha mantenido durante 964 programas que, si hacemos bien la cuenta, supone 964 monólogos y una cantidad de risas incalculable.

El programa se despidió ayer de su audiencia después de una semana nostálgica en el que una selección de los mejores momentos de su vida nos ha estado recordando que esto se terminaba. Lo hizo, como no podía ser de otra manera, con la compañía de Berto Romero y Ana Morgade, los dos últimos supervivientes de una larga lista de colaboradores que han trabajado con la única meta de hacernos pasar los mejores momentos posibles antes de irnos a la cama. Y la verdad es que lo han conseguido. El cierre de ‘Buenafuente‘ nos deja algo huérfanos, sobre todo si tenemos en cuenta la televisión a la que hoy en día tenemos que enfrentarnos. La incertidumbre por lo que vendrá es evidente. Se necesita cubrir con urgencia ese hueco que deja Andreu, aunque venga quien venga, tendrá que enfrentarse al listón que los chicos de El Terrat dejan como herencia.

Hay que ser justos con lo que ‘Buenafuente’ nos ha ofrecido durante estos siete años. Nos puede gustar más o menos su estilo, pero el programa ha hecho una apuesta de televisión diferente. Ha mantenido un nivel con los entrevistados que han asistido al programa (actores y cantantes pero también sociólogos o escritores), ha dedicado un hueco en cada programa para la música y ha criticado la actualidad diaria. Y todo lo ha decorado con el mejor humor posible.

El programa de ayer incluyó, como no podía ser de otra manera, alguna que otra sorpresa. La madre de Andreu apareció para recordar con su hijo algunos de los momentos de esta temporada. También hizo acto de presencia el Langui para marcarse un rap con Andreu y Berto y Ferran Adrià dejó un mensaje para despedirse del equipo. Momento estelar para la niña de Shrek, la colaboradora más longeva del programa que, como los buenos romances, consiguió un gran beso de su amado Andreu en su capítulo final. Las últimas palabras las protagonizó el presentador a solas y fueron para agradecer el trabajo del equipo que ha hecho posible el programa, para alabar la comedia como género televisivo y para demostrar la importancia de la audiencia. Dijo del público que era “mucho más listo de lo que los programadores de televisión creen” y que merecía otro tipo de televisión.

Fue esta la premisa del final del programa, la que centró su último sketch. Andreu y Berto se convertían en Martin y Doc, los protagonistas de ‘Regreso al futuro’, y en un intento por volver a los años en los que no existía corazón acababan en el año 2025, en el que la calidad de la televisión había empeorado. Andreu-Doc, al ver aquello, intentó poner en funcionamiento la máquina para volver al presente y solucionar el problema, pero el DeLorean de El Terrat les dejaba tirados y atrapados en el futuro. Así terminaban siete años de ‘Buenafuente’, con sus dos cómicos principales atrapados. A nosotros sólo nos queda la esperanza de que encuentren la manera de volver para salvarnos de ese futuro televisivo al que parece que estamos destinados.

No sabemos cómo volverá Buenafuente próximamente, aunque nos aferramos a su promesa y esperaremos próximas noticias. Todo parece indicar que este verano será difícil olvidarse del programa o, al menos, de Berto y los Border Boys. Su canción tiene todas las papeletas para convertirse en la melodía de moda del verano, algo que hará que no nos olvidemos del todo del late show pero también que acabemos cogiéndole algo de odio, allá por el mes de agosto. Hoy ‘Buenafuente’ ya es historia y en el día después de su marcha sólo podemos agradecer todo lo que nos ha ofrecido. Ya se les echa de menos.

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