'Bluey' tiene una experiencia inmersiva en Australia. La diferencia es que esta vez es buena, y es probablemente el sitio favorito de cualquier niño

Visto lo visto este año, muchos preferirán no tener que escuchar más veces las palabras "experiencia inmersiva" en un tiempo. Aún están latentes las imágenes de la desastrosa experiencia de Wonka, que de algún modo consiguó empezar una infame tendencia que se ha continuado con otros fenómenos como la de 'Los Bridgerton' o la de la propia 'Bluey'.

Esta vez es buena, y de forma apropiada se encuentra en Australia, país de origen de la serie. Localizada en Brisbane, se llama Bluey’s World y mide 4.000 metros cuadrados o, como ellos comparan, 16 pistas de tenis. Es un espacio interactivo que recrea al detalle y a tamaño real los icónicos entornos de la serie, visitando la casa de los Heeler y conociendo a los protagonistas.

Igual que la propia serie, es una experiencia específicamente centrada en niños que también pueden disfrutar los padres. A lo largo de un recorrido guiado de unos 60 minutos de duración se le proponen puzles, juegos y actividades a los niños para que resuelvan solos o interactuando con los demás. La intención es asemejarse a la estructura de los capítulos, que a menudo giran alrededor de un juego entre Bluey y Bingo.

La serie es una carta de amor a Australia

En sus primeras semanas desde la apertura ya está enamorando a los visitantes locales. "Es difícil decir quién está más emocionado, si yo o mi hijo de seis años", escribía una periodista local tras acudir. Andrew Powell, ministro de Entorno y Turismo, decía a la BBC que esperaban que la experiencia tuviera un gran impacto económico en el país, con estimaciones de unos 18 millones de dólares en ingresos solo en sus primeros compases.

'Bluey' es un orgullo para la nación australiana. A pesar de que sus valores y personajes resuenan internacionalmente hay numerosas referencias a elementos y particularidades locales repartidos por todos sus episodios, incluyendo la propia raza canina a la que pertenecen los protagonistas. Para su creador, Joe Brumm, esto es la clave de su éxito, y lo que empezó como meros dibujos animados se ha convertido de algún modo en la mascota del país.

Imagen: Bluey's World

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