Con unos 5,6 hectáreas de extensión, más de una docena de detalladas instalaciones desde restaurantes a grandes entornos completamente ambientados y dos grandes atracciones, Galaxy’s Edge en Disney World es un deleite para los fans y una ventana al mundo de Star Wars como nunca antes se había visto.
Más impresionante aún, es la ampliación más grande que un parque de Disney ha hecho nunca, y dentro, con más de 5 años de desarrollo detrás y más de 5 millones de líneas de código para darle vida a todos sus componentes, se encuentra la atracción más ambiciosa de la historia de la compañía: 'Star Wars Rise of the Resistance'.
Si buscas una forma de sumergirte por completo en tu saga favorita, hay pocas formas más espectaculares de hacerlo que esta. La atracción supone una experiencia que combina tecnología de vanguardia, enormes sets y una narrativa única para hacer su magia.
A la vanguardia tecnológica
La propuesta es irresistible. Olvidaos de montañas rusas tradicionales, lo que aquí se propone es puramente inmersivo pero no carece de grandes emociones. Los visitantes se ponen de parte de los buenos en la trilogía de las Secuelas y son atrapados por la Primera Orden. Allí, tras ser transportados por las instalaciones del destructor serán rescatados con la ayuda de Rey y otros miembros de la Resistencia, y tendrán que hacer frente a Kylo Ren y a sus tropas mientras huyen en una frenética persecución.
Todo esto es una experiencia de unos 20 minutos (la más larga hecha nunca para un parque Disney) donde nunca se está sobre raíles. Los primeros compases son a pie, mientras el visitante explora boquiabierto la detallada ambientación del lugar al ritmo de la característica banda sonora de John Williams. Esta zona es un verdadero museo de la saga a tamaño real donde no se escatima en cada mínimo detalle. Droides, pantallas, consolas, soldados desfilando... todo lo necesario para integrarte en la acción.
La tecnología detrás de esto abruma. Hasta 65 animatrónicos se usan para el atrezo y los personajes que pueblan los enormes sets del destructor. Hay 3 animatrónicos de alta gama destinados para momentos clave donde se busca que los movimientos sean detallados y realistas. En una alianza con Panasonic, la atracción también cuenta con proyectores de última generación que dan vida a los personajes icónicos de las películas como Rey o Finn.
La cosa se tuerce, claro, y la introducción es interrumpida por el rescate de la Resistencia. La Primera Orden nos pisa los talones y la única forma de huir es montándonos en los vehículos. Aquí las proyecciones regalan grandes momentos para añadir al realismo. Los disparos de los soldados dejarán muescas en las paredes, y podremos ver destrozos en el terreno con las explosiones.
Otro de los elementos clave de esta atracción son las vagonetas. Al contrario que en la mayoría de atracciones, estos vehículos eléctricos no van sobre railes, sino que se desplazan sobre la pista y pueden girar en todas las direcciones en una ruta que, aunque por supuesto está planeada, puede incluir pequeñas variaciones en cada función. Además de esto, hay dos caminos diferentes según el vehículo en el que te montes, y algunas escenas también cambian según entres de día o de noche. Así que para los más completistas hay razones para volver.
El clímax está a la altura. La huida dentro del destructor es acompañada con imágenes hiperrealistas de una batalla espacial que está ocurriendo en el exterior entre ambos bandos. En una combinación entre efectos prácticos y digitales, la vagoneta se mete dentro de un ascensor y cae bruscamente al espacio, procediendo a una espectacular recta final volando de vuelta al planeta.
Aunque no le hace justicia, aquí puedes ver un recorrido completo de la atracción. Desde el impresionante recibimiento a la frenética persecución o al clímax final, se trata sin duda de una experiencia absolutamente imperdible para fans. Qué pena que a muchos nos quede un poco lejos.
Imágenes: Wikimedia Commons, Attractions 360°, 4K WDW
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