Arrancó Antena 3 la enésima pista de baile que hemos visto en nuestra televisión y lo hizo con Mónica Naranjo como maestra de ceremonias. Muchas de las miradas estaban puestas en la cantante, después de que siguiera su evolución en la pequeña pantalla y pasara de ser miembro de un jurado a presentadora absoluta de un show. Era uno de los alicientes con los que contaba 'A bailar', quizá el más atractivo, ya que el resto de los ingredientes con los que nos vendieron el programa sabían a poco desde el principio.
Aún así el experimento sedujo a 3.271.000 espectadores, lo que se traduce en un 18,8% de share, una buena marca que ha sorprendido y que, aunque lejos de los datos de 'El Príncipe', consigue que de momento Antena 3 recupere algo de terreno en la noche de los martes. Habrá que ver cómo evoluciona el programa en las sucesivas semanas y cuántos espectadores se mantienen después de que el show se estrenara sin que se pulieran detalles. De hecho queríamos que 'A bailar' fuera un programa divertido donde todos los engranajes funcionaran a la perfección. No ha sido así y hemos encontrado en su estreno un espacio televisivo desconcertante con mucho que mejorar.
Desde ese comienzo abrupto en el que la mecánica comenzó a funcionar demasiado rápido, 'A bailar' dejaba claro que necesitaba más preparación antes de llegar a la pantalla. Destacó por un ritmo logrado a trompicones en la sala de edición que conseguía despistar al espectador. Tampoco ayudó algún que otro corte de publicidad que Antena 3 insertó a mitad del show, sin buscar momentos adecuados para mantener la atención de la audiencia. A este hecho hubo que sumarle un jurado cuya elección se decantó como poco acertada y que con sus valoraciones provocaron más pereza que entusiasmo.
Al final, lo mejor fue Mónica Naranjo al frente del espacio y no tanto por la labor de ella como por lo insulso del show. Su labor de presentación estuvo a la altura de las circunstancias y mostró solvencia para tratarse de una novata, pasando una criba que no todo el mundo consigue después de presentar por primera vez. Quizá 'A bailar' necesitaba de una conducción más potente que consiguiera sacar todo el jugo posible a las parejas de famosos dispuestas a hacerse con la pista de baile.
De nuevo estamos ante un show blanco lleno de caras de famosos al que le pesa demasiado la emisión de 'Tu cara me suena', y que se queda muy lejos de la complicidad y diversión que sí consigue cada semana el programa presentado por Manel Fuentes. Esta vez estamos ante un talent show sin chispa que evita que algunos bailes se vean cutres con planos imposibles y donde de nuevo todos los presentes se lanzan piropos y están encantados de conocerse.
El primer programa de 'A bailar' se despidió siguiendo la coherencia de lo que habíamos visto hasta el momento, eligiendo al ganador de la noche y alargando lo máximo posible la elección de los bailes de la semana siguiente. Se trató de un espacio de tiempo que se vio como el más puro de los rellenos y que rompió con cualquier tipo de curiosidad que aún se tenía por la gala. Un último ejemplo de que 'A bailar' había llegado con tintes algo cutres y sin el necesario trabajo previo realizado.
En ¡Vaya tele! | Mónica Naranjo presentará 'A bailar'
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 14 Comentarios