Aún no hemos asimilado el fallecimiento del gran Leonard Cohen —extraña sensación, esa que nos hace luchar contra lo inevitable: todos vamos a morir— cuando recibimos la noticia de la muerte, a los 83 años, del actor Robert Vaughn, que en nuestro país se hizo célebre sobre todo por la serie de televisión 'El agente de CIPOL' ('The Man From U.N.C.L.E.', 19664-1968), menospreciada el año pasado en uno de los engendros de Guy Ritchie.
Otro de los papeles por los que siempre recordaremos a Vaughn es por haber sido uno de los actores principales en 'Los siete magníficos' ('The Magnificent Seven', John Sturges, 1960), homenajeada este mismo año por Antoine Fuqua. De hecho, es el último de los siete que quedaba vivo. El actor intervino en numerosos films conocidos, aunque el medio en el que más se movió fue la pequeña pantalla.
Vaughn fue nominado al Oscar una sola vez, concretamente a mejor actor de reparto por su interpretación en 'La ciudad frente a mí' ('The Young Philadelphias', Vincent Sherman, 1959), en una década en la que trabajó para directores como Cecil B. DeMille —'Los diez mandamientos' ('The Ten Commandments', 1955) o Roger Corman —'Yo fui un cavernícola adolescente' ('Teenage Cave Man', 1958).
Con la serie de televisión, de la que algunos de sus capítulos fueron estrenados como películas, y el film de Sturges, la fama del actor se dispara. Aparece en films importantes como 'Bullit' (íd., Peter Yates, 1968) y 'El coloso en llamas' ('The Towering Inferno', John Guillermin, 1974).
Trabajó hasta el final de sus días.
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