Cada vez parece un poco más cercana la largamente anunciada huelga de guionistas (o escritores audiovisuales) españoles, pues la cosa parece no tener remedio, y supongo que ya están hartos de tanta palabrería, tanta reunión sin éxito, y, sobre todo, de un nuevo reglamento de la Ley del Cine, que no les satisface en absoluto, por mucho que sea celebrada por algunos a bombo y platillo.
Cuando hace un año, poco más o menos, comenzó a hablarse de que los guionistas, encabezados por ALMA (asociación presidida por Agustín Díaz-Yanes) iba a iniciar las acciones pertinentes para provocar una paralización total de los escritores de cine y televisión, la mayoría no hicieron mucho caso. También es verdad que los ánimos se enfriaron, y que las negociaciones fueron retomadas, pero parece que, esta vez sí, hemos llegado a un punto sin retorno.
Y lo que lo ha motivado ha sido que, siempre según las asociaciones de guionistas, nadie les ha tenido en cuenta a la hora de la elaboración y puesta en marcha de la tan polémica Ley del Cine (que regula un buen montón de cosas, pero principalmente salarios, ingresos, derechos, y demás temas de índole económica). Y es que en España, los escritores de películas y televisión, salvo escasas excepciones, no existen, directamente. Se les ha ninguneado, olvidado e ignorado durante décadas; y sus condiciones de trabajo son, en una palabra, pésimas.
¿Qué diría el lector, consumidor quizá de productos televisivos españoles, si supiera que la gran mayoría de los guionistas que son contratados para crear espectáculos, o series, o programas de cualquier tipo, no se ganan la vida con ese trabajo? ¿O si se enterara de las condiciones de trabajo, que incluyen contratos basura y obligaciones denigrantes? Quizá se lo pensarían dos veces cada vez que arremeten, en muchas ocasiones con la razón del consumidor inteligente, contra el guión, dada la práctica habitual entre la gran mayoría de productores (el verdadero mal del audiovisual español) de hacer cumplir horarios de trabajo demenciales, de no respetar el trabajo del profesional destrozando sus textos en el momento final, de echar a los veteranos que más cobran para contratar noveles inexpertos que cobran a precio de becario…
Afrontémoslo, en España a los guionistas no se les trata bien. Cuentan que si un guionista lleva una idea suya a una productora, y esa idea finalmente gusta y es comprada, el pago al guionista podría ser, quizá, poder trabajar en la futura producción. Y esto es habitual. Por supuesto que habrá productores que cumplan la mínima profesionalidad. Esto es, que si contratan a un escritor para desarrollar una idea, le paguen mientras está cumpliendo su labor, y no al final, o en casos extremos no pagarle sino está conforme con el resultado definitivo.
Quizá la culpa sea de los propios guionistas muchas veces, de no hacer cumplir sus derechos como autor. Esto es algo que también hay que tener en cuenta. Pero poco puede hacer un guionista desconocido o directamente humilde, contra una productora. Y es comprensible querer ver tu trabajo filmado aunque te paguen poco…o nada. Pero quizá deberían reflexionar. ¿Hasta qué punto merece la pena desprestigiar y ver pisoteada tu profesión? En mi opinión, bajo ningún punto.
¿Y qué es lo que piden los guionistas? Pues entre otras cosas algún porcentaje en los ingresos de los Dvd, un sueldo en cada película de un 3%, de base, del presupuesto total de la película, o un pago, insignificante, de como mínimo 10.000 € en la venta de un guión. Me parece bastante razonable. De hecho, me parece hasta poco exigente. Porque si hacemos una división, se nos cae a todos la cara de vergüenza. Pongamos una película que cueste 8 millones de euros, que no es tan raro, y cuyo guión lo vendió un tipo que se pasó escribiéndolo 2 años de su vida, y que ganó por ello 10.000 €. No sólo es que no llega al salario mínimo interprofesional si dividimos ese sueldo por 24 meses, sino que el porcentaje respecto al presupuesto es de un 0,125 %. Bravo.
Es decir que una de las herramientas más importantes (no es la más importante…pero una de las que más sí), lo pagaríamos en España, en caso de que no haya huelga porque todas las partes se han avenido, a menos de un 1% del total del precio del producto. Es para llorar. No me extraña que vayan a la huelga. Y si así es, y nos quedamos sin tele (porque lo del cine a nadie le interesa…), a lo mejor en unos años empezamos a tener guiones de verdad.
Vía | Pianista en un burdel