Todavía no hay más información al respecto, pero la noticia ha aparecido en un telediario (a saber cuál con tanto zapping que hago) este mediodía.
Durante la presentación de Diamante de Sangre en Madrid, a la que también había acudido el director del film Edward Zwick, un grupo bastante numeroso de periodistas ha recibido a Leonardo DiCaprio con varios minutos de abucheos y pitidos (algún aplauso he visto también por ahí) a los que el actor ha respondido abandonando la sala.
Al parecer el motivo era que DiCaprio había hecho esperar a los allí presentes algo más de una hora para la sesión de fotos, y sólo se decidió a hacer acto de presencia cuando amenazaron con irse.
La verdad es que verlo allí parado, mirando a los periodistas, mientras estos no dejaban de gritarle y gesticular, me ha parecido un espectáculo de lo más lamentable. Me resulta extraño, en este país en que no hay un sólo concierto que empiece con menos de media hora de retraso, en el que no se respetan ni los horarios del cine, y por lo general la puntualidad brilla por su ausencia, se tenga este comportamiento bochornoso con un actor tan brillante.
A mí no me hubiera importado esperar una hora, ni dos, por lo menos hasta llegar a conocer los motivos por los que no ha podido salir a tiempo ¡Si es que no le han dejado ni abrir la boca! Lo dicho, una pena.