Ken Russell llevaba más de 20 años sin realizar un trabajo para el cine, concretamente desde 1991 con ‘Puta’ (‘Whore’). A pesar de que siguió realizando films para televisión y algún que otro documental, su nombre probablemente no es conocido para las nuevas generaciones de cinéfilos. Pero en los años 60 y 70 fue uno de los realizadores más extravagantes y extraños que ha dado el cine británico en toda su existencia. El día de hoy amanecía con la noticia de su fallecimiento, a los 84 años de edad, mientras dormía.
Su carrera en el cine comenzó con la película de espionaje ‘El cerebro de un millón de dólares’ (‘Billion Dollar Brain, 1967), protagonizado por Michael Caine y Karl Malden, un film muy distinto a lo que luego caracterizó su filmografía. Su siguiente trabajo, la reputada ‘Mujeres enamoradas’ (‘Woman in Love’, 1969), con Glenda Jackson —se alzó con el Oscar a la mejor actriz principal—, Alan Bates y Oliver Reed, le valió una nominación al Oscar al mejor director en la ceremonia de 1971. En esa misma década destaca el musical ‘Tommy’ (id, 1975), y termina con la desquiciante ‘Viaje alucinante al fondo de la mente’ (‘Altered States’, 1980), protagonizada por William Hurt.
Ya en los 80 se atreve con ‘La pasión de China Blue’ (‘Crimes of Passion’, 1984), con la muy de moda en aquellos años Kathleen Turner —en la película sale simple y llanamente espectacular— y Anthony Perkins, en una historia sobre el sexo. ‘Gothic’ (id, 1986) y ‘La guarida del gusano blanco’ (‘The Lair of the White Worm’, 1988) introducen a Russell en el horror con resultados muy discutibles. Curiosamente, una de sus últimas películas es ‘The Rainbow’, que es una precuela de ‘Mujeres enamoradas’, y que le volvió a reunir con Glenda Jackson.
Hasta siempre Ken.
Vía | Las horas perdidas