‘El último viaje de Robert Rylands’ (1996), dirigida por Gracia Querejeta y producida por su padre, Elías, ha estado en tela de juicio casi desde su estreno. Javier Marías, autor en cuya novela, ‘Todas las almas’, estaba supuestamente basada la película, demandó a la productora por incumplimiento de contrato. Marías consideraba que la adaptación no respetaba el espíritu de la novela, lo cual formaba parte del contrato. Las sentencias le dieron la razón al escritor y el recurso que interpuso Querejeta acaba de ser rechazado por el Tribunal Supremo.
Respetar o no el espíritu de una obra es una cuestión muy subjetiva. ¿Cómo puede un tribunal determinar si se ha respetado algo, especialmente el espíritu, que es como no decir nada? Cualquier adaptación modificará de alguna manera el producto inicial, sobre todo si se lleva a cabo por otra persona. Pero incluso un mismo autor adaptando una novela propia a un guión puede tener problemas para transmitir lo mismo que transmitió en la obra literaria. No siempre es fácil mantener un tono y un “espíritu”, aunque se intente. Por otro lado, si lo que los Querejeta, ambos autores del guión, ofrecieron fue hacer una adaptación, lo lógico sería que la adaptaran, que la llevaran a su terreno. Si Gracia Querejeta dirigió la película, es normal que hubiera más de ella en el resultado que de Marías. Es muy habitual adaptar algo de lo que quizá sólo interese tomar un aspecto secundario. Quizá en lo que se equivocaron fue en incluir la cláusula sobre el respeto al espíritu.
El Juzgado de Primera Instancia número 38 dictó sentencia a favor de Javier Marías en 1998, y la Audiencia Provincial de Madrid hizo lo mismo en 2002. La productora de Querejeta había presentado un recurso de casación que fue rechazado el pasado 7 de marzo por la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo. Contra este acto del Supremo ya no cabe recurso. El 15 de marzo la agencia literaria de Marías, Mercedes Casanovas, informó de la sentencia, que ha sido confirmada por el autor a EFE.
Elías Querejeta está obligado a retirar cualquier referencia a Javier Marías y a ‘Todas las almas’ de los títulos de crédito de la película. Además, tendrá que indemnizar al escritor por los daños morales causados mediante el pago de 36.000 euros. Además, Marías recupera los derechos sobre su novela y señala que, si algún productor estuviera interesado, “se podría hacer una verdadera adaptación, cosa que hasta ahora estaba impedida por la existencia de esa falsa adaptación que hicieron los Querejeta”.