Tom Tykwer hizo un encomiable esfuerzo destrozando el guión de Heaven, que el excelente escritor, congresista, abogado y activista político polaco Krzysztof Piesiewicz había escrito para el maestro Krzysztof Kieslowski, a quien su muerte le impidió dirigirlo.
De modo que no me hago muchas ilusiones con su adaptación de El Perfume, de Patrick Süskind. Y ahora menos, después de leer su comentario en el número de Premiere del mes pasado.
Mucha gente me pregunta cómo voy a trasladar las increíbles descripciones de olores del libro a la pantalla. Lo que es de digo es que el libro tampoco huele, así que estamos en la misma situación.
Creo que todo lo que Tykwer necesita es Odorama. ¿No es El Perfume un proyecto ideal para el sistema de olores cinematográficos ideado por John Waters, quien alguna vez confesó su placer en "hacer que la gente pagara para oler mierda"?
El sistema estaba basado en el método de tarjetas para raspar (o rascar) y oler. Los espectadores debían rascar y oler los olores numerados, cuando aparecía el número respectivo en la pantalla. Así, Waters logró superar las deficiencias de sincronía de los sistemas anteriores como el Smell-O-Vision y el Aroma—Rama. Gracias a la solución de Waters, el olor del pedo estaba debidamente sincronizado con el estruendo, por ejemplo. El Odorama de Waters exigía algo que todo joven cineasta, autor de filmes crípticos o alegóricos, propugna: espectadores activos.
Waters inventó el sistema para su filme su segunda —después de Pink Flamingos— gran obra maestra del asco, Polyester (y aquí corrijo uno de mis artículos anteriores, en el que erróneamente escribí que había sido para Desperate Living, lo que viene a recordarme, justamente, el sistema mucho más moderno inventado por Sony).
Hace cosa de un año reseñé aquí un sistema de olores cinematográficos desarrollado por Sony que, a través de ondas ultrasónicas, alteran el funcionamiento neuronal para hacerle percibir olores inexistentes a los espectadores.
No obstante, el uso de cualquiera de los sistemas anteriores implicaría un gran reto para Tykwer y su equipo: ¿cómo concebir el efluvio de una virgen, tan poderoso que es capaz de desatar una desenfrenada orgía?
El Perfume en Odorama... ¿No les parece una buena idea?
De nada, Tom.