Comienza el rodaje de 'Las 13 rosas', de Martínez-Lázaro

El 12 de agosto ha comenzado el rodaje del duodécimo largometraje de Emilio Martínez-Lázaro, director de títulos como ‘Amo tu cama rica’ (1991), ‘Los peores años de nuestra vida’ (1993), ‘Carreteras secundarias’ (1997), ‘El otro lado de la cama’ (2002) y ‘Los dos lados de la cama’ (2005).

'Las 13 rosas' narra los hechos que ocurrieron en el verano de 1939, cuando 13 jóvenes militantes de las Juventudes Socialistas, en realidad inocentes, fueron detenidas un mes después de terminar la guerra y fusiladas el 5 de agosto.

Los protagonistas serán Pilar López de Ayala, Verónica Sánchez, Fran Perea, Marta Etura, Asier Etxeandía, Nadia de Santiago, Maribel Verdú y Alberto San Juan. Enrique Cerezo y Pedro Costa producen este largometraje que cuenta con un presupuesto inicial de nueve millones de euros y que llegará a las pantallas el año que viene.

Según la agencia EFE, para Martínez-Lázaro, "la Guerra Civil en el cine español siempre se ha tratado de forma muy oblicua, muy tangencial, como para no herir sensibilidades". "Ésta es la primera película que aborda algo tan serio como este acto brutal ejercido por los tribunales militares del franquismo", afirmó. Añadió que para su décimo segundo largometraje (sin contar con los telefilmes) "no importa tanto la psicología de los personajes como los hechos", aunque luego se contradice bastante cuando asegura que no desea "contar una historia donde las chicas den pena, sino convertirlas en heroínas". De las 13 chicas fusiladas, sólo cinco aparecen en la película y son "una mezcla de todas ellas", según el director, "excepto en el caso de la católica y votante de derechas Blanca Brisac", interpretada por Pilar López de Ayala, que encabeza un reparto que forma un "mosaico" de jóvenes actores, destacó el realizador.

Comenta Martínez-Lázaro que la historia de "las 13 rosas" es "una tradición dentro de la izquierda de la que no se hablaba desde hacía 10 años", ha sido recientemente recuperada en varios libros, como 'La voz dormida' de Dulce Chacón; 'Trece rosas rojas', de Carlos Fonseca, y la novela de Jesús Ferrero que lleva el mismo título que el film. El productor Pedro Costa encontró interesante el libro de Fonseca y encargó la película a Martínez-Lázaro.

En la cárcel de Las Ventas se las conocía como 'las menores' por su corta edad y fueron acusadas de delitos que no cometieron, sobre todo después del atentado contra un militar franquista, sucedido mientras ellas estaban presas, que les fue adjudicado. Sin motivos justificados ni pruebas, 'las 13 rosas' fueron condenadas a muerte y fusiladas en tan sólo 48 horas.

Declara Jesús Ferrero que José Nero, secretario general de las Juventudes Socialistas Unificadas, había delatado a toda la organización y en su declaración habló de que algunos habían intentado atracar una tienda de ultramarinos de la calle Dulcinea, sin conseguirlo por la presencia de un elemento extraño en la puerta.

El fiscal vio en aquello el intento de reconstruir las Juventudes Socialistas Unificadas y dotarlas de un fondo económico, pero en realidad, explicó Ferrero, existió indicación de elegir a menores como represalia del asesinato del comandante Gabaldón, de su hija y de su chofer cometido días antes por dos maquis. Fueron enjuiciadas quince mujeres, pero dos se libraron, una por tener quince años y otra por estar su nombre escrito como el de un varón, y sólo trece -- Avelina, muy conocida, Joaquina, Pilar, Blanca, Ana, la de mayor entereza, Julia, Virtudes, Elena, Victoria, Dionisia, Luisa, Carmen y Martina -- fueron ejecutadas.

Pasaron a la historia por "las tres rosas", título de un poema escrito por una de ellas, pero su memoria no se perpetuó demasiado, aunque algunos exiliados la llevaron a Francia, donde fue conocida por una de las hijas de Madame Curie. "He buceado en su historia y escuchado a los que la conocieron", comentó Ferrero, pero los supervivientes, ya muy mayores, mezclaban "lo escuchado con lo contado", y fue necesario "estar por detrás de los personajes, sobretodo por haber mostrado dignidad ante el abismo" y porque "el autor llega a estar poseído por emanaciones de ellos mismos". "He recuperado también los personajes aledaños, como la monja malvada, María Anselma, que estuvo con las fusiladas y que habló duramente a una de las dos que no murieron inmediatamente, hasta que fue interrumpida por uno de los soldados.

Los parientes son también protagonistas de la historia, aunque si bien dos madres se volvieron locas -- una de ellas acudió durante años a la cárcel donde había sido fusilada su hija --, otros familiares, quizá por las presiones del momento, no fueron a recoger los cuerpos y dos hermanos adquirieron el síndrome del superviviente.

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