Cuando la solución es bajar los estándares
¿Te acuerdas de Quibi? Lo más probable es que no, y no es tu culpa. A pesar de tener detrás grandes nombres de la industria audiovisual como Jon Favreau, Guillermo del Toro o Tom Cruise preparados para crear sus microseries, la vida de esta plataforma de streaming para móviles fue espectacularmente corta y su fracaso fue sonado.
Uno podría sacar de esto que no había interés en la ficción de formato corto, o que la idea de la plataforma era simplemente mala, pero en los últimos meses han emergido plataformas alzándose de las cenizas donde plácidamente yacía Quibi que están demostrando lo contrario: se tratan de Reelshort y DramaBox.
Son, en varios sentidos, el TikTok de las telenovelas. Originadas en China y con un gran catálogo de melodramas de bajo presupuesto, tanto asiáticos como occidentales, estas aplicaciones se han hecho con el corazón y con el tiempo de muchos usuarios, marcando récords de descarga tanto en iOS como en Android.
Avivando un nuevo mercado que sí que existe
La calidad de estas producciones es de ver para creer. Historias de dobles y triples traiciones, de amoríos imposibles, de casamientos inesperados… incluso se atreven con alguna producción de fantasía. No hay ni un segundo de relleno en estos episodios que duran entre uno y dos minutos, y que son increíblemente autoconscientes de su tono hasta el punto de parecer una parodia de los mismos tipos de culebrones en los que se inspiran. Pero lo cierto es que... funcionan.
Lo barato de la producción es uno de los grandes factores del éxito de estas plataformas. De las dos, ReelShort parece tener la mayor calidad en sus producciones y aun así es muy baja. Con un presupuesto medio de 300.00 dólares, no hay caras conocidas en su reparto ni en su equipo, que suele ser también muy pequeño. Esto permite a las plataformas producir un gran número de contenidos con un menor riesgo financiero en cada uno de ellos, además de una mayor experimentación dentro de las áreas de interés habituales para sus series.
Otro factor es el modelo de negocio. Estas plataformas son gratuitas y solo hay que pagar si uno quiere deshacerse de los anuncios. Por lo demás, no te piden siquiera crear una cuenta. El salto para el espectador para atreverse a probar un concepto tan nuevo es mucho menor cuando simplemente puede probarlo sin compromisos de ningún tipo.
El último fáctor, y quizás más importante, es su similitud con la filosofía de TikTok. Pese a contar en su interfaz con vistazos generales al contenido por géneros y últimas tendencias como cualquier otra plataforma de streaming, ahí es donde los parecidos se acaban, porque el resto tiene más que ver con cómo funciona la popular red social.
Son extraordinariamente sencillas y rápidas de utilizar, el scroll entre episodios es natural y salir de la serie para continuar viendo otra es tan sencillo como un deslizamiento a la izquierda. Los episodios, además, cuentan todos con ganchos de entrada, lo que los hace fácilmente distinguibles entre sí cuando se están haciendo búsquedas rápidas.
Si hace poco nos hacíamos eco de las diferentes estrategias que los estudios estaban llevando a cabo para adaptarse a los gustos cambiantes de los espectadores, como ver clips de series en redes sociales o incluso episodios por partes, estas plataformas están creando un medio completamente nuevo que directamente ataca a ese interés. ReelShort se anima incluso con una versión de navegador (sin cambiar eso sí el formato vertical), por si se te queda pequeña la pantalla del móvil.
Es fácil tomarse a broma este éxito, pero lo cierto es que donde Quibi no supo hacerse un hueco, con sus ambiciones, su seriedad y grandes nombres, estas plataformas han sabido leer el pulso a una audiencia que a menudo busca sencillamente entretenimiento rápido y sin pretensiones.
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