Es difícil saber cuándo es el mejor momento para parar. La euforia del momento te lleva a verte indestructible, imparable, capaz de prolongar este dulzor más allá de lo que nadie ha podido. Si encima has construido todo alrededor de ir cada vez más lejos cada vez, es importante entender que ya no se puede ir más lejos, o al menos encontrar la gente que te sepa evitar cómo derrapar.
Las franquicias cinematográficas actuales se encuentran ahora mismo en ese punto existencial. Los mayores éxitos de este año, y las películas que han sabido ser rentables, han sido mayormente propuestas nuevas, mientras que sagas que han superado los confines de la trilogía se han topado con el fracaso o se han quedado cortos para ser rentables. Incluso uno de los films más taquilleros del año se ha topado de bruces con ese problema: 'Fast & Furious X'.
Exprimiendo al máximo el bidón
La saga más veloz y más delirante del Hollywood actual ha firmado unos para nada desdeñables 714 millones de dólares en todo el mundo, aunque confirma una tendencia a la baja con respecto a entregas previas y su desmesurado presupuesto cuestiona seriamente su rentabilidad. Aun así, Vin Diesel marca aquí un capítulo final para la franquicia que ya se puede ver en streaming a través de Movistar+.
La familia de Dom Toretto se enfrenta a fantasmas del pasado dispuestos a desmontar aquello que les une y les hace especiales. Jason Momoa interpreta (de una manera que mezcla Joker y Super Mario) al hijo del peligroso mafioso brasileño que derrotaron en 'Fast & Furious 5', y regresa años después de aquel momento para realizar una venganza perfectamente calculada que destroce la integridad del grupo.
Irónicamente, consigue disgregar al grupo de personajes cada vez más inmenso en diferentes secciones, entre los que el mastodóntico metraje de 140 minutos debe ir alternando. Separar a estos personajes se muestra como la decisión que más debilita la película, no encontrando el ritmo y la energía que suelen encontrar juntos, como ese tramo en Italia que es el que da mejor resultado de toda la película.
'Fast & Furious X': épica interrumpida
También palidece por esa decisión que han tomado muchos blockbusters que se han partido en dos mitades, o que afrontan su recta final, decidiendo replicar el cliffhanger de 'Vengadores: Infinity War' pero quedando más como si faltase un acto a la película en cuestión. El interés a toda costa por hacer esto la primera parte de una épica conclusión termina eliminando parte de la tensión.
Louis Leterrier tampoco es la elección más inspirada, aunque viniese a última hora para reemplazar a Justin Lin (el mejor director que mejor ha entendido la Fast Saga). Termina dando algo medianamente efectivo y ocasionalmente divertidamente delirante, pero termina saturando de igual manera que el villano de Momoa. Todo manda señales de que el final está cerca, e igual es más necesario de lo que ellos mismos creen.
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