Una mujer necesita alejarse durante un tiempo de demonios personales y traumas que ha presenciado, y busca la solución en una coqueta residencia en medio del campo inglés que le alejará del mundanal ruido. La naturaleza y el encanto de las comunidades pequeñas parecen el perfecto antídoto al mundanal ruido, así como de las torturadas imágenes que vuelven a ella de manera continua.
Sin embargo, algo más inquietante y aterrador le aguarda allí. Además de ser perseguida por un misterioso y siniestro hombre, se empieza a dar cuenta de que el pueblo está todo lleno de hombres con la misma cara. La premisa deja bastante claro por donde va a ir la denuncia que Alex Garland busca hacer en 'Men', quizá su obra más desafiante a pesar de tener más delineadas sus intenciones que nunca.
Qué he hecho yo para merecer este acoso
Su tercera película como director se encuentra ya en plataformas digitales como Filmin, Amazon o Apple TV para su alquiler, dispuesta a ofrecer una de las experiencias más singulares del cine de terror de este año. Un terror que ha sido más o menos constante en la filmografía de Garland, incluyendo guiones, pero que aquí recobra el papel de marcador del tono, con toques de horror rural y también del sobrenatural para una potente alegoría marca de la casa.
El cine de Garland se caracteriza precisamente por sus potentes ideas embebidas en sus relatos de terror y/o ciencia ficción. Aquí recurre a menos sutilezas, cambiando metáforas por alegorías directas para contar la estremecedora perspectiva principal. Un poblado lleno de hombres inquietantes con la misma cara deja una lectura clara sobre el patriarcado y la indefensión que siente una mujer como a la que da vida (fabulosamente) Jessie Buckley.
No obstante, no se queda en lo superficial. Las imágenes rurales, el uso de la simbología cristiana y el cómo se desarrolla la idea de los hombres idénticos van explorando algo un poco más ambicioso como es el pecado original de la humanidad. El daño causado por el hombre a la madre Tierra y la necesidad de renacimiento (personal y global) marcan un relato existencial que no se quiere andar con tonterías.
'Men': el pecado original
Por ello, es también la película de Garland que deja menos lugar a la imaginación, a pesar de su apuesta por la imagen abstracta y hasta grotesca (su tramo final es uno de los más viscerales e impactantes del cine de terror reciente).
Humanismo, crítica a la misoginia y ecologismo devoran una película que tiene también algunas trazas interesantes sobre cómo te persigue el trauma, aunque al final quedan inacabadas y siendo mejor desarrolladas en películas con menos pretensiones (y más efectivas en su respectiva área del terror) como 'Smile'.
Sigue siendo una película muy digna de recuperar, sea para adorarla o para quedarse perplejo con sus ideas visuales. Garland hace uno de sus trabajos más completos como creador de imágenes, haciendo una fabulosa evolución con respecto a 'Aniquilación' o 'Devs'. Eso, y cualidades que la hacen una película que no te deja en absoluto indiferente la hacen una de las películas de terror más comentables del año.
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