Acabo de terminar las sexta y última hora de la opus magna de Marco Tullio Giordana, La Meglio Gioventù (del 2003 —sí, se que la descubro con mucho retraso), lo que me ha dejado un reconfortante sentimiento de reconciliación con el arte cinematográfico actual.
Es sus seis cortas horas de metraje, el filme examina 40 años de las vidas de dos hermanos, Matteo (Alessio Boni) y Nicola (Luigi Lo Cascio) Carati y, con ellos, del resto de los integrantes de la familia Carati. Hasta aquí, nada que no se haya hecho antes. No obstante, lo más interesante de La Meglio Gioventù es el delicado equilibrio que Giordana logra entre las pequeñas, anónimas historias de los personajes principales, y los grandes acontecimientos que han sacudido la historia italiana en las últimas cuatro décadas: desde las luchas estudiantiles de finales de los 60, hasta los escándalos de corrupción que empañaron los 90, pasando por la inundación de Florencia en el 66, los atentados de los Brigadas Rojas en los 70 o el asesinato del juez Giovanny Falcone, ordenado por la Mafia, a principios de los -80- 90.
Pero el núcleo dramático de La Meglio Gioventù se concentra en el enfrentamiento del individuo a las instituciones italianas en franca decadencia.
Concebido en principio como una serie de TV y estrenado en Cannes como un largometraje, el filme de Giordana te deja con ganas de seguir inmerso en su historia. Uno de los imprescindibles.