'El Secreto de Vera Drake' es una de esas películas que se me escapó en su paso por las salas de cine, y eso que era una película 'importante', primero por ser un film de Mike Leigh, director siempre interesante, y segundo porque tuvo importantes nominaciones en los Oscar de la última edición: dirección y guión (ambas para Leigh), y actriz principal, una impresionante Imelda Satunton, que es todo el sustento de la película.
Ambientada en los años 50 en Inglaterra, narra la cotidiana vida de Vera Drake, una mujer de clase media pobre casada y con dos hijos, que se dedica a ir por casas, cuidando a gente mayor e inválidos en unas, y haciendo la limpieza en otras. También realiza abortos ilegales a chicas jóvenes que acuden a ella porque evidentemente no quieren dar a luz. Como siempre, Mike Leigh moviéndose en terrenos espinosos.
La película tiene dos partes bien diferenciadas. En la primera nos muestra el cada día de un montón de personajes a través de los ojos de Vera Drake, de la cual también nos llegan un montón de datos gracias a que vamos asistiendo a sus labores de todos los días, casi paso por paso. Y en la segunda, el film se centra en el drama en sí, pero uno espera más de la película, pues no termina de desarrollar su historia completamente y se le pide, es curioso, un poco más de 'drama'; por decirlo de algún modo, es una película de Mike Leigh suave, un director que siempre se ha caracterizado por poner angustiosos nudos en las gargantas, aquí no se ceba tanto y eso juega, casi paradójicamente, en contra de la película. No obstante, Leigh se muestra sereno y sobrio en su sólida narración, y nos presenta unos hechos muy dramáticos con una naturalidad y sencillez que impresiona bastante. El cine de Leigh es también un cine de actores, que casi siempre nos ofrecen portentosas interpretaciones. Aquí Imelda Staunton se sale por todos los lados. Ella ES la película de principio a fin. Al comienzo siempre está sonriendo y cantando y su alegría nos contagia, su sencillez es pasmosa, un personaje cercano al que se le coge cariño enseguida. Hay una secuencia en la que le comunican algo grave, por la que le deberían haber dado todos los premios del mundo. Su expresión cambia, y a partir de ahí vemos su dolor, su miedo, sus lágrimas, y nos apiadamos de ella.
Su grandísima interpretación es lo mejor de una película que se queda en correcta, y nos deja un poco con una sensación de vacío