Supongo que no seréis pocos los usuarios de éste vuestro blog que, fanáticos irredentos del anime, os hayáis preguntado a lo largo de los meses que llevamos desarrollando el especial de cómic en cine el porqué de la limitada presencia del mundo nipón en una sección que, teóricamente, está orientada a cubrir la totalidad —o la práctica totalidad— de los acercamientos que el cine ha hecho al noveno arte. Y aunque aquí podría enarbolar múltiples razones, en esencia la responsabilidad última del limitado protagonismo del anime es de la imposibilidad de dar cabida a todo lo que se ha hecho en el país del sol naciente.
Tanto es así, que se necesitaría un especial al margen, llamado el Manga en cine, para poder dar completa cabida a la infinidad de propuestas que, ya en imagen real ya, sobre todo, en dibujos animados, han ido trasladando a veinticuatro fotogramas por segundo una parte del vasto panorama que se contempla cuando tenemos que hablar de la producción de tebeos en Japón. Es por ello que la selección de lo que aquí ha ido apareciendo ha sido muy precisa y también por lo que, llegado el momento, había que hacer parada obligatoria en esta estación llamada 'Metrópolis' ('Metoroporisu', 2001, Rintaro).
'Metrópolis', el manga
Hablar de manga es hacerlo, sí o sí, de Osamu Tezuka, ese autor al que podríamos considerar sin arredros padre del tebeo nipón y al que los propios japoneses terminaron por apelar cariñosamente como manga no kamisama, literalmente, el Dios del manga. Con una producción asombrosa que supera los ¡¡700 títulos!!, muchos son los que habría que traer aquí a colación para hacer justicia a un artista que revolucionó por completo el concepto de cómic en su país natal y que instauró incontables patrones sin los que sería imposible entender el manga hoy por hoy.
Publicada en 1949, dos años después que su 'Isla del tesoro' lo colocara en boca de todos, 'Metrópolis' supone la configuración temprana de muchas de las características que serán recurrentes en la obra del autor, ya sea en cuanto a personajes, como el detective Mostacho o Kenichi, ya en el concepto teatral que el maestro tenía acerca de sus obra o los más que obvios homenajes a Disney. Mezclados aquí con una casual referencia al 'Metrópolis' (id, 1927) de Fritz Lang, estos serán los ingredientes que Tezuka utilice para contar una historia en la que se nota, y cómo, la cercana influencia de los estragos de la Segunda Guerra Mundial.
Configurada la presencia de ésta a través de ese primitivo miedo a que la ciencia suponga el final de la civilización, el mensaje sobre el que Tezuka volverá una y otra vez a lo largo de su inmesa obra —y que queda plenamente plasmado en ese magistral trabajo que es 'Fénix'— queda considerablemente diluido por el tono ligero de la lectura, aunque no consigue empañar las sensaciones que deja en el lector una de las más tempranas muestras de genio narrativo que el Dios del Manga nos dejó a sus incontables seguidores.
'Metrópolis', visualmente arrebatadora
Para construir el humano artificial, me inspiré en la imagen de la mujer robot que aparecía en la famosa película alemana de antes de la guerra 'Metrópolis'. Sin embargo, que conste que yo en ese momento no había visto la película, ni siquiera sabía de qué iba. Simplemente, durante la guerra vi un fotograma del filme en algún 'Kinema Junpô' o similar, en la que se representaba la escena del nacimiento de la mujer robot (...) En cuanto al título, 'Metrópolis', elegí el mismo de la película porque me gustaba como sonaba. Aparte de esto, este cómic no tiene nada que ver con el largometraje. Osamu Tezuka
Si la afirmación de Tezuka no es lo suficientemente elocuente, resulta evidente tras leer 'Metrópolis', que los parecidos con el filme de Lang son precisamente lo que apunta el mangaka, pura casualidad. Y es por este motivo por lo que, cuando uno se acerca a la fastuosa adaptación animada que Rintaro hizo del mítico título, resulte cuanto menos sorprendente lo mucho que rinde pleitesía el filme que hoy nos ocupa a aquél fascinante y soberbio ejercicio cinematográfico que el maestro teutón planteaba casi ochenta años antes.
Ya no sólo es que la cinta de animación adopte en esa asombrosa ciudad generada casi por completo por ordenador diseños directamente extraídos del filme de 1927, es que esta versión de las páginas de Tezuka tiene un enfoque mucho más acusado que el cómic —y por ello muy cercano a la producción de Lang— en lo que a la lucha de clases en una sociedad distópica y eminentemente plutocrática se refiere, explorando también la relación que existe entre los robots y sus propietarios humanos, algo que Tezuka plasmaría a placer en su aclamada 'Astro Boy'.
Añadido todo esto, y por las evidentes exigencias que plantea, no ya el medio, que también, sino los casi sesenta años que habían pasado desde que se publicara el manga, 'Metrópolis' elimina los elementos más fantasiosos ideados por Tezuka, no apareciendo aquí ni la capacidad de volar de la robot que sirve de McGuffin para el avance de la trama y ni el hecho de que ésta pueda cambiar de género a voluntad como sí hacía en las páginas aviñetadas. Cambios éstos que, por otra parte, no influyen para nada en el funcionamiento de un guión que se antoja demasiado ambicioso por momentos.
Acusando esta ambición en un cierto carácter episódico, el libreto de 'Metrópolis', escrito por Katsuhiro Otomo, aúna algunas de las ideas de Tezuka con otras que están directamente extraídas de la idiosincrasia del autor de 'Akira', resultando de la fusión de ambos mundos un filme que habla de los peligros de la tecnificación del mundo que nos rodea y de cómo la humanidad está abocada a vivir en esas "ciudades hojaldre" de las que hablaba Carlos García Vázquez en su fantástico libro homónimo.
Mezclando en términos visuales lo generado por ordenador —todo aquello que compete a las imposibles arquitecturas por las que discurre la acción— con una definición de personajes directamente extraída del estilo de Tezuka, y aumentando lo ecléctico de éste perfecto maridaje con una banda sonora que en ningún momento es lo que uno podría esperarse de una cinta de ciencia-ficción de "dibujitos", 'Metrópolis' se alza como una apuesta arriesgada en el campo de la animación tanto nipón como a nivel mundial, dejando claro por el camino, que el genio narrativo de Rintaro, conoce pocos iguales.
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