Uno de los proyectos recientes anunciados por Netflix que más expectación está despertando es 'Dorothy & Alice', un crossover de 'El mago de Oz' y 'Alicia en el país de las maravillas' que en estos momentos prepara la guionista Anna Klasen (famosa por escribir un biopic, aún sin producir, acerca de nada menos que J.K. Rowling). Justin Merz escribió una historia inicial que ahora retoca Klasen y que Bryan Unkeless ('Yo, Tonya', 'Los juegos del hambre') se encargará de producir.
La historia original de Merz ponía en contacto a las protagonistas de ambas novelas de fantasía, Dorothy y Alice, cuando la primera empieza a tener pesadillas sobre la destucción de Oz. Junto a Alice intentará salvar no solo a ese mundo de fantasía, sino el suyo propio. Posiblemente, la historia acabará yendo por otros derroteros, ya que tanto Netflix como Klasen han manifestado que están reconduciendo el guión.
Sin embargo, la idea no es completamente nueva. Desde el mismo origen de las dos historias hasta las múltiples fritangas que se han llevado a cabo con estas dos heroínas como ingredientes, Alice y Dorothy han visto cómo sus caminos se cruzaban en más de una ocasión. Revisamos algunos de sus grandes éxitos conjuntos para que te hagas una idea de por dónde pueden ir los tiros oníricos en esta (no tan nueva) aventura.
Dorothy & Alice: Origins
Las similitudes entre ambos clásicos de la literatura fantástica son obvios desde sus mismos argumentos: en ambas novelas, una niña viaja a un mundo de fantasía donde corre graves peligros, pone en cuestión el mismísimo tejido de la realidad y conoce a gente muy dispar y, ya que sale el tema, un poco amenazadora. En el caso de 'Alicia en el País de las Maravillas', escrita por Lewis Carroll en 1865, la trama es mucho más disparatada y roza el sinsentido, tiene elementos de sátira y la niña es un elemento subversivo en una sociedad adulta, incomprensible y rebosante de leyes arbitrarias. La Inglaterra victoriana, vamos. Generó una secuela, más cerebral pero igual de imprescindible, 'Alicia a través del espejo'
'El mago de Oz', escrito por Frank L. Baum en 1900 está escorada a la aventura más clásica. Aunque en ambos casos las peripecias de Alice y Dorothy son sueños, el mundo onírico de Dorothy es menos asilvestrado: hace buenos y entrañables amigos, se enfrenta a villanos de cuento (no a altos estamentos sociales desquiciados) y todo obedece a unas reglas más o menos clásicas de fantasía infantil, en contraposición al caos recalcitrante del País de las Maravillas. El éxito de la novela generó decenas de secuelas oficiales, 12 de ellas escritas por el propio Baum.
Con 35 años de diferencia, cuando Baum escribió las aventuras de Dorothy en Oz, el libro de Carroll ya estaba considerado poco menos que un clásico literario. Él siempre lo reconoció como una influencia clave, aunque no comulgaba del todo con la anárquica e imprevisible estructura de las aventuras de Alicia. Baum reconoció abiertamente que la popularidad de Alice fue la que le inspiró a dar protagonismo a una niña, como solo cuatro años después haría J.M. Barrie con Wendy, la viajera a un mundo de fantasía de 'Peter Pan'.
Baum también se aprovechó de la gran revolución que supuso 'Alicia' para la literatura infantil como género. Antes del libro de Carroll, todos los libros dirigidos a niños debían tener una moraleja, y aunque en ese sentido Oz es algo más ortodoxo que el País de las Maravillas, lo cierto es que Baum opta por un saludable escapismo, mezcla de fantasía tradicional (brujas y magos) y entornos reconocibles (en Kansas, Totó), que bebe mucho de la filofosofía anti-moralinas de Carroll.
Y hay más puntos en común, algunos tan superficiales y obvios como que la imagen visual que tenemos de ambos libros procede de dos adaptaciones de gran éxito: la de Disney de 1951 para 'Alicia...' y la de 1939 en imagen real de 'El mago de Oz'. Y otros tan profundos como que ambas historias hablan de un proceso de maduración, tan habitual en las historias de aventuras: dos niñas inocentes se introducen en mundos de fantasía que les harán crecer (en el caso de Alicia, a veces literalmente) y entender mejor las reglas del mundo real donde, para su desconsuelo, acabarán volviendo.
'Fábulas' y otras reinvenciones de fantasía
Entre 2002 y 2005, el sello Vertigo de DC Comics publicó los 150 números de la serie 'Fábulas', escrita por Bill Willingham y dibujada en su mayoría por Mark Buckingham. Se trata de una curiosa mixtura de géneros, que van del thriller a la sátira, pasando por el terror, donde los personajes de los cuentos de hadas y el folclore viven en una comunidad clandestina en Nueva York, después de que sus respectivos mundos hayan sido invadidos por una fuerza extraña. Algunos personajes como el Lobo Feroz o Blancanieves son habituales, y otros aparecen referidos remotamente o camuflados.
Es el caso de Alice y Dorothy, que hacen su aparición fugazmente en el spin-off de la serie principal 'Fábulas presenta: Jack', centrado en el personaje más humano de toda la serie, un crápula que es el Jack de las habichuelas mágicas, el de Jack & Jill, Jack O'Lantern y muchos otros jacks del folclore mundial. En un momento dado es enviado al retiro Residencia Ramas Doradas, donde conoce a esta Alice adulta y vestida de rojo. La chica se escapará de la residencia junto a John Henry y Pecos Bill. Muchos personajes de la mitología de Alicia aparecen dentro de la residencia: varias cartas de la baraja, el gato de Cheshire, el Sombrerero Loco, la Morsa y el Carpintero y muchos otros.
En cuanto a Dorothy, también aparece en 'Fábulas presenta: Jack' como paciente de la Residencia Ramas Doradas, de donde finalmente acaba escapando. Pero su historia prosigue en la miniserie 'Fábulas presenta Cenicienta: Las fábulas son para siempre', donde Dorothy adopta una nueva personalidad como asesina a sueldo (su afición por la sangre viene de cuando mató a la Bruja del Oeste para volver a Kansas tras su primer viaje a Oz, por encargo del Mago), y se convierte en una de las enemigas principales de Cenicienta. Ávida de sangre, supone un cambio radical con respecto a la Dorothy que conocemos, pero su camino nunca se cruza con el de Alice.
La serie 'Érase una vez' fue acusada en numerosas ocasiones de inspirarse con cierto descaro en 'Fábulas'. Como en el cómic, Dorothy y Alice aparecen como personajes (esta vez es Alice la que merece más atención), pero no llegan a encontrarse. Dorothy forma parte de un largo arco narrativo centrado en el Reino de Oz y en el personaje de la Bruja del Oeste, Zelena. Dorothy aparece tal y como la conocemos, como una niña que llega a Oz en un tornado y solo desea retornar a Kansas. Alice, por su parte, protagoniza su propia serie, el spin-off 'Érase una vez en el País de las Maravillas', donde vuelve al mundo de fantasía y se enfrenta, entre otros... a Jafar de 'Aladdin'.
'Lost Girls': Alice, Dorothy y Wendy para adultos
Sin duda, el choque entre Dorothy y Alice más extremo e inesperado es la excelente novela gráfica 'Lost Girls', escrita por Alan Moore y dibujada por Melinda Gebbie, y que suma una tercera niña en discordia, Wendy de 'Peter Pan'. Las tres se conocen como adultas, en 1913, con la distancia en sus edades que marcan los lanzamientos de sus libros: Alice es una mujer madura, Dorothy una veinteañera y Wendy está en treinta y tantos. Juntas comparten historias de sus pasados que a los conocedores de sus aventuras originales les resultarán más que familiares.
Todas están de visita en un lujoso resort austriaco en las vísperas de la I Guerra Mundial, y se entretienen contándose infancias subidas de tono. Wendy mantuvo relaciones con un homeless adolescente en los jardines de Kensington y una banda de desarrapados, los Niños Perdidos. Dorothy, atrapada en su casa durante un tornado, descubrió el sexo con tres granjeros a los que apodaba el León Cobarde, el Hombre de Hojalata y el Espantapájaros. Alice vivió una vida durísima de abusos y adicción a las drogas que la acabaron enviando una temporada a un sanatorio mental donde padeció todo tipo de distorsiones de la realidad.
La obra, extremadamente explícita en lo sexual, es tan compleja y llena de mensajes subterráneos como cualquier otro cómic de Moore, que aquí brilla, cómo no, con su profunda erudición acerca de las obras originales. De los retorcidísimos juegos de palabras y guiños a Lewis Carroll (que impactan hasta en la estructura mágico-matemática de la obra) a la aguda perversión de 'El mago de Oz', pasando por el dramático subtexto que esconde 'Peter Pan'. Moore demuestra conocer a fondo a los personajes y emplearlos para lo que le apetece a él (hacer pornografía, tal y como él mismo definió sin tapujos 'Lost Girls'): una voluntad y una exhibición de talento de la que esperamos que 'Dorothy & Alice' tome buena nota.
'Cada corazón, un umbral': niñas perdidas y encontradas
Las reformulaciones de las aventuras de Alicia, Dorothy y derivadas para convertirse en peripecias mucho menos amables que sus encarnaciones originales están a la orden del día desde casi el nacimiento de cualquiera de ellas. Son incontables, por ejemplo, las ocasiones en las que 'Alicia en el País de las Maravillas' se ha convertido en una historia de terror (desde películas como 'Alice' de Jan Švankmajer a videojuegos como 'American McGee's Alice'). Hasta el mucho más cristalino mundo de 'El mago de Oz' tiene ribetes traumáticos que no han pasado por alto ni las adaptaciones más populares: recuerda la tremenda escena de la Bruja del Oeste derritiéndose en la película de 1939, todo un clásico del cine de horror para todos los públicos.
Esa idea la explota muy bien 'Cada corazón, un umbral', una estupenda novela de Seanan McGuire que juega con la idea de que después de sus viajes por mundos de fantasía, los niños (sobre todo niñas) quedan traumatizados y necesitan ser internados en un centro especializado, la Academia Eleanor West, donde conocen a otros como ellos y pueden compartir experiencias. Aunque McGuire no hace referencias explícitas a los mundos de Oz, al País de las Maravillas o a Nuncajamás, está claro que sus protagonistas han visitado universos paralelos muy similares a los clásicos.
McGuire desarrolla con ingenio su idea de la escuela para niños viajeros transtornados, que bebe tanto de Hogwarts como de 'El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares', planteando un abanico de personajes variado y fascinante. La autora se atreve incluso a clasificar los mundos que visitan sus personajes como 'caóticos', 'malvados', 'lógicos', 'altos en rima' y muchas otras categorías que se van perfilando en sucesivas entregas de la serie, conocida como 'Wayward Children' y que hasta ahora cuenta con cuatro partes.
Es un buen colofón -y una buena puerta abierta de par en par- para este paseo por los mundos mágicos de Alice y Dorothy, aunque la mayoría no sean oficiales y otros usen más bien las fantasías creadas por Carroll y Baum para construir sus propios universos. Son buena prueba de que los caminos de Oz y el País de las Maravillas se han entrecruzado en más de una ocasión y seguirán haciéndolo. Y de que valdrá la pena estar atentos a la propuesta de 'Dorothy & Alice'.
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