Hoy toca hablar sobre música, para variar un poco. Más concretamente sobre un documental acerca de uno de los más brillantes músicos del siglo XX. Queda pendiente, por supuesto, hablar sobre música de cine más en profundidad en éste Blogdecine, cosa que prometí y todavía no he cumplido, aunque me apasiona profundamente diseccionar la música de las películas. Pero exige un tiempo que de momento voy a dedicarle al que posiblemente sea el mejor pianista del siglo XX, y al documental que mejor, con más sensibilidad y talento ha sabido acercarse a su personalidad.
Después de muchísimo tiempo buscándolo, finalmente he encontrado el valiosísimo documental ‘Glenn Gould: Hereafter’, dirigido por el melómano y especialista Bruno Monsaingeon. Yo ya pensaba que nunca podría dar con él, aunque fue editado hace pocos años. Pero ya se sabe el lugar que ocupan en los grandes almacenes, y a veces también en los pequeños, los documentales sobre músicos. Si a ello sumamos la habitual desidia de las distribuidoras de este desgraciado país, pues mal vamos. De ahí mi sorpresa cuando descubro, en el estante de Dvd’s de música clásica, esta pequeña joya.
El canadiense Glenn Gould (1932-1982) fue una especie de estrella del rock para la música clásica. Un Elvis pianista. Ha pasado a la historia de la música sobre todo por sus interpretaciones de Johann Sebastian Bach, tan personales como virtuosas, tan apasionadas como elegantes. Pero no sólo era un pianista sublime (en mi opinión, el más grande desde Busoni), también tenía una personalidad extravagante, misteriosa, críptica, que fascinaba a sus interlocutores y obsesionaba a los numerosos fans que le seguían por todo el mundo.
Su repertorio era muy original y excéntrico (Hindemith, Byrd, siempre Bach) y su apariencia extraña, tanto en la vida cotidiana como al teclado. Su vida personal fue hermética, y delante del piano adquiría esa postura de la que tantos se burlaban o, simplemente, se quedaban estupefactos. Sufría de una dolencia en la espalda desde niño que le obligaba a encorvarse a la hora de tocar el piano. Su célebre silla, que le acompañaba a todos sus conciertos, era algo así como una prolongación de sus rasgos de carácter.
Harto de la farándula y el negocio de los conciertos, abandonó a los treinta y muy pocos años esa actividad para dedicarse por entero a la grabación en estudio. De todas ellas la más célebre es la de una de las más grandes composiciones de la historia de la música, para muchísimos aficionados: las ‘Variaciones Goldberg’, de Bach. Gould ya las grabó en los años 50, pero de nuevo se ofreció para cerrar así la larga serie de grabaciones que completaban todo el repertorio de Bach. Hoy día estas grabaciones, continuamente reeditadas, siguen siendo todo un best seller.
En cuanto a la labor de Monsaingeon, es aquí de una precisión tan alta como en el documental a toda la vida del pianista. No me cabe duda de que este hombre posee un gran talento, que quizá pase desapercibido para los consumidores de palomitas y superhéroes. La forma en que se acerca al músico para observarle tocar, se asemeja a la de un privilegiado fantasma que no osa perturbar la concentración del genio. Rodado a varias cámaras, es sabido de qué forma Gould odiaba que le interrumpiesen o le sacasen de la nube que le proporcionaba la música.
Eso sí, con una energía apabullante, el realizador sabe colocar la cámara de modo que los gestos más sugerentes, y los movimientos de la mano del artista queden recogidos de la mejor manera posible. Nosotros, espectadores a menudo malcriados, asistimos así a la creación de una obra de arte.
Estos son algunos de los vídeos de música clásica más vistos en Youtube. Aquí el lector puede disfrutar de las treinta variaciones, mientras continúa en su puesto de trabajo, o mientras realiza sus pesquisas en internet. Aunque lo mejor sería con un buen whisky on the rocks, tirado en el sofá, mirando el paisaje. Porque esto es exquisito. Más aún.
De nada.
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15 comentarios
Elperejil
Por ahora me ha sido imposible conseguir ese documental del que ya he habló un amigo hace tiempo... pero seguiré atento a la caza.
Una experiencia fabulosa es reservarse una larga y tranquila tarde, y escuchar la versión que grabó Gould de las variaciones en los 50 y después la de los 70. La diferencia entre ambas es extraordinaria. La primera es la de un joven virtuoso, ya un genio, con una velocidad y una precisión extraordinarias, llenas de pasión y osadia. La segunda es la de un hombre maduro en la cumbre de su genio, más lentas (la diferencia de duración entre ambas interpreciones es enorme), mucho más profundas, pausadas, reflexivas; ya no tiene nada que demostrar y busca el tiempo exacto de cada nota. Esta doble audición es una forma fabulosa de ver la evolución del talento y de la madurez de una persona.
Como rareza acompañarlas con la de Hanoncourt en clavicordio, que es lo que más se parece a como deberían sonar las variaciones cuando las compuso Bach... su "Primera versión". Jajaja... en estos casos, con estos genios, no importan los "remakes" por mucho que cambien el original.
Un buen acompañamiento literario es "El malogrado" de Thomas Bernhard, libro un tanto depresivo, eso sí, donde Gould tiene un "cameo" y se centra en el mundo del piano, la música y el arte.
Elperejil
¡Ya lo encontré! Alguien, desde Dios sabe dónde, compartirá su copia privada conmigo, jeje... aunque no le haré ascos a comprar el original cuando lo encuentre. Espero disfrutar en breve de este documental.
¿Y no era esta versión, la de 70 y pico, la que escuchaba Hannibal Lecter en "El silencio de los corderos"? Otro gran fan de Gould :-)
Cierto, Alexander, en esa versión resulta estremecedor escuchar la voz de Gould sobre el piano... y contra los puristas soy, igual que tú, de los que piensan que eso es casi un plus; no las hace mejores, evidentemente, pero les da una extraña humanidad que, en una pieza tan abstracta, resulta conmovedora.
Elperejil
Hace poco volví a ver "Matadero 5" (peli extraña y muy interesante, igual que el libro en el que se basa) y ya no me acordaba de lo que me sorprendió ver en el crédito de la banda sonora a Glenn Gould. No es que la compusiera (compuso poco) pero sí que fue el encargado de hacer la selección de piezas clásicas que componene esa banda sonora, arreglarlas para que encajasen en las imágenes e interpretarlas para la película. Como no podía ser de otra manera, también encontró un huevo para las variaciones, aunque no usó el aria, como suele ser típico, sino la número 25 -una de las más bellas-.
Elperejil
Hace poco volví a ver "Matadero 5" (peli extraña y muy interesante, igual que el libro en el que se basa) y ya no me acordaba de lo que me sorprendió ver en el crédito de la banda sonora a Glenn Gould. No es que la compusiera (compuso poco) pero sí que fue el encargado de hacer la selección de piezas clásicas que componene esa banda sonora, arreglarlas para que encajasen en las imágenes e interpretarlas para la película. Como no podía ser de otra manera, también encontró un huevo para las variaciones, aunque no usó el aria, como suele ser típico, sino la número 25 -una de las más bellas-.
Elperejil
Jajaja... lo que encontró no es un "huevo", es un "hueco"... perdón por el lapsus, pero es que es la hora de comer...
mrlombreeze
Gould fue un gran intérprete de Bach y de sus propios contemporáneos. Pero yo creo que cojeaba algo con el piano romántico, de ahí la famosa movida con Bernstein y el concierto de Brahms. Eso sí, la pinta de loco que tenía lo hace, para mí, muy atractivo videográficamente hablando. Gracias por la recomendación. A ver si lo consigo.
Yo creo que el mejor del XX fue Sviatoslav Richter al que también encuentro más polivalente que Gould. Curiosamente Richter es también conocido porque nunca incluyó en su repertorio las variaciones Goldberg.
Jon Nieve
Una maravilla. Desconocía por completo esta película; no así el trabajo de Gould y sus Variaciones Goldberg (así como todo su trabajo de las obras de Bach). Era un genio inolvidable que tenía una forma especial de entender la música.
Pianistas en el siglo XX hay muchos y muy buenos, difícil poder escoger sólo a uno. Personalmente soy incapar de ignorar el genio de Rajmáninov o las extravagancias de Eric Satie y sus Gimnopedias. Por supuesto todos ellos y muchos más inmensamente disfrutables con un buen whisky (a poder ser sin the rocks xDD).
Excelentísimo post.
pedrokan
Para completar esto, lo mejor es ver esa increíble película llamada "Sinfonía en Soledad" (en inglés "Thirty Two Short Films About Glenn Gould") dirigida por François Girard y con una magnífica interpretación de Colm Feore como Glenn Gould: es una perfecta introducción a tan singular personaje. Aunque es bastante difícil de encontrar.
http://pvecino.blogspot.com/
golo
Gracias de parte de un pianista y melómano ^^
danielices
Desconocía este documental, ya lo estoy buscando. Muhcas gracias Adrián por el descubrimiento.
siboney
¡Qué casualidad! Precisamente estoy editando "las variaciones Goldberg" para un trailer. Es un gusto ver gente culta en estos post. Gracias Adrian. Los puristas se quejaban de que Glenn Gould tarareaba mientras tocaba el piano. (Originalmente se tocaban con clavicordio) Precisamente mientras las estaba editando escuchaba el canturrear de Glen Gould en su personal y para mí, mejor interpretación de Bach que se ha hecho en muchos años. Ese retorcimiento melancólico..........
oclice
Si, ELPEREJIL, es la versión que escuchaba Hannibal Lecter, y que en Hannibal de Ridley Scott se vuelve a escuchar con ciertos toques macabros de Hans Zimmer. Glenn Gould un músico incomprendido, y para mi, genial.
Maritrueca
Hola, hola!
Qué gustazo! La dieron hace unos cuantos años, muchos, muchos, en la filmoteca de Barcelona y no había podido volver a verla. Busco desde entonces alguna grabación de la sinfonía Antártica, la de las voces narrando un texto sobre dicho continente. y ná de ná.
Gracias por este precioso regalo!
begonals
Adoro Bach, tengo un hijo que toca el piano y acaba de encontrarse con las variaciones. No hay palabras para describir tanto sentimiento, Bach era un genio pero Gould las recrea con tanta delicadeza, por cierto me encante oir su voz tarareando!
Gracias por el artículo
cives
Suscribo todo lo dicho en el artículo, excepto lo de que probablemente sea el más grande pianista del siglo XXI. Uno de los más grandes, sin duda. Y de los más personales. Y que recuperó las Variaciones Goldberg del olvido y las convirtió en el bestseller que son hoy en día, con dos grabaciones antitéticas, una -grabada al final de su vida, en 1981, con Sony- que dura casi el doble de minutos que la primera que le catapultó a la fama (51 minutos contra 39, a pesar de que en la edición de 1981 toca algunas de las variaciones casi más rápidamente que en 1955, pero en general, es mucho más tranquila). En definitiva y resumiendo, habiendo existido pianistas de la talla de Sviátoslav Ríjter o Vladímir Horowitz, difícilmente se puede poner a Glenn Gould por delante, por más que sea un icono de la interpretación de Bach al piano (no historicista, eso sí).