Sin lugar a dudas, ha sido una semana algo movida para Michael Moore, autor de los controversiales filmes Bowling for Columbine y Fahrenheit 9/11.
Tan sólo ayer, Variety daba a conocer la fecha de estreno para SiCKO: el próximo 29 de junio. Se refería la publicación angelina al estreno comercial en los Estados Unidos, ya que el filme será exhibido en la edición de este año del Festival de Cannes, aunque fuera de competencia, por petición del realizador.
Esta mañana, Harvey Weinstein, uno de los productores del filme, anunciaba también en Variety, que habían contratado los servicios de Chris Lehane y Ken Sunshine, estrategas políticos y consultores legales, para integrar el equipo de SiCKO.
Acaso la contratación de los spin doctors fuera consecuencia de las declaraciones que el miércoles diera Ken Johnson, representante de la organización Pharmaceutical Research and Manufacturers of America. Johnson atacó el filme de Moore, cuya trama examina las debilidades del sistema de salud estadounidense:
Una reseña del sistema de salud de América debe ser balanceado, bien pensado y documentado. De Michael Moore nunca se obtendrá tal cosa. Michael Moore es un activista político con un pasado y una tendencia hacia el sensacionalismo. Él no tiene la intención de ser balanceado y justo.
Las declaraciones de Johnson parecían la respuesta a las que justo el día anterior había hecho Harvey Weinstein, sobre el carácter menos controversial de SiCKO si se le comparaba con Fahrenheit 9/11.
He visto esta película acompañado de demócratas y republicanos y, esta vez, Michael de alguna manera ha unificado a todo el mundo.
La verdad es que no todo el mundo está satisfecho con SiCKO, lo que acaso sea todo un éxito si se toma en cuenta que aún no ha sido estrenada. A mediados de abril, el New York Post recogía el descontento de varios trabajadores de la "Zona Cero". En SiCKO, Michael Moore viaja a Cuba con varios de estos obreros, afectados por las gases tóxicos que emanaban de las ruinas del World Trade Center. En la isla, los pacientes reciben tratamiento médico gratuito, lo que le permite a Moore concluir que el sistema de salud cubano es superior al estadounidense.
No obstante, algunos se negaron a colaborar con Moore. Uno de ellos, Joe Picurro, declaró al diario newyorkino:
Prefiero morir en América que viajar a Cuba.
Esta mañana se ha conocido el último capítulo de esta polémica. O acaso, el primero de la tormenta que está por venir: el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha abierto una investigación sobre el viaje de Moore a Cuba, para determinar si ha violado el Embargo Comercial que Washington mantiene contra la isla desde 1962.
Meghan O'Hara, productora de SiCKO ha hecho pública una declaración con la posición de los realziadores sobre la investigación:
Los esfuerzos de la Admninistración Bush de conducir una investigación con motivos políticos contra Michael Moore y SiCKO, no nos detendrá en nuestro empeño de que los americanos vean esta película.
Está claro que para O'Hara, esta es una espacie de revancha de la Adminstración Bush contra el incómodo cineasta. Mientras tanto, según El Pais de España, por medidas de seguridad, varias copias de SiCKO han sido sacadas en secreto de los Estados Unidos con el fin de ponerlas a buen resguardo.
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