Ni es oro todo lo que reluce, ni todo tiempo pasado fue mejor: tendemos a romantizar los tiempos del videoclub y demonizar los del streaming, pero, más allá de la nostalgia y el fetiche de lo tangible, hay cosas que el streaming podría aprender de aquella época de cintas alquiladas, cortinas ocultando las carátulas porno y películas que veías tres veces en un fin de semana solo por amortizarlas.
Tomar riesgos como consumidor
En los años 80 y 90, para alquilar una cinta de la que no habías oído hablar no te quedaba otra que arriesgarte basándote en la carátula, la sinopsis y el título. Y nos enseñó algo sobre el cine: a veces, tus películas favoritas son esas que caen de casualidad en tus manos y acabas viendo por simple descarte. El videoclub no era, como muchos quieren hacer creer, un templo del saber cinéfilo: era más bien una arena de combate cinéfaga, en la que entre cine italiano de segunda que se hacía pasar por secuela de una película conocida y slasher de tercera división se podían colar clásicos de la nouvelle vague o de Alfred Hitchcock.
¿Quién no llegó a casa con una película que había alquilado por amortizar el viaje y acabó enamorándose de ella, repitiendo cada poco tiempo? En tus manos podía caer 'Heavy metal', 'Hellraiser III' o una de Bruce Lee, y encontrar que, más allá de lo que habías ido a buscar, había todo un mundo esperándote. El videoclub incentivaba el misterio, la búsqueda... Y por el camino, por qué no decirlo, hacía que te tragaras unos cuantos bodrios que te enseñaban a no fiarte de cualquiera. El "Te falta calle" en versión celuloide.

Han pasado treinta años, pero la manera en la que consumimos cine es muy diferente. Si no vamos a lo que ya sabemos que queremos ver, antes de elegir cada película consultamos FilmAffinity, IMDb, preguntamos en Twitter, lo ponemos en "Mi lista" y terminamos decidiendo entre lo que el algoritmo ha seleccionado para nosotros.
No hay riesgo, no hay interés por ir más allá: para encontrar cosas fuera de tu zona de confort tienes que ser tú, como espectador, el que busque de manera activa. Es un modelo con el que vas a ser más feliz: siempre vas a encontrar aquello que te gusta, pero perdiendo por el camino el sentido de la maravilla, de encontrar joyas que no conocías y con una comodidad que no le hace ningún bien a películas más minoritarias que tienen que luchar mucho más por hacerse notar. Y ya no vale lo de llamar la atención titulando 'Alien 2' a tu película para ver si rascas algo.

Unas charlas de cine
Si fuiste cierto tipo de adolescente, vas a entender perfectamente la siguiente frase: trabajar de dependiente de videoclub era lo más cercano que existía a un trabajo de ensueño. Vivir entre películas, hablar de cine, comentar los últimos lanzamientos y los clásicos. Estas conversaciones eran, muchas veces, más interesantes que el alquiler en sí: los kioscos automáticos nos dieron libertad y facilidades, pero nos quitaron el valor humano. El principio del fin.
Esta conversación cinéfila parece haberse trasladado a Reddit y las redes sociales, donde, salvo excepciones, los temas giran en torno a las franquicias Disney, el taquillazo del momento y algunos clásicos básicos de los 80. Fuera de ahí, es un erial. Falta esa figura de autoridad que te recomiende sabiamente y personalizadamente, descubriéndote nuevos mundos que ni siquiera te habías planteado.
"¿Te ha gustado esta película? Pues mira, ¿por qué no te llevas esta otra, que es del mismo estilo pero mejor?" es básicamente lo que hace el algoritmo, pero sin saber de lo que habla. A un algoritmo no le importa la calidad de lo que te está recomendando, solo quiere que veas una película más. Que te guste o no te guste importa más bien poco mientras sigas en la plataforma, atrapado en un loop infinito. Falta valor humano, comunidad, charlas: las plataformas de streaming, por mucho que lo intentan, siguen siendo tan frías como robóticas.
Y, sin embargo
Había algo bonito en la rutina de acercarse a alquilar una película: aprenderse bien las ofertas, ir con la mente abierta porque posiblemente lo que quisieras estaría ocupado, acordarse de rebobinar la cinta, maravillarse ante un mundo físico y tangible fascinante... Y, sin embargo, ¿volveríais a aquello? Yo, francamente, no.
Puede que las plataformas sean robóticas, no inciten a la aventura y aún tengan clásicos básicos por estrenar, pero sí tienen algo con lo que el videoclub jamás podrá competir: un catálogo inabarcable repleto de estrenos semanales en el que nunca, jamás, te vas a quedar sin ver la película que quieres. ¡Y sin salir del sofá! Por muy idealizado que tengamos el videoclub, ir un día de lluvia, escapar de la comodidad de casa tras una dura semana de trabajo o tener que coger el coche no pueden competir con la simpleza de escoger desde nuestro mando.
A las plataformas aún les queda un larguísimo camino para acercarse, aunque sea lejanamente, a la parte más positiva de la experiencia del videoclub pero volver atrás es imposible. ¿Veremos en un futuro una experiencia más personalizada? ¿Un llamamiento a la aventura cinéfila? ¿Se convertirá el streaming en algo más que ese simple catálogo por el que pasear durante horas y tendrá un sitio especial al lado del Videoclub Paco de la esquina? Quién sabe. Probablemente no nos queda otra que añorarlo, porque esos tiempos, junto con una manera de entender el cine, no volverán.
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10 comentarios
perdidos
Estos serán los video clubs de grandes ciudades, porque en los video clubs de pueblos pequeños o medianos lo que había era 30 veces la misma copia de la peli famosa de turno, que junto con el porno, era lo que daba pasta de verdad.
Era ver los anuncios de "Ya disponible en el video clubs" e ir al día siguiente solo para encontrarte todo alquilado y volver al día siguiente haber si había suerte.
Al resto de las cintas nadie las hacía ni puñetero caso porque pasabas de dejarte 300 pelas en algo que no tenías ni idea de lo que era ni te sonaba.
Godfrey
Perfecto resumen: La mejor lección de los videoclubs era asumir el riesgo, y de ahí salía lo mejor y lo peor. Hoy con el VOD y sus algoritmos hay tendencia a segmentar basado en gustos y ahí acabas en terrenos muy cercados. Pero tambien es cierto que afinan sus perfiles de oferta y si quieres algo para familias, o para cinéfilos o para...lo que sea, encuentras una plataforma bastante ajustada a tus gustos. Hemos pasado del bazar de Netflix a modelos más segmentados a targets, porque simplemente el publico es heterogeneo y no todo vale; Filmin me parece una plataforma que captura muy bien el espiritu de videoclub (junto con algo de cineforum) y trabaja tanto por algoritmos como por prescripción directa de especialistas. Ahí lo tienes.
amfortas
Lo que se comenta, sobre todo pasaba en España en los años 80 (en los 90 ya la cosa iba cambiado) pues había varios factores a tener en cuenta: Sólo había dos canales de TV (en algunas regiones tres), la venta no se dio hasta finales de la década (sólo se alquilaba, no se podía vender) y estábamos en plena expansión tanto culturalmente como tecnológicamente (ya no había censura por lo que las películas de contenido erótico o violento era de lo más solicitado).
Los videoclubes proliferaron como setas (los aparatos eran caros pero ya algo asumibles para un sueldo medio) e ibas para poder ver algo distinto a la limitada oferta de cine de la televisión pública de la época. Por supuesto al entrar lo primero que hacías era seleccionar tu sección: A un lado BETA, al otro lado VHS. Y después hala, a ir tranquilamente buscando qué te podía gustar, mirando la carátula y leyendo detenidamente en la otra cara de qué iba la película.
Ya en los 90 los videoclubes tenían que combatir con más cadenas de televisión, los videojuegos y las ventas de películas (la gente iba prefiriendo tener una colección y alquilar menos).
Como la oferta de TV era mayor, las pelis "cutres" eran más fáciles que las echaran por la televisión y cuando alquilabas, ibas más a por algo específico, en vez de ir mirando sin saber.
En los 2000 por supuesto, el auge de Internet terminó con los videoclubes.
joseelopez
Pues sinceramente echo muchísimo de menos las horas que pasaba esperando que devolvieran algún estreno mientras charlabas acaloradamente con el dueño o trabajador de turno intentando ver quien sabía más de cine.
No hablemos de cuando pillabas porno y lo escondías entre dos películas, que situaciones.
Pero lo que si echo de menos es tragarte el mayor bodrio y recomendarlo por activa y por pasiva (esto ya se acabo con el streaming por desgracias, ponen 10 minutos y las dejan) antes te tragabas lo que alquilabas porque pagabas por cada película.
Que tiempos aquellos.
jmartgal
Lamentablemente con la "desaparicion del formato físico y el auge del streaming desapareció también la posibilidad de ver de manera legal algunas obras. Solo por eso defenderé hasta la muerte los torrentes y los PLEX donde podamos acceder por internet a un catálogo controlado por uno mismo.
Y lamentablemente los algoritmos funcionan como dices, solo quieren que consumas otro capítulo/película más, gracias pero no.
el_acomodador
Bueno realmente lo de tomar riesgos, Netflix se lo ha llevado al extremo con el modo. "reproducción aleatorio".
Yo me pasaba los sábados por la tarde en el videoclub para escoger varias películas para el sábado/domingo, y era un auténtico coñazo, había varios perfiles de dependiente (en mi pueblo) el del flipado, que te recomendaba cine indie, el del pasota que curraba por dinero, y ni veía cine, el del que solo veía cine comercial y cuando salía una película de Tarantino te recordaba que era el mejor director de la historia. Y el del dueño quemadísimo (sobre todo en las etapas finales). Supongo que en cada videoclub habría dependientes variopintos.
Elegir una película por la caratula, que fuese un mojón y tenértela que comer hasta el lunes, ahora por lo menos puedes pararla sin remordimiento y a otra.
Yo por lo menos lo que echo de menos es el ritual, ir con mi hermano, charlar con él por el camino, comentar que peli cogíamos, luego pillar gominolas o algo para ver la película, más que el hecho del videoclub en si. Por lo menos para mi, una etapa en que la vida era más sencilla.
vasilia1
Sinceramente, no veo tanta diferencia con el videoclub y el streaming
¿Quiero ver alguna pelicula de los años 50? Dificil. Porque no estaban en los videoclubs. Ni estan en el streaming.
Habia si muchas mas peliculas bizarras en los videoclub. A fin de cuentas, recordemos que un grueso de peliculas eran hechas expresamente para video. Y esas eran las que estaban disponibles, no grandes estrenos o peliculas ganadoras de Oscar. Por eso, en cuanto a oferta, la verdad entre el streaming y el videoclub al final uno siempre termina aceptando lo que le ofrecen, no lo que uno quiere. Con algoritmo o sin algoritmo, la oferta en ambos sigue siendo limitada
Para mi, la diferencia vino cuando aparecio el torrent y las descargas. Ahi si el mundo se expandio para tener todo, pero de verdad todo tipo de peliculas y series para ver de todos los paises que uno quisiera. Pero no reniego de los videoclub ni del video como forma de ver peliculas. El streaming es genial, si... cuando tienes una conexion estable de internet. Eso no es la regla. Con el video no pasa eso, basta con tener luz y un reproductor.