La puesta en escena, el blocking, la dirección de fotografía y, en ocasiones, el montaje, al servicio de la ilusión
A pocos meses de llegar al año que marcará el final del primer cuarto del siglo XXI, nuestras retinas están más que acostumbradas a los efectos visuales generados por ordenador. Pero en un mundo en el que las facilidades logísticas —que no necesariamente económicas— derivadas del uso del CGI son una realidad impepinable, los trucos en cámara a la antigua usanza continúan teniendo su merecido hueco en producciones de todos los tipos, géneros y escalas.
Hoy, de entre todos ellos, vamos a hablar sobre uno de los más extendidos y que, de estar ejecutado de forma correcta —o con tremenda obviedad, si se buscan resultados cómicos—, continúa siendo tremendamente efectivo a pesar de su aparente sencillez sobre el papel. La técnica en cuestión se conoce como "Texas Switch" —antiguamente también llamada "Cowboy Switch"—, y es probable que la hayas visto en no pocas ocasiones sin haberte dado cuenta de ello.
La base del Texas Switch es muy sencilla, y gira en torno a la idea de sustituir en un mismo plano —o, en ocasiones, a varios— a un actor por su doble de forma imperceptible a través de la puesta en escena, el blocking, la dirección de fotografía —incluyendo esto último movimientos de cámara o trucos de iluminación— y, cuando la situación lo requiere, el montaje. Pero, como suele ocurrir, todo termina siendo más claro utilizando ejemplos concretos, y uno de los más sonados durante los últimos años se encuentra en el plano de apertura de 'Cruce de caminos'.
Ilustrando el cambiazo
El largometraje dirigido por Derek Cianfrance arranca con un plano secuencia que sigue a Ryan Gosling de espaldas, cuyo rostro se revela en el momento en que sube a una motocicleta y se pone un casco. Con un movimiento semicircular, la cámara pivota a su alrededor justo antes de que salga de cuadro por la izquierda, haciendo el seguimiento con un pequeño retardo calculado para que, durante esos segundos en los que se corrige el encuadre Gosling haya salido de la ecuación, siendo sustituido por su doble de acción, que realiza el stunt dentro de la estructura metálica.
Otro de los planos con Texas Switch incluido que muestran el efecto visual en su forma más básica se encuentra en una escena de la fantástica 'La momia' de Stephen Sommers, en la que Benny salta de un edificio a través de la ventana y se incorpora visiblemente mareado por el impacto. En el plano, rodado con una focal angular, un especialista atraviesa el ventanal cayendo, probablemente, en una colchoneta y saliendo de cuadro; segundos después, el actor que da vida al personaje, oculto cerca de la cámara, aparece en primer término después de un ajuste de foco completando el acting de la acción.
La encantadora 'Elf' de Jon Favreau también contiene un Texas Switch divertidísimo y con una ejecución básica que funciona a las mil maravillas. En el plano en cuestión, Will Ferrell sale de cuadro por la derecha, momento en el que es sustituido por su doble, que entra por el mismo lugar, corriendo en dirección opuesta, saltando sobre el sofá y enganchándose al árbol de navidad para ejecutar el stunt.
No sólo acción, no sólo personas, no sólo cine
Este último ejemplo nos permite comprobar que el Texas Switch no sólo es una herramienta perfecta para evitar poner en peligro a intérpretes cuyos seguros por accidente y lesión, probablemente, cuesten un ojo de la cara a los estudios responsables de sus respectivos largometrajes. El truco también es un mecanismo perfecto para generar comedia, y pocos casos mejores vamos a encontrar para ilustrarlo que esa joya titulada 'Agárralo como puedas'.
Durante uno de sus pasajes, el sargento Frank Drebin, interpretado por Leslie Nielsen, entra en su apartamento y lo registra, temiendo que haya alguien oculto dentro, mientras hace piruetas imposibles. El director David Zucker utiliza las puertas y el mobiliario del set para intercambiar en varias ocasiones al doble de Nielsen por el propio actor, que por aquél entonces tenía unos 60 años.
Pero ojo, porque tampoco es una herramienta exclusiva del medio cinematográfico ni relacionada estrictamente con los seres humanos. Para empezar, ese genio del audiovisual llamado Spike Jonze dirigió en el año 2001 el videoclip del temazo 'Weapon of Choice' de los Fatboy Slim, cimentado sobre un Texas Switch infinito en el que Christopher Walken se intercambia en varias ocasiones con un bailarín acrobático. El resultado, desde luego, es digno de los seis MTV Music Video Awards y el Grammy al mejor vídeo del año que se embolsó.
Por otro lado, en lo que respecta a los objetos inanimados, la brutal 'Speed' de Jan de Bont contiene un Texas Switch magnífico en el momento en que explota el bus antes de que Jack reciba la llamada del infame Howard Payne informándole de la existencia del, como diría Homer Simpson, autobús que no podía ir más despacio.
En el plano, Keanu Reeves camina hacia su coche despidiéndose del conductor del autobús, que circula de derecha a izquierda, en dirección opuesta al actor, saliendo de cuadro. La cámara sigue al intérprete, rodeando su coche para cubrir el otro campo de la calle. Cuando volvemos a ver el vehículo, este se ha cambiado por otro idéntico, pero preparado para la explosión. Brillante.
El rey del Texas Moderno
Para terminar este breve repaso al Texas Switch, no podemos dejar de mencionar al que, probablemente, sea el director que más y mejor uso le ha dado recientemente en su filmografía. Me refiero, como no podría ser menos, a un Edgar Wright que ha convertido este efecto en una constante en su filmografía, comenzando por una 'Hot Fuzz' que convirtió uno de los momentos más icónicos de 'Shaun of the Dead' en un running gug de la Trilogía del Cornetto, con Simon Pegg saltando vallas como un acróbata —que, obviamente no es—.
Además, ha usado el cambiazo en el genial momento en el que Scott sale huyendo por la ventana en 'Scott Pilgrim contra el mundo' y, por encima de todo, en una 'Última noche en el Soho' que convirtió la escena de baile entre Matt Smith, Anya Taylor-Joy y Thomasin McKenzie en un ejercicio de precisión brutal, intercambiándose ambas actrices entre pasos, giros y movimientos de cámara haciendo pensar a muchos espectadores que había tecnología digital de por medio. Nada más lejos de la realidad.
Como veis, el CGI está más refinado que nunca y la Inteligencia Artificial empieza a avanzar a pasos agigantados hacia su destino como una nueva herramienta básica de la industria audiovisual, pero no hay nada como la tangibilidad —y fiabilidad— de un buen efecto en cámara como el Texas Switch.
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