¿Dos personajes mirándose a la cara, ambos con el sol a su espalda? Tiene todo el sentido del mundo.
Como rezaba la sección de nuestro maravilloso y difunto canal de YouTube, "todo es mentira en el cine y la televisión". Uno de los principales objetivos del equipo técnico y creativo de un largometraje —o, por supuesto, una serie—, ya tenga una aproximación en clave fantástica o estrictamente realista, es generar una realidad en pantalla que se asimile como tal en el patio de butacas, y para ello no se duda en omitir todas las normas que rigen nuestro mundo.
El problema de los dos soles
Si estoy hablando de esto es porque, con motivo de la publicación del polémico tráiler de la película de 'Minecraft', han sido muchos quienes han apuntado a un presunto error flagrante. Lo gracioso del asunto es que no sólo no es un descuido o un fallo aleatorio; también es algo habitual en las producciones audiovisuales que, probablemente, lleves viendo toda tu vida sin haberte percatado de ello.
El "error" que se ha señalado hasta la saciedad se encuentra en el tramo final del tráiler. En el momento en que Jack Black hace acto de presencia este está iluminado con un contraluz que llega desde su izquierda, lo cual es perfectamente normal. Lo que ha llamado la atención es que en el contraplano, el grupo de personajes está iluminado también en contraluz y también desde la izquierda.
Esto, según se ha comentado, puede dar la sensación de que hay dos soles iluminando la escena de forma simultánea, pero lo que en primera instancia puede resultar chocante hasta el punto de sacarte de la ficción es un recurso muy necesario para, precisamente, no romper la continuidad entre planos y que el público permanezca pegado a la pantalla sin cortes abruptos.
Para ilustrar esto vamos a tomar como ejemplo la escena de 'Rush', dirigida por Ron Howard y fotografiada por Anthony Dod Mantle —ganador del Oscar por 'Slumdog Millionaire'—, en la que Nikki Lauda conoce a Marlene. En el plano conjunto, rodado en exterior-día, Alexandra María Lara está iluminada a contraluz con el sol a su espalda y puede verse perfectamente que, por su posición, la luz está dando de lleno en la cara a Daniel Brühl.
Pero cuando cortamos al plano corto de Daniel Brühl, también está iluminado a contraluz, con el sol a su espalda e incidiendo ligeramente en lateral. Un esquema que encaja perfectamente con la iluminación que tiene al inicio del plano conjunto, en el que está mirando en dirección contraria, dando la espalda a su compañera de reparto.
Al hacer un plano de la escena siguiendo la iluminación de Marlene, el sol se encontraría a la derecha, pero cuando añadimos a Nikki, aparece un segundo sol a la izquierda; algo que, como digo, es lo más normal del mundo y ayuda a que la imagen de la escena sea homogénea en todo momento y no haya grandes diferencias de iluminación entre planos. Y es que, aunque se ajustase a la realidad, si Marlene estuviese iluminada a contraluz y Nikki tuviese un fogonazo de luz en el rostro, el corte no funcionaría bajo ningún concepto.
El origen de la técnica
Este método de iluminación fue ideado por el maestro Néstor Almendros durante el rodaje de 'Días del cielo' de Terrence Malick, por la que ganó el Oscar a la mejor dirección de fotografía en 1978 con la primera nominación de su carrera. Tal y como explicó el DOP, hasta el momento, la única solución que existía para evitar que planos rodados en exterior-día no "saltasen" al montarse juntos, era iluminar el rostro del personaje a contraluz para que tuviese la misma luminosidad que el iluminado de frente por el sol.
El problema de hacer esto es que al compensar la exposición en cámara, el cielo del personaje iluminado a contraluz quedaría sobreexpuesto —perdiendo información al quemarse—, mientras que el otro personaje tendría un fondo perfectamente expuesto y con información. Pese a que los rostros tuviesen la misma exposición, los fondos serían radicalmente distintos y el salto seguiría estando ahí.
La solución de Almendros a este problema no fue otra que colocar a los dos intérpretes de espaldas al sol, asegurándose de que las líneas de sus miradas fuesen las correctas, cuando el entorno fuese lo suficientemente homogéneo —como los campos de 'Días del cielo'— para que los fondos fuesen similares en ambos planos. De ser diferentes, se rodaría un personaje durante las primeras horas del día y al otro durante las últimas, cuando el sol hubiese cambiado su posición lo suficiente.
Sabiendo esto, cada vez que percibas que hay dos soles en una escena es, simple y llanamente, porque el cine usa la mentira para generar realidades.
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