Sacrificios por la patria, canciones contra los enemigos, osos rusos borrachos y muertes sádicas: así es la serie de dibujos más famosa de Corea del Norte
En occidente no podemos evitar sentir una curiosidad morbosa por Corea del Norte, ese país anclado totalmente en el pasado, en un régimen que mantiene a sus habitantes sin saber nada del exterior, cuyo ocio audiovisual se limita a cadenas televisivas y radiofónicas propias, videojuegos para móvil y películas nacionales (incluyendo un servicio de streaming propio, Manbang). Sin embargo, se considera que la amplia mayoría de los habitantes incumple la ley al menos una vez al mes para ver algo extranjero... aunque eso no signifique que sus propias series sean menos populares.
Aniram al ne etatsila
Al fin y al cabo, los niños también tienen que entretenerse en el régimen norcoreano, y por eso, desde siempre, el gobierno ha manufacturado series de animación y cómics para los más pequeños, con un tinte más o menos propagandístico: suele ser sutil, pero siempre con brocha gorda. No es que Marvel mañana vaya a abrir una sucursal en Pyongyang, pero sí que los conocidos como gruim-chaek ("libros de dibujos") son un medio de consumo entre los niños de todo el país, que incluso a veces llegan a salir de allí en versiones censuradas para occidente.
Algunos de estos tebeos son 'El secreto de la frecuencia A', donde una escuadra de jóvenes científicos de élite norcoreanos viajan a África a acabar con una plaga de langostas (provocada por agentes americanos, claro), 'Ventisca en la jungla', donde un grupo de médicos norcoreanos con grandes capacidades (han salvado muchas vidas, según se dice) son confiados con documentos secretos gracias a ser seguidores de la filosofía juche o 'Perdedor y los mosquitos', en el que toda América adopta el apellido "Bush" y sufre las maldades del presidente hasta que aceptan la revolución de Corea, consiguiendo así ser felices. Sutileza, ya os digo, a ver si conseguís pillar la sutil propaganda. Pero, sin duda, el tebeo más conocido es 'El gran general Mighty Wing'.
Vamos a hablar de dos Mickey Mouses coreanos en este artículo. El primero es, sin duda, Mighty Wing: publicado en 1994, en época de una hambruna que mató a más de 600.000 personas, los niños se entretuvieron leyendo a una abeja que luchaba contra una horda de avispas imperialistas que se aliaban con las arañas para conseguir invadir su colonia. No hay que ser un fiera para captar que las abejas son los coreanos, las avispas los americanos y las arañas los japoneses. Quedaos con todo esto, porque lo vamos a volver a ver ahora mismo. Mighty Wing conseguía cambiar y arengar a los suyos contra sus rivales, y en el margen de cada página se podían leer refranes como "Nunca pienses en el enemigo como un cordero, piensa en él como un chacal". Muy, muy, muy sutil.
Entre ardillas y erizos
Pero no solo de tebeos vive el hombre: Corea del Norte tiene una industria de animación más o menos bien establecida donde, entre todas sus producciones, destaca una serie, redescubierta por La Filmoteca Maldita, llamada 'Dalam-iwa Goseumdochi' (literalmente traducible como 'Ardilla y erizo', aunque a países hispanos llegó en 2018 como 'Soldados valientes'), que allí supone un monumental bombazo para los niños y, al mismo tiempo, una de las series más propagandísticas, sádicas y violentas de la historia. Para entender el calificativo de "El Mickey Mouse coreano" basta ver la cantidad de merchandising de todo tipo que puede comprarse (desde el tanque de su secuencia de inicio hasta las figuritas pasando, por supuesto, por sus pistolas y mochilas), videojuegos, sellos e incluso estatuas en algunas plazas del país.
Esta es una serie para niños solo en la forma de los animalitos protagonistas: Geumsaegi la ardilla, Scout Kosumdochi el erizo, el capitán Pato o los enemigos, el imperio de las comadrejas y, en la temporada 3, la manada de los lobos. A lo largo de sus 32 episodios producidos entre 1977 y 2012 (o eso se cree, al fin y al cabo sus datos no dejan de ser opacos, como todo en el país) podemos ver asesinatos macabros, trampas que acaban con las comadrejas traspasadas por pinchos y hasta sacrificios mortales por la patria.
Lo curioso es que durante veinte años tan solo hubo cuatro episodios: la serie nació con la intención de ser solo un episodio autoconclusivo donde los animales de la Colina de las Flores se protegían de la invasión de las comadrejas, pero tuvo tanto éxito y los niños adoptaron tanto a los personajes que se vieron obligados a hacer más. Así, la segunda temporada, la más larga hasta la fecha, trata sobre Geumsaegi infiltrado en el bando de las comadrejas, y la tercera, que transcurre un tiempo después, cuenta con los personajes supervivientes ya crecidos junto a sus hermanos. que deben evitar que los lobos conquisten la Colina de las Flores (las flores son un símbolo coreano de la resistencia contra Japón). ¿Habéis pillado ya las sutiles metáforas?
El oso, cuanto más borracho más hermoso
Desde los estudios SEK niegan que los animales representen distintas razas, y que solo quieren enseñar amor, amistad y patriotismo (por supuesto) a los niños. Pero es innegable, y no hace falta ser un lince para verlo. Por ejemplo, las ardillas representan a los ciudadanos, los erizos al ejército de tierra y los patos a la marina, mientras que el oso (borracho y fanfarrón) es su aliado soviético, los lobos son los americanos, las comadrejas los japoneses y los ratones, los surcoreanos.
Por supuesto, en un país tan militarizado, el nivel de propaganda no tiene ningún tipo de vergüenza: es tal que, incluso, hay canciones en cada episodio que exaltan todo tipo de barbaridades, desde "Cuando los enemigos nos invadan, les venceremos con nuestra fuerza y sabiduría" hasta desesperados cantos al amor de la patria o de obedecer siempre. Por si os lo estabais preguntando, sí: la versión que llegó mucho después a occidente elimina todas estas referencias y gran parte de la violencia audiovisual.
Por haceros una idea de hasta el punto al que llega esta serie, en 1998, durante el episodio titulado 'El gran servicio de Erizo', este muere tras estrellarse a lo kamikaze tratando de salvar a su patria de los misiles enemigos. No es la única muerte patriótica: en el 16 lo hace Ardilla (no os preocupéis, resucita después) y en el 20 Pato, todas ellas salvaguardando el honor de la patria. De hecho, ¿queréis saber cuál es el final de la serie (por ahora)? Bueno, pues todos los personajes principales mueren gaseados por un enemigo recurrente... que acaba venciendo. Sí, sí. ¿Buscabas un final feliz? Aquí no es.
El primer episodio en castellano de 'Soldados valientes', que trajo aquí Mondo TV (una distribuidora de infra-productos conocida por sus plagios de Disney), solo ha sido visto por algo más de 4000 personas en los últimos seis años en YouTube: se puede decir que aunque allí sea el equivalente a Mickey Mouse, aquí no ha terminado de calar. Y eso que la adaptación es tan fuerte y está tan editada que en los créditos se indica que su director no es coreano, sino que se trata de Orlando Corradi, fundador de Mondo TV y autor de "joyas" como 'La leyenda del Titanic' o 'El libro de la selva: la aventura de Mowgli'.
De momento, nadie sabe si Corea del Norte producirá otra temporada más de 'Soldados valientes' después de que en la última dejaran de lado la animación tradicional y adoptaran el CGI (con un cambio estilístico tan interesante como falto de carisma). Sí sabemos que la serie se está reponiendo en las cadenas del país, y tanto los juguetes como los videojuegos siguen a la venta para quien pueda permitírselo, pero en un panorama tan hermético es posible que, si producen nuevos episodios, nos enteráramos años después. ¿Queréis un consejo? Probad a ver un episodio. Merece la pena asomarse a otro país tan lejano repleto de moralejas obvias y metáforas descaradas. Lo peor que puede pasar es que queráis coger un avión y proteger a vuestra patria de las malvadas comadrejas.
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