Estamos en un irónico escenario donde nos sentimos algo saturados de proyectos de Star Wars pero, al mismo tiempo, parece que se cancelan más de lo que se llega a producir. Las series están camuflando una compleja situación que ha pasado de producir una película al año durante un lustro a que no sepamos si veremos su regreso en cines hasta 2025.
Todo es producto de una constante redirección en función de reacciones furibundas de fans que, por otro lado, llevan experimentando desde tiempos de la trilogía original. Alguno negará la mayor, pero no fueron aplausos universales para 'El imperio contraataca', que viró hacia una dirección algo más oscura que algunos apasionados de la cinta original rechazaron (las críticas también fueron menos entusiastas). Y por ese motivo tenemos un giro más lúdico, casi de retorno a las raíces, en 'El retorno del jedi'.
El retorno de la fantasía lúdica
Hoy se cumplen 40 años del estreno de este cierre de trilogía original de la saga galáctica de George Lucas, dirigida esta vez por otro artesano como Richard Marquand. Para variar, esta cinta se puede ver a través de Disney+ para empaparse de la faceta más aventurera de estas películas, con una combinación de cierre ceremonioso de la historia y entretenimiento que no asuste a los fans pequeños e impresionables.
Se retoma la historia años después del cliffhanger de 'El imperio contraataca', con la rebelión en un momento complicado tras un golpe duro del imperio a sus aspiraciones. Luke Skywalker, más experimentado como Jedi, orquesta junto a la Princesa Leia un plan para rescatar al criogenizado Han Solo de las garra de Jabba the Hutt en Tatooine. Tras esta misión, deberán dar la replica definitiva al maligno gobierno, mientras Luke lidia con la revelación de que su mayor enemigo, Darth Vader, es en realidad su padre.
Lejos de ser conformistas, Lucas y el guionista Lawrence Kasdan se mostraban en un principio favorables a apostar por un director joven y ambicioso para esta nueva entrega que diera otro soplo de aire fresco. Desde radicales posibilidades como las de David Lynch (que en su lugar optó por 'Dune') o David Cronenberg hasta a un tanteo a Steven Spielberg. Pero Marquand fue la opción final, un artesano al que era más fácil reconducir.
'Star Wars Episodio VI: El retorno del jedi': jugando con marionetas
Eso limita las posibilidades una película que tiene la suficiente diversión para compensar sus problemas estructurales. El rescate en Tatooine, aunque entretenido, se come demasiada parte del metraje para ser un mero primer acto que tiene que volver a colocar las piezas en el tablero tras el golpe sobre la mesa anterior. Por otro lado, toda la película, desde la guarida de Jabba hasta los Ewoks del planeta Endor, pide a gritos un tono más de serial animado que aproveche las prótesis y las marionetas empleadas (sin duda un Frank Oz o un Jim Henson habrían sacado mucho provecho a todo esto).
No cambia que estemos ante una aventura competente, muy simpática en los nuevos mundos y criaturas que presenta y con un aceptable ritmo en su tramo final que tiene que alternar diferentes tramas conectadas. Será la más desequilibrada y que menos aprovecha su potencial de la original (y también pierde con algunas cintas recientes), pero sigue siendo una fantasía formidable.
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