Ahora el momento para las historias de superhéroes está en un punto delicado, pero hasta no hace mucho se estaba hablando de si estaban tocando techo como películas. Es sin duda discutible, aunque realmente su efecto está disipando lo que algunas de las películas de género que allanaron el camino se sientan como reliquias y quizá no tan remarcables vistas de nuevo.
Es sin duda el caso de algunas, pero no tanto el de las primeras cintas de X-Men, que ya tienen su importancia por ayudar a establecer a los superhéroes como propuesta de éxito y a solidificar su fórmula a seguir. Pero más allá de eso, una película como 'X-Men 2' resulta muy interesante de revisitar, no sólo como blockbuster eficaz que ayudó a preparar una era, sino cómo presenta virtudes que las cintas supers más recientes no han sabido o querido mantener.
Factor X
20 años después de su estreno, la secuela del éxito de Bryan Singer sigue siendo una de las mejores cintas sobre los mutantes de Marvel, probablemente la mejor centrada en ellos como grupo (muchos mencionarán 'Logan' e incluso 'Deadpool', pero estos están operando como héroes en solitario). Vale la pena comprobarlo con motivo del aniversario, encontrándose en streaming en plataformas como Disney+ o Movistar+.
Tras los eventos de la primera película, los mutantes siguen viéndose con mucho recelo por parte de el resto del mundo. El asalto al presidente de Estados Unidos por parte de uno de ellos, el Rondador nocturno, alarmará a la nación y acelerará la aprobación de un acta que obliga a su registro y seguimiento. Impulsada por un científico militar, William Striker, la persecución a la raza tomará tintes más oscuros por las ocultas intenciones de este ex-coronel.
Singer dio en el clavo para que este grupo de héroes de Marvel conectase con el público, incluso aunque fuese reduciendo algunos aspectos estridentes (desde icónicos personajes como Bestia hasta los estrafalarios uniformes). Además de emplear las reglas de cine espectáculo medio, sabe encontrar la fuerza en las dificultades experimentadas como colectivo perseguido y oprimido sólo por ser diferente.
'X-Men 2': cómic cinemático
El ritmo más pausado, más cercano a los noventa, es algo que se lanza en su contra por fans más habituados al ritmo de las cintas actuales. Pero ahí encuentra su fortaleza, permitiendo que los momentos dramáticos respiren y puedan funcionar todos los personajes (no funcionan, eso sí, sus intentos por que todos tengan tramas románticas). Escenas como la del Hombre de Hielo desvelando su condición a sus padres, además de funcionar como analogía para la experiencia LGTBI, logran resonar y darle un poso a la historia que muchas cintas marvelitas se niegan a tener con su tendencia ligera, tanto en ir quemando trama como en cortar el momento con humor.
Es innegable que ese cuidado es lo que permite crecer y convencer más allá del espectáculo, que está ahí incluso sin acentuarse a través de efectos digitales exagerados. Escenas como el asalto del Rondador a la Casa Blanca, las peleas de Lobezno, el Profesor Xavier usando Cerebro o Magneto escapando de prisión tienen lo mejor de ambos mundos, transmitiendo la sensación de viñeta a doble página pero moviéndose con mucha elegancia cinematográfica.
Esos detalles son formidables y hacen que 'X-Men 2' siga siendo ejemplar 20 años después, incluso aunque muchas cintas posteriores sólo hayan cogido de ella la fórmula más elemental. Pocas de hoy tienen la magia que despliega, incluyendo la mayoría de cintas mutantes posteriores.
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