'Invasión secreta' 1x04: después de colocar todas las piezas, Marvel muestra todo lo que realmente tenía preparado. Y la existencia de la serie, al fin, cobra sentido

Es tan secreta que uno casi podría decir que está pasando inadvertida en Disney+

Lo reconozco. Me he pasado tres episodios de 'Invasión secreta' mirándola como quien ve la pintura de la pared secándose. Sin entender nada de por qué habían aprobado algo así, quizá buscando un 'Andor' muy descafeinado y jugándosela toda a unos giros finales potentes que, paradójicamente, la mayoría del público no estaba comprando. Ahora, el cuarto episodio parece despertar del letargo con una historia basada en mentiras, skrulls sorpresa, muertes inesperadas y un metraje de -¡por fin!- solo media hora. El único problema es que quizá sea demasiado tarde.

Obviamente en esta crítica habrá spoilers del episodio 4 de 'Invasión Secreta'. Si los leéis es posible que seáis skrulls en secreto.

De skrullo y cuesta abajo

La primera mitad de la temporada ha servido tan solo para poner todas las fichas en el tablero de ajedrez y que a los espectadores les quede claro quién es quién: los villanos, el héroe, los que están en el medio. Con el inicio del episodio 4 y la revelación de que Rhodey es un skrull (para la que ni siquiera han puesto emoción, dando por hecho que todos lo estábamos suponiendo) ya solo queda que la trama al fin se desarrolle.

Ha sido un camino lento, casi agónico, sin muchos momentos memorables, pero parece que todo va a cambiar. Al menos este cuarto capítulo muestra voluntad de mejora evolucionando al personaje de Nick Furia, solucionando varios enigmas (¿Quién es realmente su mujer? ¿Ha muerto G'iah? ¿Por qué Rhodey le despidió?) y planteando un final de temporada movidito en el que el ex-director de SHIELD tendrá que salvar al presidente de los Estados Unidos y, ya de paso, tratar de solucionar las cosas con su mujer, como si esto fuera una temporada de '24'.

No es una comparación baladí: en esta media hora Nick Furia es una especie de Jack Bauer avejentado y ducho tanto en el arte de la guerra física como en el de la psicológica. Pero, además, podemos verle por primera vez absolutamente roto cuando se entera de que su mujer planea matarle en una escena tan tensa como triste, que demuestra que para el héroe ya no hay ninguna vuelta atrás posible. Es un momento fabuloso para el que ha habido una preparación excesiva, como un pequeño postre delicioso tras un menú mediocre. Muy rico, muy tarde.

Me enamoré de un skrull

Pese a su mejora, es perfectamente normal sentir que algo falla en 'Invasión secreta', y es el problema de su falta de ambición. Mientras que en el evento comiquero literalmente cualquiera podía ser un skrull (desde Spider-woman hasta Elektra), ayudando a subir la sensación de paranoia constante, la serie tiene un reparto tan pequeño y falto de caras conocidas que los giros al respecto son limitados.

La idea tras la serie no es mala, pero sin superhéroes a los que robar el cuerpo y la vida pierde fuerza. En última instancia, el gancho para el público mayoritario es exclusivamente la presencia de Nick Furia... y llegados a este punto del UCM, puede que no sea suficiente para mantener el interés incluso viendo cómo todo se desmorona a su alrededor.

'Invasión secreta' demuestra en el episodio 4 que, a estas alturas, los productos Marvel no necesitan secuencias de acción para ser buenos. Es más: me atrevería a decir que los mejores momentos de la serie no son en absoluto los combates, sino los más íntimos, las revelaciones sorpresa y los dilemas morales (por burdos que sean). Sin embargo, en el UCM no se atreven a hacer un episodio en el que no haya explosiones y disparos, por si acaso el público más casual se aburre.

Y es una pena. En este cuarto episodio, 'Invasión secreta' ha demostrado que puede convertirse exactamente la serie que desde el principio quiso ser: un thriller psicológico que sirve al mismo tiempo como reinvención de un personaje mítico de Marvel y que abre un nuevo mundo para que su vertiente cósmica pueda trabajar en el futuro. Además, haciendo caso a los fans que solicitaban menos humor y más seriedad. En el fondo, una serie necesaria tras películas como 'Thor: Love and Thunder', que, tras unos episodios desenfocada, de pronto ha empezado a coger tracción y aún puede culminar por todo lo alto. Habrá que esperar para ver si lo de hoy no ha sido tan solo un espejismo.

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