Las comedias románticas han sido una de las mayores perjudicadas de la crisis del cine adulto a nivel comercial. Ya no son la apuesta firme que antaño fueron, y los recursos económicos destinados son apreciablemente menores. Se nota tanto en la falta de estrellas protagonizándolas como en la simpleza de su puesta en escena o su desarrollo visual, sustentadas en su mayoría por unos arquetípicos plano-contraplano que de tan repetidos parecen solución vaga.
Por ello, las mejores alegrías recientes terminan llegando de un cine indie que lo es por recursos más que por espíritu. Es el caso de una de las sorpresas más agradables de lo que llevamos del año, enmarcada dentro del cine romántico, está a caballo de la escuela del festival de Sundance (donde se proyectó primero) y el cine británico de vocación comercial. Esa es 'Amor en Rye Lane'.
Antes del amanecer por Londres
Estrenada de manera discreta en Disney+, el primer largometraje como directora de Raine Allen Miller hace una refrescante mirada a las relaciones actuales que, realmente, no resultan tan distintas de las de antaño. Con dos jóvenes actores como David Jonsson y Vivian Oparah hace una espléndida cinta romántica sin miedo a probar cosas visualmente sin perder el interés por la química de sus protagonistas.
Dos personas que han pasado recientemente por una ruptura se cruzan en una exhibición artística. Concretamente, se cruzan en el baño, donde él está llorando desconsolado. Ella le anima a acompañarla en un paseo donde poder procesar el fin del amor, embarcándose en un día de conversaciones sobre relaciones, sobre la vida en general, metiéndose por diferentes rincones de un barrio londinense y cruzándose con personas relevantes en sus vidas.
Con ese punto de partida es fácil pensar en el cine de Richard Linklater, sobre todo en la trilogía de Before que actúa de referente principal para una pareja fresca, inteligente y madura que se van conociendo poco a poco a través de lo que se van contando y lo que no. Respira mucha naturalidad y vitalidad en sus interacciones, que destilan elocuencia a la par que incertidumbre porque las conclusiones fáciles aquí no caben.
'Amor en Rye Lane': una propuesta divertida y encantadora
Pero no es sólo Linklater el que asoma, ya que también vemos mucho del desparpajo costumbrista que suelen tener las comedias románticas de Richard Curtis. El componente británico se respira en cada rincón de la película, cameos sorprendentes incluidos. Esa manera de hacer respirar el barrio y sus habitantes, amen de los secundarios que van surgiendo en la película, tan llenos de vida, recuerda también a la empática realización de Jonanthan Demme en películas como 'Algo salvaje'.
Eso sí, 'Amor en Rye Lane' logra diferenciarse lo suficiente para desarrollar carisma y personalidad propias. Especialmente ante los detalles visuales que Miller emplea, que son ingeniosos y acompañan de maravilla el relato y la evolución de la relación. Aunque abuse de recursos como el ojo de pez, muestra un inconformismo y una atención al detalle que se agradecen, terminando de elevar una propuesta divertida y encantadora que comprende a la perfección lo imprescindibles que son A Tribe Called Quest.
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