Muchos comentarios se han vertido sobre el famoso episodio 3 de 'The Last of Us', la serie del momento. Muchos de los más positivos en torno a la historia de Bill y Frank han girado en torno a la impresionante interpretación de Nick Offerman, la clase de actor cómico que se gana el cariño del público con un personaje memorable como el de 'Parks and Recreation' y luego sorprende cuando distorsiona ese personaje con una interpretación dramática, como es el caso de esta.
Cierto es que aquí llega a unos niveles humanos y emocionales distintos, pero Offerman mantiene algunas claves que han marcado su personalidad cómica, que no deja de ser una extensión de su habilidad como actor de carácter. Una habilidad que ya vimos bien aprovechada en la otra serie de entidad (aunque de menos repercusión) que hizo entre medias de sus dos grandes proyectos: 'Devs'.
Buscando la iluminación
Aunque más que Offerman, el verdadero protagonista de esta miniserie que se encuentra en Disney+ es nada menos que Alex Garland, uno de los autores imprescindibles de la ciencia ficción que aquí se encuentra con libertad total. Una libertad que se traduce en un denso pero ambicioso relato sobre el trauma y la naturaleza del tiempo que también lanza una crítica bestial a los gurús de Silicon Valley.
Un ingeniero informático en una gran empresa tecnológica de la zona de repente es reclutado para el proyecto secreto y goloso del increíble genio creativo al que da vida Offerman, teniendo que irse a una localización remota y no contar absolutamente nada de lo que se está desarrollando. Al poco de empezar a trabajar allí desaparece, y su novia sospecha que algo extraño ha pasado en el recinto de trabajo y va a tratar de investigarlo a toda costa.
Con una apariencia de thriller de investigación, Garland termina llevando la miniserie a terrenos muy personales, donde su estilo minucioso, filosófico y dramático choca por completo con la paciencia del espectador medio. Una continuación directa de su trabajo como director de largometrajes que expande su lenguaje cinematográfico y muestra la misma clarividencia para explorar aspectos humanísticos desde la ciencia ficción.
'Devs': única en su especie
En episodios magistrales como el 5 se ve todo el potencial de la serie perfectamente desarrollado. Una concienzuda exploración de los sucesos desgarradores del pasado, el impulso por querer cambiarlos y cómo marcan nuestras decisiones futuras. Puro determinismo plasmado con ideas visuales únicas que justifican plenamente la condición de Garland como maestro.
Es, como casi cualquier obra dirigida por Garland, la clase de ciencia ficción dura que puede destrozarte emocionalmente o puede hacer que te duela la cabeza. Pero sigue siendo una experiencia imprescindible, ya tan sólo porque sigue haciendo cosas temáticas y narrativas al alcance de muy pocos. 'Devs' en concreto es una de esas series totalmente únicas en el panorama televisivo que bien se merece la pena probarla.
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