El mundo de los superhéroes en el cine no se está devorando a sí mismo todavía, pero está cerca de ello. Antes no nos escandalizaban tanto algunas incoherencias de película a película, y no nos extrañaba que un mismo personaje fuese interpretado por actores diferentes (sí que nos hemos llegado a cansar un poquito cuando cambiamos de actor cada pocos años). Pero ahora todos los actores que se han puesto la misma máscara tienen en cierto modo la necesidad de estar todos juntos, ser canon conjunto e igual de venerados.
El concepto del multiverso es algo que todos están intentando machacar en el público medio, teniendo así contentos a los fans más hardcore y no perdiendo demasiado a los de a pie. Y Spider-Man ya lo ha probado de dos maneras, una en el formato animado que arroja los mejores resultados y resulta una gran celebración del personaje. La otra, en acción real, un masajito en la espalda a la nostalgia de los aficionados, además de un poco de vindicación a aquellos que disfrutaron de 'The Amazing Spider-Man'.
Asombroso, pero poco
Necesitados de un reinicio del personaje tras sentir que la saga de Tobey Maguire y Sam Raimi ya había dado todo lo que podía, en Sony optaron por el encanto cuqui de Marc Webb ('(500) días juntos') después de reunirse con gente como David Fincher. Siendo justos, su enfoque para estas películas no es del todo desacertado, funcionando mejor en esta primera que llega a streaming en Disney+, aunque no evita que caiga en las tendencias más perezosas del blockbuster fabricado en masa.
Andrew Garfield se pone las mallas además de la piel de Peter Parker, recorriendo prácticamente las mismas paradas que ya hemos visto en el primer acto de 'Spider-Man' de Raimi, pero en su caso a lo largo de toda la película. La picadura de la araña mutante, la muerte del tío Ben, un romance desde la lejanía (en este caso con la Gwen Stacy de Emma Stone en lugar de Mary Jane) y una enemistad con la que desarrolla una conexión cercana a lo paternal al inicio.
Al centrarse por completo en la etapa del instituto y sus primerísimos pasos como superhéroe, Garfield tiene una oportunidad de distinguir a su Parker con un aire más adolescente, más cercano al coming of age que al drama más adulto al que termina desembocando la película de Raimi. En cierto modo aprovecha los espacios que le dan, sintiéndose bastante cómodo cuando toca ponerse el traje. Momentos como el primer enfrentamiento con un caco, donde despliega el sentido del humor más característico del personaje, muestran que tiene carisma suficiente para el puesto.
'The Amazing Spider-Man': juvenil pero poco
La película a su alrededor, por desgracia, no están a su altura. 'The Amazing Spider-Man' tiende a tocar de puntillas el tono de cine juvenil y centra demasiado su atención en ir asentando una mitología que luego se tornará desastrosa en la secuela. Quizá por miedo a quedar demasiado ligera, especialmente tras un momento donde 'El caballero oscuro' ha cambiado la apreciación que este género puede tener, intentar dar una imagen de mayor seriedad que se queda demasiado impostada y mata cualquier atisbo de magia.
Porque su supuesta seriedad no llega de una historia, sino que se imponen unos determinados mecanismos que la hacen demasiado parecida a la clase de blockbusters de usar y tirar. Su aportación más interesante termina siendo el viaje emocional de este Peter Parker de Garfield, que termina fructificando en otra cara del spiderverso y dando los pocos momentos genuinos de 'Spider-Man: No Way Home'. Una conclusión extraña para una saga que realmente no tuvo oportunidad de lanzarse como es debido.
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