Había empezado a asumir el final en Hollywood. El fracaso es siempre un abuso en la estadística, al menos así funciona en la industria del cine: ‘La dama de Shangai’ (The Ladry from Shangai, 1947) decepcionó al gran público porque no había una mujer fatal sino una mujer frágil y un hombre atrapado que nada tenía de duro e impenetrable detective y no estaba esa pasión desbocada del cine negro con sus arquetipos familiares, asociados siempre a los actores, sino un desafío a las expectativas. Ni siquiera aquella película con la que debutó fue un gran éxito, pero seguía siendo célebre.
Toda su carrera fue un ir desmintiendo todas aquellas grandiosas expectativas, incluso a las más exigentes y siempre insatisfechas, también las de su biografía, que le irían disfrazando como genio que no sobrevivió al mito de su debut cinematográfico. Así que tomó la ruta de rodar para esos estudios especializados en seriales, con los decorados todavía destruidos por el efecto inmediato de la posguerra, una tragedia shakespereana.
Porque conocía a Shakespeare. Conocía bien sus versos y su vigencia. Lo sabía por su etapa teatral, una de la que solamente quedan grabaciones todavía memorables. Conocía el éxito de Shakespeare cuando se entendía bien, había adaptado el Julio César en un montaje exitoso con sus compañeros del Mercury que situaba ese relato en la Italia fascista. Le confesaría a Peter Bogdanovich que los ortodoxos de la obra de Shakespeare no entendían el secreto de su verbo.
Su película la protagonizaba un actor, él mismo, que siempre fue impresionante recitando versos, pero también un estilo visual memorable. Welles es recordado por su primera película, pero todavía es moderno ver lo que hizo con Macbeth, con aquellos primeros planos, vívisimos, de los ojos, con la visceralidad y la urgencia de un rodaje que captaron, a la perfección, una historia sobre desalmados y sombra, un cuento de brujas donde el mayor hechizo es la maldad humana, un testamento a una modernidad que no era un canto fatídico sino un relato sobre la posibilidad de la conciencia.
Orson Welles falleció hace 26 años en California (y no ignoro la zona horaria española, me ajusto, me permitirán la pedantería, al tiempo americano).
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ÁlexDarko
No hace mucho que lo dije, pero no queda otra: Orson Welles era un genio, y una de las mejores cosas que le han pasado al cine en toda su existencia.
Los planos secuencia de 'El cuarto mandamiento', el final de 'La Dama de Shanghai', la profundidad de campo de 'Ciudadano Kane', los trucos de 'Fraude'... Maestro entre maestros.
La fotografía es una maravilla.
Darius Palas
Un verdadero artesano, hoy día no existen, todos esclavos de las productoras
posfale
Grande Welles y me ha gustado la elección del enfoque. No estaría mal un especial en blogdecine.
pablollero
Y yo, que aún no he visto nada suyo...linchamientos a mí!! XDDDDD
Juan E. Trujillo
Dos palabras: 'Ciudadano Kane'
opinosinsaber
Si tenéis oportunidad buscad la historia del montaje teatral "The Cradle Will Rock". Hay una película del mismo título con Tim Robbins. Era un montaje de Wells que se prohibió por su contenido político y encontró una manera fabulosa de representarla sin quebrantar la ley.
Un genio sin duda. Que no es más que una persona con fe ciega en sus ideas.
eliza-day
Me encanta que te hayas centrado en su faceta Shakespeareriana, supongo que es deformación profesional. Hace tiempo que vi ese Macbeth de Welles y me cautivó. Aunque Welles se equivocó en una cosa, los Ortodoxos si que lo entenderían. Incluí con miedo esta película en un trabajo que hice para la Universidad sobre "Shakespeare en el cine" y los comentarios de mi profesor (un experto en Shakespeare muy conocido) fueron muy positivos hacia las referencias a Welles.
Una leyenda.
luissss
Uno de mis directores favoritos, además de ser un personaje al que admiro mucho en general. Un genio entre los genios, personalidad fundamental en el devenir de la historia del cine. 'El cuarto mandamiento', 'Sed de mal' o 'Campanadas de medianoche' son una demostración de talento descomunal, casi insultante al lado del resto. El resultado final de 'Otelo' impresiona conociendo qué es lo que pasó durante es durísimo rodaje. Poco más que añadir, sólo disfrutar de las varias obras maestras que dirigió. Me voy por ahí, un saludo a todos.