Después de haber arrasado con producciones como 'El hoyo' o 'Code 8', Netflix ya ha encontrado su nuevo fenómeno cinematográfico con 'Tyler Rake': un largometraje de acción protagonizado por Chris Hemsworth, que se une a títulos como 'John Wick' o 'Atómica' al contar con un coordinador de especialistas de riesgo reconvertido en director como máximo responsable.
La película de Sam Hargrave, presupuestada en 65 millones de dólares, además de por sus salvajes y más que decentes tiroteos y secuencias de combate, está cautivando a los suscriptores de la plataforma de streaming gracias a un falso plano secuencia de unos doce minutos de duración desbordante de caos, muerte y destrucción que, a título personal, me ha dejado bastante frío por motivos que comentaré más adelante.
Pero esto último no quiere decir, bajo ningún concepto, que el trabajo del realizador norteamericano sea desdeñable, dejando entrever un esfuerzo titánico, tanto a nivel creativo como logístico, que se extendió durante cinco meses de preparación y diez días de rodaje. Vamos a descubrir cómo se gestó esta ambiciosa set piece de la mano del propio Hargrave, que compartió el proceso con el medio IndieWire en una entrevista.
Del papel al (falso) plano secuencia
La idea de dar forma de falso plano secuencia a la que, sin duda, es la gran set piece de 'Tyler Rake' —'Extraction' en su idioma original—, surgió de la necesidad de distanciarse de otras grandes franquicias de acción, buscando además una aproximación del espectador más visceral y "realista" a la experiencia de los protagonistas del filme durante la encarnizada persecución.
"La secuencia de acción era increíble y emocionante sobre el papel, pero a nivel presupuestario y de gasto de tiempo, era una de las cosas que no sabía si tendríamos el tiempo de ejecutar de un modo tan grande como estaba en el guión. ¿Cómo la mantengo en nuestro mundo? ¿Cómo la hago mía para que no sea otra versión de una persecución en una película de Bourne o de Bond? Con nuestro tiempo y nuestro presupuesto, no íbamos a superar a Bourne, así que, ¿cómo lo hacemos?
Así que miré y pensé, bien, sería divertido mantenernos cerca, mantener un significado y mantener a los actores involucrados haciendo este tipo de toma alargada. Lo que estás prometiendo con un título como 'Extraction' es, vamos a dejar al público experimentar esto con los personajes en tiempo real para que te enfrentes igual que ellos a los retos a los que se enfrentan. Estás reaccionando a lo que ellos reaccionan... y es por lo que elegí hacerlo cámara en mano y con un estilo casi documental, para que estuvieses ahí, sintiendo esta secuencia en tiempo real".
Por supuesto, sacar adelante un festival de persecuciones a las cuatro ruedas, tiroteos, explosiones, combates cuerpo a cuerpo y vehículos colisionando por todas partes no es, en absoluto, sencillo. Si a esto sumamos el hecho de que en todo rodaje, el tiempo se traduce en dinero —y ahí están los ayudantes de dirección para recordárselo al director de fotografía cada cinco segundos—, un intenso proceso de planificación se antojó esencial.
"Desde la concepción a la ejecución nos llevó, probablemente, cuatro o cinco meses. Tuve que escribir la escena para que fluyese del modo correcto y para que la gente supiese que era un plano secuencia hacia dónde iba, de aquí a allí, porque tenías puntos narrativos en el camino. No podía ser una escena de acción sólo por la acción, tenía que tocar los puntos clave narrativos y revelar cosas sobre los personajes y mostrar el desarrollo de la relación entre Tyler y Ovi. Hay muchas cosas que tienes que contar".
Esta ardua preparación supuso, entre otras cosas, volcarse con las tareas de scouting. Todo lo que vemos durante el falso plano secuencia está rodado en localizaciones reales, y encontrar los sets apropiados terminó alterando sobre la marcha el planteamiento de la secuencia y sus diferentes situaciones según aparecían en el guión.
"Empecé pensando en gags y cosas que quería ver. Hablé con el departamento de localizaciones y con el diseñador de producción y dije, 'Hey, quiero encontrar este tipo de edificio con este tipo de acceso, porque quiero hacer este stunt, o quiero calles estrechas para que nos den claustrofobia, y todas las cosas que quería ver'. Cuando encontraban unas cuantas opciones, iba con ellos y elegíamos el mejor espacio. La acción y las historias empezaron a cambiar con el entorno y con esos lugares increíbles que encontramos en Ahmedabad, India, que es donde rodamos esta secuencia durante diez días. Cuando encuentras todas esas cosas alucinantes, tu mente va aún más lejos. Piensas, oh, eso es genial. ¿Qué pasa si hacemos esto aquí? Es aún mejor de lo que pensé que podrían hacer en una escalera en lugar de en terreno llano".
Como es evidente, la clave a la hora de poner en práctica este tipo de secuencias radica en ensayar una y mil veces antes de gritar "acción". Cuando Hargrave y su equipo tuvieron claros los lugares en los que se ambientaría la set piece, la planificación y las acciones de los personajes involucrados, comenzaron los ensayos.
"El siguiente paso fue llevar al equipo de especialistas allí, conmigo, y toda la acción que habían estado ensayando en el hotel y el gimnasio de los especialistas se adaptó al espacio real. Ahora, algo que que era guay en una habitación grande, abierta y plana, tenía que cambiarse, porque estás en un balcón o en una escalera, dentro de un coche o donde fuese".
Para poder asegurar la mayor precisión posible durante las jornadas de rodaje —y esto es algo utilizado habitualmente por cineastas como Gareth Evans en sus dos entregas de 'The Raid: Redada asesina'—, estos ensayos se grabaron para tener una suerte de storyboard audiovisual que, además, sirvieron para cerciorarse de que las transiciones que unían los diferentes fragmentos del falso plano secuencia funcionaban a la perfección
"Rodamos la secuencia antes de rodar la secuencia. Cogí una videocámara y al equipo de especialistas, y fuimos a rodarlo todo y a montarlo para asegurarnos de que esos momentos de unión funcionaban. Logísticamente, no podíamos hacer los doce minutos de una vez, porque una localización estaba en esta parte de la ciudad, y las otras, en esta otra parte".
Una vez planificado y ensayado hasta la saciedad, tocó ponerse manos a la obra en diez jornadas de rodaje en las que se filmaron una y otra vez las mismas escenas hasta que estuvieron perfectamente ejecutadas. Por supuesto, la repetición constante fue necesaria para encontrar ese punto de realismo ansiado por Hargrave, y se tradujo para los actores en un cansancio visible en pantalla.
"En un día, serían entre tres y seis secuencias largas diferentes, podrían ser de los cuatro o cinco minutos que necesitábamos, treinta segundos, o de lo que fuesen esas piezas que encajaban juntas. Tenías que hacerlo hasta que lo hicieses bien. Podías hacerlo todo y llevar tres minutos y 59 segundos, pero si sabes que has tropezado o que alguien del fondo mira a cámara, tienes que hacerlo todo de nuevo, porque no hay red de seguridad. Creo que nuestro máximo fueron 21 veces.
Como no estábamos cortando a diferentes ángulos, no podías decir, 'Descansa, Chris, vamos a hacer un escorzo'. Tenían que ser los actores los que hiciesen todo, y ese aspecto de agotamiento y las respiraciones profundas son reales. Es difícil fingir esas cosas. Todos son grandes actores, pero hay un cierto atributo, una cierta sensación de visceralidad tangible en la interpretación que sólo puedes conseguir estando en la localización real y presionando a los actores tan fuerte como lo hicimos".
Mis problemas con el plano secuencia de 'Tyler Rake'
Dejando a un lado mi opinión general sobre el largometraje —que no es que sea demasiado entusiasta, que digamos—, y centrándonos en el falso plano secuencia que nos ocupa, he de confesar que mi sensación predominante ante la set piece que ha puesto patas arriba las redes sociales durante los últimos días ha sido la frialdad más gélida.
Como comentaba anteriormente, no puedo hacer más que quitarme el sombrero ante la gesta firmada por Sam Hargrave y su equipo. No obstante, más que sumergirme en la acción e intensificar las sensaciones de los protagonistas, el trabajo de cámara y la puesta en escena terminaron sacándome por completo de la película por varios motivos.
Por una parte, el estilo de realización de este falso plano secuencia rompe por completo con lo visto tanto en las anteriores secuencias de acción de la película —como el genial combate entre Tyler y los sicarios en el piso franco—, como en las posteriores. De repente, la cámara pasa a una suerte de punto de vista subjetivo demasiado obvio, que sugiere la presencia de un tercer personaje —el espectador— que no vuelve a aparecer en ningún otro momento del metraje, más convencional y contenido en su estilo y planificación.
Por otro lado, puede que lo que más ha fomentado mi distanciamiento ha sido la facilidad con la que pueden verse las costuras del artificio. La inmensa mayoría de cortes no están lo suficientemente disimulados como para crear la ilusión de estar ante una sola toma, y utilizan de forma incesante recursos tan trillados como las transiciones mediante whip pans, que aprovechan movimientos bruscos de cámara para disimular los cortes.
Si a esto le sumamos una estructura narrativa algo arrítmica, que alterna pasajes notablemente inspirados, en los que se sucede la acción de forma incesante —casi todos localizados en el fragmento desarrollado a pie—, con otros en los que tan sólo tenemos a Tyler y Ovi a bordo de un vehículo mientras la cámara no deja de moverse como si estuviese en una montaña rusa generando una falsa sensación de dinamismo, la decepción termina siendo supina.
Todo esto sorprende aún más si cabe si tenemos en cuenta que el propio Hargrave fue director de segunda unidad y coordinador de stunts en la reivindicable 'Atómica'. Esta cinta contaba con un notable falso plano secuencia de unos diez minutos en el que Charlize Theron combatía en el interior de un edificio contra varios enemigos, y que resultaba mucho más orgánico, intenso y cohesionado con el resto del metraje del filme en forma y fondo.
En última instancia, el falso plano secuencia de 'Tyler Rake' me ha hecho recordar las sabias palabras de una profesora que solía recordarnos con insistencia que efectista y efectivo son dos términos en absoluto relacionados entre sí.
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