Media hora que hay que ver para rellenar un hueco indispensable en la carrera del actor (y que ni siquiera a él parece importarle)
Sabemos que Tom Cruise es buen actor (cuando quiere), doble de acción de sus propias escenas, productor, héroe en la sesión de clausura de los Juegos Olímpicos... y solo le falta dirigir sus propias películas. Pero no es porque no lo haya intentado, aunque muy poca gente lo sabe. Corría 1993 y un Cruise que acababa de estrenar 'La tapadera', 'Algunos hombres buenos' y 'Un horizonte muy lejano' de pronto siente el gusanillo de hacer algo más y catar todas las mieles de la industria. Y es así como llegamos a 'Fallen Angels'.
Tom Directing
'Fallen Angels' fue una serie antológica neo-noir emitida entre el 1 de agosto de 1993 y el 19 de noviembre de 1995 (sin episodios nuevos en 1994) en la que sus 15 episodios transcurrían siempre en el mismo lugar y tiempo: Los Angeles, años 40, justo tras la II Guerra Mundial. Sin embargo, cada uno tiene el toque distintivo de su director. Y es que Sydney Pollack, que sirvió como productor ejecutivo, pudo reunir un equipo de lo más variopinto entre voces consolidadas y otras que empezaban a despuntar.
Entre los directores que hicieron episodios tenemos, por ejemplo, a Peter Bogdanovich, Tom Hanks (en su segundo trabajo tras las cámaras después de un episodio de 'Historias de la cripta'), Steven Soderbergh, Kiefer Sutherland o un por entonces desconocido Alfonso Cuarón. Primeros nombres a los que se sumó, en su cuarto capítulo, Tom Cruise. Eso sí: todas estas personas famosas no hicieron que la serie fuera un éxito.
De hecho, quizá no os suene porque en España no se llegó a emitir (hasta donde yo sé), y tanto en Europa como en Australia le cambiaron el nombre por 'Perfect crimes', que aparentemente sonaba mucho mejor. Y eso que el reparto de los distintos episodios incluía nombres como los de Gary Oldman, Tom Hanks, Joe Mantegna, Laura Dern, Alan Rickman, Diane Lane, Gary Busey, Danny Trejo, Brendan Fraser, Benicio del Toro, Heather Graham, Bill Pullman, Danny Glover o Giancarlo Esposito. Si ni con estas triunfas, ¿qué vas a hacerle?
Tom Framming
El episodio que dirigió Tom Cruise se tituló 'The frightening frammis' y Cruise decidió no aparecer en él, centrándose tan solo en su labor directorial. Como todos los episodios de la serie, se basaba en un producto literario anterior. En este caso, una novelette con el mismo nombre publicada por Jim Thompson en la revista de misterio de Alfred Hitchcock allá por 1957.
Pero, ¿cómo acabó Tom Cruise dirigiendo este episodio televisivo? Se dice que originalmente quería ser el responsable de 'La tapadera', pero el que finalmente fue su director, Sydney Pollack, prefirió ofrecerle un trabajo más pequeño para empezar: un episodio en la serie de la que era productor ejecutivo. Y ojo, porque le dio un reparto de primera para empezar, encabezado por Isabella Rossellini junto a Peter Gallagher ('The OC') y Nancy Travis ('El método Kominsky'), con el papel muy secundario de un primerizo John C. Reilly. Años después, Cruise habló de cómo se sintió poniéndose tras las cámaras. Más concretamente, si lo haría otra vez.
No lo sé. Me han ofrecido cosas y me gustó dirigir aquel episodio de 'Fallen Angels'. Puede que algún día dirija una película, pero no siento que tenga nada que decir. Me gustaría hacerlo, pero no me veo diciendo "Soy un director, tengo que dirigir".
Tom Cruising
Lo cierto es que 'The frightening frammis' no destaca especialmente por su labor de dirección, pero sí es cierto que tampoco es un horror. Cruise sabe utilizar recursos visuales narrativos a su favor, jugar con las sombras y los espacios, pero su realización es inevitablemente plana y más televisiva de lo que se buscaba en una serie de este calibre. Pese a todo, si os atrevéis, solo es media hora que tenéis disponible en YouTube.
La historia comienza con un hombre, paseando solo por una cuneta, lamentándose de su suerte: hace dos días lo tenía todo y ahora lo ha perdido. ¿El motivo? Decidió robarle 25.000 dólares a su esposa tratando de doblarlos apostando... Y lo perdió todo jugando a las cartas en el tren a Las Vegas contra un par de aparente ancianos inofensivos.
Poco después conoce a una femme fatale y a su marido, que tras ver el flirteo entre ambos decide suicidarse. ¿La parte buena? Guarda un montón de cheques que pueden repartirse. Como imaginaréis, la cosa no acabe bien para ninguno de los dos. No es un episodio perfecto -ni mucho menos- pero es francamente disfrutable como ejercicio de serie B. ¿Volverá Cruise a la dirección algún día, quizá en la etapa final de su carrera? No hay manera de saberlo. Como poco, se quitó la espinita con este episodio y permitió que los demás viéramos de lo que es capaz. Algo es algo.
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