Es inevitable arrastrar los gustos o influencias que más te han impactado en los años formativos, aquellos donde el cerebro está más receptivo y liberando más hormonas que luego afloran con el recuerdo o la recuperación de esos gustos e influencias. Ni los artistas se escapan de estar intentando perseguir continuamente ese santo grial cinematográfico que les marcó de jóvenes.
Y estas influencias a veces son todo lo que necesitamos para ubicar de todo la sensibilidad artística de un determinado autor y nos permite ubicar del todo su obra. Puede ser el mismo caso de Zack Snyder, un director que recibe al mismo tiempo poco y demasiado crédito como visionario gracias a una inmensa serie de fanáticos y detractores que, en su mayoría, no terminan de captar lo que está buscando hacer.
Pero todo es tan sencillo como verse una película no dirigida por él, pero es clave para todo lo que hace: 'Excalibur'.
Aviso: en el texto van a haber spoilers de la historia del rey Arturo que se relata en la película y de casi todas las obras de Zack Snyder
El mito revisionado (con violencia y óperas)
Entre discusiones sobre obsesión por las viñetas, objetivismo y concepciones mesiánicas en torno a los héroes que plasma en pantalla, realmente son los mitos artúricos los conceptos recurrentes en una filmografía tan potente como peculiar. Y, concretamente, la interpretación realizada por John Boorman en 1981 en este clásico de culto contiene la esencia que Snyder ha intentado capturar en todo momento, como él mismo reconoce en un episodio del podcast "Movies That Changed My Life" comentando la película.
Boorman nos introduce en 'Excalibur' al conocido mito del rey Arturo, cubriendo desde su concepción pactada con el mago Merlín hasta sus increíbles aventuras en pos de salvar su reino. Juega un papel importante también la espada que da título a la función, poseedora de mágicos poderes e incrustada en piedra esperando la llegada del legítimo rey para ser levantada y empuñada.
El mito lo conocemos, pero la manera en la que Boorman elige contarla es la diferencia que marca a un joven Snyder. Ver su ambiciosa visión plasmada tiene mucho de experiencia alucinógena por sus increíbles imágenes, tan pictóricas como ultraviolentas y explícitas, su atmósfera recargada cercana a la opereta, su manera de moverse por la historia a trompicones. Cualidades que la vuelven turbulenta... Y también puro Zack Snyder, ya que su estilo completa todas esas marcas.
Pero no se queda sólo en lo estilístico, aunque claramente es importante para un arquitecto visual como él que admira su manera de "combinar drama con ser un visualista". Casi todas sus historias contienen héroes excepcionales dispuestos a hacer el último sacrificio para garantizar la liberación de otros
En ese aspecto destacan desde los espartanos de '300' hasta la manera de abordar a Superman en su trilogía de DC, pasando también por la protagonista de 'Sucker Punch'. Incluso se puede decir que los héroes de 'Watchmen' hacen lo propio permitiendo que el megalómano plan final de Ozymandias se produzca.
De 'Excalibur' a Superman
Un tema recurrente que bien se puede adjudicar a la figura mesiánica de Jesucristo (hay no pocas imágenes cristianas en sus películas de DC), pero sin duda responde al destino final de Arturo en 'Excalibur'. La escena de su muerte en la película es abiertamente homenajeada en el final de 'Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia', con Superman tratando de dar la estacada final al villano mientras es atravesado por uno de sus pinchos al igual que es Arturo tiene lanzas en el pecho mientras da su último golpe.
La creación de imágenes de Boorman tiene sin duda sellos de identidad que Snyder ha asimilado a la hora de crear su propia épica. La manera en la que usa una cantata como "O Fortuna" de Carl Orff para crear momentos épicos tienen su continuación en expansivos momentos en slow-motion guiados por operetas cargadas.
El uso de la violencia extrema o el sexo, tan impactantes como exagerados hasta el extremo, también se han vuelto marcas de snyderismo que conducen a instantes delirantes como orquestar una escena de sexo con el 'Hallelujah' de Leonard Cohen en 'Watchmen'. Sus aventuras en el terror, como 'Amanecer de los muertos' o 'Ejército de los muertos', aprovecharon esa puerta abierta a la ultraviolencia y la sangre que otorga la calificación más adulta.
La extremista visión plasmada en 'Excalibur' es la clase de revisionismo de los mitos medievales que han conducido la interpretación de Snyder de los superhéroes, especialmente los del Universo DC. Y también es una visión que causó bastante desconcierto en su momento, de manera similar a la que causan las películas de Zack actualmente.
Mirad si no cómo Roger Ebert en su momento decía que 'Excalibur' es "un registro de las idas y venidas de figuras arbitrarias, inconsistentes y sombrías, que no son héroes sino simplemente gigantes desbocados. Aun así, es maravilloso de contemplar". Decidme que no es aplicable a la conversación que dan las películas de Snyder.
Gusten más o menos, sin duda son expresiones artísticas distinguibles y que causan reacción, y por tanto encomiables. Ahora sólo queda ver cómo Zack aplica la película a un western como en un momento pretendió.
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