'Tu hijo' nos ha dejado patidifusos: Miguel Ángel Vivas, al que considerábamos cómodamente instalado entre encargos y series de televisión, ha vuelto -en términos de intensidad, violencia y atrevimiento visual- con una película casi comparable a la de aquella 'Secuestrados' que tanto revuelo causó en 2005. Hemos charlado con él con motivo del estreno de esta nueva película con José Coronado y la sorpresa ha sido considerable cuando nos ha confirmado que la considera prácticamente una continuación espiritual de aquella.
¿Qué origen tiene este proyecto, hace mucho que lo tenías en mente?
Cuando acabé 'Secuestrados', me planteé qué película quería hacer, y se me ocurrió la idea de hacer una película de venganzas en la que el personaje principal estuviera completamente equivocado. Tenía más o menos claro cuál era ese giro en la película, pero se quedó ahí. Me acabé metiendo en otros proyectos y la cosa estuvo parada. Un tiempo después conocí a Enrique López Lavigne y me di cuenta de que con el paso del tiempo, había ido metiendo de forma inconsciente muchos nuevos elementos en la película.
Con Enrique hablé de qué posibles proyectos podíamos hacer juntos, y yo le dije que esto lo tenía desde hace tiempo congelado. Y cuando se lo conté me fui dando cuenta de que era mucho más grande de lo que yo recordaba, debido a todo lo que había ido madurando con el tiempo en mi cabeza. Y él dijo que lo hiciéramos ya, que por qué no se la había contado antes. Lo bueno de Enrique es que no solo es un gran productor, sino también un cineasta, y desde el principio entablamos un diálogo que me hizo darme cuenta de la importancia de lo que cuenta la película. Por desgracia algunos elementos argumentales están de actualidad, pero ese giro que ahora cobra actualidad estaba desde hacía años ahí.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con José Coronado? ¿Ha sido coincidencia que hayáis trabajado también juntos casi al mismo tiempo en 'Vivir sin permiso', de la que has dirigido algunos episodios?
'Vivir sin permiso' me la ofrecieron cuando empezaron con ella, pero yo estaba en 'La casa de papel' en ese momento, y no pude ponerme con ella. Cuando empecé con la película, a la hora de pensar en el casting siempre salía José Coronado como perfecto para el papel. Se lo ofrecimos, le encantó el guión y aceptó, y justo entonces me volvieron a llamar los productores de 'Vivir sin permiso' para ofrecerme de nuevo que dirigiera algún episodio. Y acepté, aparte de porque el proyecto me interesaba mucho, porque así podía trabajar con él.
Entre 'Secuestrados' y 'Tu hijo' rodaste algunas otras películas, y lo cierto es que tienen un aire más de encargo, menos personales. Sin embargo, aquí recuperas un estilo más afín a tus inicios. ¿Este regreso a esa forma de hacer cine de tus primeras películas es consciente?
Si todas mis películas son mis hijos, 'Secuestrados' y 'Tu hijo' son mis hijos legítimos. Ambas están escritas y contadas con libertad absoluta. Las otras son encargos. En 'Extinction' ni siquiera fui responsable del montaje final, y ni el montador ni yo estamos de acuerdo con lo que se hizo. Cuando llegaron las críticas y las leí, yo pensaba "Si ya lo sé, estoy de acuerdo con estos problemas".
E 'Inside' es una película que disfruté mucho haciendo, pero estaba claro qué es lo que se quería conseguir, y cuál era mi trabajo como director, que tenía que hacer un producto de una forma específica. Con 'Tu hijo' he tenido libertad absoluta y la he trabajado desde la intuición, que me ha permitido cambiar cosas sobre la marcha en el rodaje, ya que estaba seguro de qué quería y cómo lo quería contar.
Aunque suene un poco pedante, con 'Tu hijo' he intentado encontrar una voz, que la había ido perdiendo con el paso del tiempo. Hace un año, por cuestiones personales, me pregunté quién era yo y qué quería hacer, y gracias a Enrique he podido reencontrarme con qué tipo de historias quiero contar, y me he dado cuenta de que no soy un director que sirva para los productos. Pienso honestamente que todo lo que he hecho como director me ha servido para ponerme delante de este proyecto, y por eso la he dirigido como si fuera mi primera película.
Uno de los aspectos donde más se nota esta estética personal es en la puesta en escena, donde usas distintos recursos de planificación para reforzar la percepción subjetiva de lo que cuentas...
La película siempre acompaña a un solo personaje, que empieza haciendo un viaje físico pero acaba en viaje emocional. 'Secuestrados' era una película muy claustrofóbica porque pasaba dentro de una casa, pero ésta también lo es porque pasa dentro de una mente. La película empieza con planos generales de la cocina, de los escenarios, y poco a poco nos vamos acercando al protagonista y comienzan a abundar los travellings siguiéndole sobre su hombro, haciendo que todo se emborrone, para que todo se convierta en percepciones subjetivas del personaje a través de desenfoques y sombras.
Aunque el argumento de la película es bastante abstracto, está ambientado en Sevilla. ¿Qué motivos te han llevado a que la acción transcurra allí?
Ya que volvía a rodar en español, me apetecía hablar de las cosas que conocía. Esta historia puede pasar en cualquier lugar, pero al estar ambientada en Sevilla me permite hablar de muchas cosas que he visto allí: el clasismo, por ejemplo. Me ha permitido que los personajes sean menos personajes y más personas.
También la banda sonora es muy especial, no es la típica música de una película de suspense. ¿Cómo llegaste a dar con ese sonido?
Cuando empecé a preparar la película, en mi cabeza sonaba el 'Concierto de Aranjuez' de Chet Baker, y de ahí pasé a Miles Davis, y decidí que la música sería su 'Sketches of Spain'. Más adelante me encontré una película de Jean-Pierre Mocky, 'Solo', un polar francés, y entonces decidí que la banda sonora de Georges Moustaki me venía muy bien. Luego reflexioné y decidí no venirme tan arriba y emplear una música original, pero la banda sonora recoge todas estas influencias que fui recibiendo.
Todo ello confluye en la banda sonora de Fernando Vacas, con el que hicimos la apuesta de que no fuera un músico de cine. Fue una propuesta de Enrique, y yo creo que el resultado es tan bueno porque nunca ha hecho bandas sonoras, y no recurre a los típicos violines, las cuerdas, los coros, toda esa pornografía emocional que a mí me cansa un poco.
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