Hace mucho tiempo, en una América muy, muy lejana...
Todos sabemos cómo empieza una buena película de 'Star Wars': el logo de la productora, el de Lucasfilm y, ya con la fanfarria de John Williams, el título de la película y las letras rodando explicando el contexto de la cinta. Es épico, es fabuloso, es único, es galáctico... Y estuvo a punto de no volver a ser así tras el estreno de 'El imperio contraataca'.
Director Wars
Al principio no fue tan fácil, por mucho que ahora tengamos incluso generadores de títulos de 'Star Wars' que te lo hacen online en dos clics para felicitar a tu prima al ritmo de R2D2 y compañía. De hecho, Richard Edlund tuvo que inventar una manera de conseguir el efecto, pero, cuando lo consiguió, George Lucas se quedó convencido de usarlo en todas las películas de la saga: era una manera de entrar en la película directamente sin esperas, y por eso rehusó poner su nombre como director y pasar de las largas secuencias de títulos de crédito al inicio de la cinta, algo que en 1977 consideraba "de la vieja Hollywood".
Lucas decía que los títulos de crédito, en el caso de 'Star Wars', destruirían el impacto inicial. La película fue un éxito, todo el mundo quiso imitarla y en 1980 repitió la jugada con 'El imperio contraataca'. Pero había dos diferencias en esta película: la primera, que ahora sí que era un éxito esperado y el Sindicato de Directores Americano (DGA) estaba al quite. La segunda, que Lucas no era el director, sino Irving Kershner.
A Kershner le daba lo mismo tener el crédito al principio o no, pero el hecho es que su opinión importaba poco: violaba las normas del sindicato, que exigía su aparición. Si Lucas hubiese optado por no darle crédito a Lucasfilm al principio, no habría habido problema, pero en los estatutos se indicaba que si cualquier persona, aunque fuera el ayudante del iluminador, tenía crédito antes de la película, también tenía que tenerlo el director. Y en este caso, Lucas incumplía la regla.
O Kershner o barbarie
El Sindicato de Directores Americanos le pedía a George Lucas que retirara la cinta de los cines y se cambiara la secuencia en cuestión, algo que habría costado medio millón de dólares de la época y, además, que el director apoquinara 15.000 dólares mas de multa. Como podéis imaginar, al creador de 'American Graffiti' no le hizo ninguna gracia y, de hecho, metió a los directores a juicio... antes de que ellos le metieran a él.
Harto de todo, y con un imperio en plena construcción, George Lucas tomó la salida fácil. Pagó la multa y se marchó de la DGA, lo que solo podía traducirse en una cosa: su siguiente película no podría estar dirigida por alguien afiliado al sindicato si quería seguir utilizando la misma técnica inicial para 'El retorno del jedi'. Dicho y hecho: contrató a Richard Marquand, un británico que, efectivamente, no tenía nada que ver con Estados Unidos, para dirigirla.
Finamente y como todos sabemos, Lucas se salió con la suya y todas las películas de la saga principal, incluyendo las más recientes, siguen empezando con el mismo esquema. Definitivamente, la Fuerza le acompañó... con o sin títulos de crédito.
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