Cada vez que habla Martin Scorsese sube el pan, principalmente porque el maestro tiene la suficiente experiencia vital y profesional como para acertar plenamente con sus reflexiones en la inmensa mayoría de ocasiones. Para no variar, el responsable de la inminente 'Los asesinos de la luna' ha vuelto a dar en el clavo con su último análisis de la industria, compartido durante una conversación con la revista Time.
Dando en el clavo (otra vez)
En ella, Scorsese ha hablado sobre la compleja situación de los cineastas jóvenes del momento; un colectivo que debe "luchar de verdad" para ser reconocido por unos estudios que apuestan cada vez menos por el cine más personal.
"Los jóvenes que se expresan a través de imágenes en movimiento encontrarán una manera de ser vistos. Pero tienen que luchar, mucho. Luchar de verdad y que no se adueñen de ellos. [Los estudios], en última instancia, dicen: 'Bueno, ¿quién quiere hacer cine personal? ¡Mirad lo que sucedió en los años 70! ¡Al final, todos se volvieron locos! ¡Y se pasaron del presupuesto y el calendario de rodaje, e hicieron estas tres películas, Apocalypse Now, Toro salvaje y La puerta del cielo!'".
Además, el bueno de Marty ha retrocedido hasta sus inicios como espectador para evidenciar lo que él considera una fragmentación de la cultura cinematográfica en géneros y plataformas, creándose nichos de público que no suele expandir sus horizontes más allá de sus filias.
"Debería ser una cultura cinematográfica única, ¿sabes? Pero en este momento todo se está fragmentando y dividiendo de alguna manera. No a todos les gustaban los musicales. No a todos les gustaban los westerns. No a todos les gustaban las películas de gángsters o el cine negro. Pero en ese momento, íbamos al cine y eso es lo que se proyectaba".
Este tipo de análisis no son algo nuevo para un Martin Scorsese que en 2018 ya dejó claro que el séptimo arte estaba en un claro proceso de devaluación en el que la expresión queda sepultada bajo la obsesión por la taquilla y las cifras.
"Se devalúa, se desprecia, se menosprecia desde todos los lados, no necesariamente desde el lado comercial, pero ciertamente desde el lado artístico. Desde los años 80, ha habido un enfoque en los números. Es un poco repulsivo. El costo de una película es una cosa. Entender que una película cuesta una cierta cantidad, esperan al menos recuperar esa cantidad y un poco más. Ahora el énfasis está en los números, el costo, el fin de semana de apertura, cuánto recaudó en EE. UU., cuánto recaudó en Inglaterra, cuánto recaudó en Asia, cuánto recaudó en el mundo entero, cuántos espectadores tuvo".
Más razón que un santo.
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