Theo Angelopoulos (1935-2012)


La noticia se ha leído como una tragedia. El fallecimiento del cineasta griego, atropellado por una moto, ha dejado una pérdida inesperada, aunque su obra hubiera atravesado ya hace algún tiempo su época de mayor visibilidad y reivindicación por parte de los festivales. Pero la muerte trágica del cineasta griego Theo Angelopoulos a los 76 años sigue pesando y lo hará en la memoria de los cinéfilos.

Su mejor película es esa ‘La mirada de Ulises’ (To vlemma tou Odyssea, 1995) en la que muchos espectadores aprendieron a no confundir el cine contemplativo con el de coñazos irrelevantes y destinados a complacer a espectadores sobrados de infinita paciencia. Su mejor película hablaba, justamente, de afrontar un conflicto reciente y de las dificultades que tiene cualquier hombre al relacionarse con la Historia, que así visto no resulta tan fácil de ver.

Ganador de la Palma de Oro por ‘La eternidad y un día’ (Mia aioniotita kai mia mera, 1998), curiosamente una película mucho menor a la anterior, pese a que tenga logros estimables y que confirmó su buen entendimiento con Tonino Guerra, ese guionista maravilloso que está detrás de los libretos de algunas obras cumbre de Fellini, Tarkvoski, Antonioni o Monicelli. Quede su fallecimiento triste como una excusa para revisar su filmografía.

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