No seré yo quien se queje por haber pasado un mal rato con la última trilogía de 'Star Wars'. El espectáculo nostálgico de 'El despertar de la fuerza', el disparatado —pero sorprendente y vigoroso— cierre con 'El ascenso de Skywalker' y, sobre todo, la voluntad renovadora de una 'Los últimos Jedi' que, cuanto más veo, más me gusta, me ofrecieron unas cuantas horas de entretenimiento de calidad que, eso sí, distan mucho de ser perfectas.
Uno de los principales palos en la rueda, en cierto modo autoimpuestos, del tríptico, es el no haber tenido un plan de ruta marcado desde el primer momento. Aunque, como suele decirse, cada maestrillo tiene su librillo, uno de los principales consejos que se dan en el mundo de la narrativa es tener claro tu final antes de ponerte a dar forma a la historia; y al enfrentarse a la conclusión de la aventura de Rey, J.J. Abrams se encontró —des—compuesto y sin plan.
Me encanta que los planes salgan bien
Durante una entrevista reciente con el medio Collider, se preguntó abiertamente al director y guionista si, bajo su punto de vista, la última trilogía de 'Star Wars' podría haberse beneficiado de una ruta trazada desde el principio. Abrams, sin hacer mención en ningún momento a la saga galáctica, dejó clara la importancia de la anticipación.
"He estado implicado en varios proyectos que se han realizado, mayoritariamente series, que arrancan dando la sensación de que sabes hacia dónde van a ir. A veces es un actor que se incorpora, otras es una relación que no termina de funcionar sobre el papel, o cosas que crees que van a ser muy bien recibidas y se estrellan, u otras que, al principio, piensas 'Oh, eso da para una escena' o 'Ese es un personaje para un solo episodio' y que, de repente, se convierten en una parte tremendamente importante de la historia. Creo que la lección que he aprendido varias veces, y es algo que ha quedado claro especialmente tras trabajar con guionistas durante la pandemia, es que tienes que planear las cosas lo mejor que puedas, y que siempre tienes que ser capaz de afrontar lo inesperado. Y lo inesperado puede aparecer de cualquier forma, así que creo que no hay nada más importante que saber hacia dónde estás yendo".
Abrams continuó su reflexión matizando que, si bien es algo que considera esencial, este método no es, ni de lejos, infalible.
"He trabajado en proyectos en los que teníamos algunas ideas que no fueron trabajadas lo suficiente, algunas veces tuvimos algunas ideas pero no se nos permitió hacer con ellas lo que queríamos. He vivido todo tipo de situaciones en las que planeas las cosas de un cierto modo y, de repente, te encuentras haciendo algo que es 180º diferente que funciona muy bien y te sientes en plan, 'Guau, eso ha salido de perlas', y otras veces piensas 'Oh, Dios mío, no puedo creer que hayamos llegado a esto'. Algunas veces, cuando no funciona es porque es lo que has planeado, y otras es porque no tenías un plan".
Eso sí, independientemente de que no sea apostar a caballo ganador, el bueno de J.J. lo tiene claro: tener un plan es fundamental.
"Nunca se sabe, pero he aprendido —en algunos casos a las malas— que tener un plan es lo más fundamental, porque de otro modo no sabrás qué estás construyendo. No sabrás qué enfatizar. Porque si no conoces qué es inevitable en tu historia, sólo eres tan bueno como tu última escena, o tu último golpe de efecto, o chiste, o lo que sea, pero quieres conducirlo todo hacia algo inevitable".
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