Tras haber podido disfrutar de sus dos primeros y fantásticos episodios, y como seguidor de la saga desde que disfruté de su primera entrega jugable en un ya lejano 2013, no podría estar más satisfecho con la adaptación al formato televisivo de 'The Last of Us' materializada por Craig Mazin y Neil Druckmann. Su fantástico reparto, su notable factura técnica y, sobre todo, su equilibrio entre fidelidad y desvíos respecto al material original son algunos de los motivos que la convierten en la primera gran serie del año.
Por supuesto, nunca llueve a gusto de todos, y buena parte del fandom de la obra de Naughty Dog no ha tardado en mostrar su descontento ante uno de los primeros cambios drásticos que ha presentado el show de HBO. Este está localizado en el clímax del segundo episodio, titulado 'Infectados', así que si aún no lo has visto, tal vez debas dejar de leer llegados a este punto.
Kiss Kiss Bang Bang
El cierre del capítulo 2 de 'The Last of Us' se centra en la célebre escena del Capitolio de Boston en la que Tess pierde la vida. En el juego, la contrabandista fallece a manos de un grupo de soldados de FEDRA, mientras que en su versión catódica, el personaje interpretado por Annie Wersching es infectada por un portador de Cordyceps antes de sacrificarse para facilitar una vía de escape a Joel y Ellie.
Sobre el papel podría parecer que la criatura muerde despiadadamente a Tess, pero la realidad es bien distinta. El infectado se acerca con tranquilidad y, cuando está lo suficientemente cerca, abre la boca dejando salir una suerte de filamentos que introduce en la boca de su víctima con suavidad, como si de un beso se tratase. Un momento tan desagradable como controvertido que Druckmann y Mazin han explicado en una entrevista con Entertainment Weekly.
Para empezar, Druckmann, co-showrunner y director del videojuego original, ha razonado el motivo que les llevó a optar por esta solución: diferenciarse de los zombis clásicos.
"Estas cosas no tienen que ponerse violentas a no ser que estés luchando para que [la infección] se propague más. Se hace de esta forma hermosa, pero horrible, con Anna.
Craig, inteligentemente, dijo, '¿Que podemos hacer para diferenciar a nuestros infectados de los zombis aún más? Es más que un simple mordisco. Hay algo más en juego. Ojalá hubiésemos tenido ese momento de '¡ahá! de forma inmediata, pero surgieron muchas ideas diferentes sobre lo que podrían hacer. Algunas de ellas bastante excéntricas".
Además, los guionistas y directores también se han hecho eco de otro de los aspectos más criticados de 'The Last of Us': la ausencia de las temibles esporas. Mazin se ha escudado en la ciencia para justificar su descarte en la serie, aunque ha dejado la puerta abierta a una futura aparición.
"Parte del problema con las esporas es que te las encuentras bastante en el juego, aunque no tanto como la gente piensa, y si hubiese tantas esporas y se transmitiesen por el aire, la infección iría aún más rápido. Es difícil imaginar cómo alguien podría escapar de ella, y la gente usaría máscaras todo el tiempo. En el juego, el momento en el que sales de un lugar con esporas, estás en plan, '¡Whoa, whoa, whoa! ¡Vámonos de aquí!'.
No creo que hayamos eliminado necesariamente las esporas del universo de nuestra serie. Simplemente, no hemos llegado ahí todavía. Es posible que regresen. Es posible que tengamos un plan. Ese es mi punto".
En lo que a mí respecta, si los cambios continúan estando tan bien integrados en la narrativa de la producción, bienvenidos sean.
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